¿Qué son el queísmo y el dequeísmo?
El queísmo y el dequeísmo
DEQUEÍSMO. Consiste en el uso indebido de la preposición de delante de la conjunción que cuando la preposición no viene exigida por ninguna palabra del enunciado.
1. Se incurre en dequeísmo en los siguientes casos:
a) Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada sustantiva de sujeto. El sujeto de una oración nunca va precedido de preposición y, por tanto, son incorrectas oraciones como: *Me alegra de que seáis felices (correcto: Me alegra que seáis felices); *Es seguro de que nos quiere (correcto: Es seguro que nos quiere); *Me preocupa de que aún no hayan llegado (correcto: Me preocupa que aún no hayan llegado); *Es posible de que nieve mañana (correcto: Es posible que nieve mañana). En estos casos, los pronombres me, te, le, etc. que pueden aparecer ante el verbo funcionan como complemento indirecto. Algunos de estos verbos, cuando se usan en forma pronominal (alegrarse, preocuparse, olvidarse, etc.), sí exigen un complemento precedido de la preposición de. En ese caso, el uso conjunto de la preposición y la conjunción es obligatorio, y los pronombres reflexivos que anteceden al verbo no ejercen ninguna función, sino que son parte integrante del verbo: *Me alegro que seáis felices (correcto: Me alegro de que seáis felices); *Me preocupo que no os falte nada (correcto: Me preocupo de que no os falte nada). (→queísmo, 1).
b) Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada sustantiva de complemento directo. Esto ocurre, sobre todo, con verbos de «pensamiento» (pensar, opinar, creer, considerar, etc.), de «habla» (decir, comunicar, exponer, etc.), de «temor» (temer, etc.) y de «percepción» (ver, oír, etc.). El complemento directo nunca va precedido de la preposición de y, por tanto, son incorrectas oraciones como *Opino de que no tenéis razón (correcto: Opino que no tenéis razón); *Pienso de que conseguiremos ganar el campeonato (correcto: Pienso que conseguiremos ganar el campeonato); *Me dijeron de que se iban a cambiar de casa (correcto: Me dijeron que se iban a cambiar de casa); *Le comunicaron de que tenía que dejar el cargo (correcto: Le comunicaron que tenía que dejar el cargo); *Temo de que no llegues a tiempo (correcto: Temo que no llegues a tiempo); *He oído de que te casas (correcto: He oído que te casas).
c) Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada que ejerce funciones de atributo con el verbo ser. Este complemento, por lo general, no va precedido de preposición y, por tanto, son incorrectas oraciones como *Mi intención es de que participemos todos (correcto: Mi intención es que participemos todos); *Su deseo era de que lo pasáramos bien (correcto: Su deseo era que lo pasáramos bien).
d) Cuando se inserta la preposición de en locuciones conjuntivas que no la llevan: *a no ser de que (correcto: a no ser que), *a medida de que (correcto: a medida que), *una vez de que (correcto: una vez que).
e) Cuando se usa la preposición de en lugar de la que realmente exige el verbo: *Insistieron de que fuéramos con ellos (correcto: Insistieron en que fuéramos con ellos); *Me fijé de que llevaba corbata (correcto: Me fijé en que llevaba corbata); *Hizo hincapié de que había que evitar el estrés (correcto: Hizo hincapié en que había que evitar el estrés).
2. Los verbos dudar, informar, advertir, avisar y cuidar, en sus acepciones más comunes, presentan dos regímenes en español, esto es, pueden construirse con complemento directo (sin preposición) o con complemento de régimen (con preposición): advertir [algo a alguien] y advertir [de algo a alguien]; avisar [algo a alguien] y avisar [de algo a alguien]; cuidar [algo] y cuidar [de algo]; dudar [algo] y dudar [de algo]; informar [algo] (en América) e informar [de algo] (en España). Por lo tanto, con estos verbos, la presencia de la preposición de delante de la conjunción subordinante que no es obligatoria (→ advertir, avisar, cuidar, dudar, informar).
3. Un procedimiento que puede servir en muchos de estos casos para determinar si debe emplearse la secuencia de «preposición + que», o simplemente que, es el de transformar el enunciado dudoso en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la preposición, ésta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. Si la pregunta no lleva preposición, tampoco ha de usarse ésta en la modalidad enunciativa: ¿De qué se preocupa? (Se preocupa DE que...); ¿Qué le preocupa? (Le preocupa que...); ¿De qué está seguro? (Está seguro de que...); ¿Qué opina? (Opina que...); ¿En qué insistió el instructor? (Insistió en que...).
4. Antes (de) que, después (de) que, con tal (de) que, → antes, después, tal.
queísmo. Consiste en la supresión indebida de una preposición (generalmente de) delante de la conjunción que, cuando la preposición viene exigida por alguna palabra del enunciado.
1. No debe suprimirse la preposición en los casos siguientes:
a) Con verbos pronominales que se construyen con un complemento de régimen: acordarse [de algo], alegrarse [de algo], arrepentirse [de algo], fijarse [en algo], olvidarse [de algo], preocuparse [de o por algo], etc.: Me alegro de que hayáis venido (no: *Me alegro que hayáis venido); Me olvidé de que tenía que llamarte (no: *Me olvidé que tenía que llamarte); Te preocupaste de o por que no pasáramos calamidades (no: *Te preocupaste que no pasáramos calamidades); Se acordaba de que en esa casa había vivido un amigo suyo (no: *Se acordaba que en esa casa había vivido un amigo suyo); Me fijé en que tenía manchas en la cara (no: *Me fijé que tenía manchas en la cara); No me acordé de que era tu cumpleaños (no: *No me acordé que era tu cumpleaños). Algunos de estos verbos, cuando se usan en forma no pronominal, se construyen sin preposición, pues, en ese caso, la oración subordinada ejerce de sujeto o de complemento directo: Me alegró que vinieras (no: *Me alegró de que vinieras); Le preocupa que se retrasen (no: * Le preocupa de que se retrasen); Olvidé que tenía que ir al dentista (no: *Olvidé de que tenía que ir al dentista). (→dequeísmo). (Los pronombres me, le, etc. que aparecen en estas últimas oraciones no son meros pronombres asociados al verbo, como ocurre en el caso de los verbos pronominales, sino que ejercen la función de complemento indirecto).
b) Con verbos no pronominales que se construyen con un complemento de régimen: convencer [de algo], insistir [en algo], tratar [de algo] (en el sentido de ‘procurar[lo], intentar[lo]’), etc.: Lo convencí de que escribiera el artículo (no: *Lo convencí que escribiera el artículo); Insistió en que nos quedáramos a cenar (no: *Insistió que nos quedáramos a cenar); Trato de que estéis a gusto (no: *Trato que estéis a gusto).
c) Con sustantivos que llevan complementos preposicionales: Iré con la condición de que vayáis a recogerme (no: *Iré con la condición que vayáis a recogerme); Tengo ganas de que llueva (no: *Tengo ganas que llueva); Ardo en deseos de que vengas a verme (no: *Ardo en deseos que vengas a verme); El hecho de que grites no te da la razón (no: *El hecho que grites no te da la razón).
d) Con adjetivos que llevan complementos preposicionales: Estamos seguros de que acertaremos (no: *Estamos seguros que acertaremos); Estoy convencido de que llegarás lejos (no: *Estoy convencido que llegarás lejos).
e) En las locuciones a pesar de que (no: *a pesar que), a fin de que (no: *a fin que), a condición de que (no: *a condición que).
f) En la construcción hasta el punto de que (no: *hasta el punto que).
g) En las locuciones verbales no caber duda [de algo], no haber duda [de algo], caer en la cuenta [de algo], darse cuenta [de algo]: No cabe duda de que es un gran escritor (no: *No cabe duda que es un gran escritor); No hay duda de que es un gran escritor (no: *No hay duda que es un gran escritor); Pronto cayó en la cuenta de que estaba solo (no: *Pronto cayó en la cuenta que estaba solo); Nos dimos cuenta de que era tarde (no: *Nos dimos cuenta que era tarde). No deben confundirse las locuciones caer en la cuenta, darse cuenta, que exigen de, con tener en cuenta, que no exige la preposición: No tiene en cuenta que nos esforzamos (no: *No tiene en cuenta de que nos esforzamos).
2. Los verbos dudar, informar, advertir, avisar y cuidar presentan dos regímenes en español, esto es, pueden construirse con complemento directo (sin preposición) o con complemento de régimen (con preposición): advertir [algo a alguien] y advertir [de algo a alguien]; avisar [algo a alguien] y avisar [de algo a alguien]; cuidar [algo] y cuidar [de algo]; dudar [algo] y dudar [de algo]; informar [algo] (en América) e informar [de algo] (en España). Por lo tanto, con estos verbos, la presencia de la preposición de delante de la conjunción subordinante que no es obligatoria (→ advertir, avisar, cuidar, dudar, informar).
3. Un procedimiento que puede servir en muchos de estos casos para determinar si debe emplearse la secuencia de «preposición + que», o simplemente que, consiste en transformar el enunciado dudoso en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la preposición, esta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. Si la pregunta no lleva preposición, tampoco ha de usarse esta en la modalidad enunciativa: ¿De qué se preocupa? (Se preocupa de que...); ¿Qué le preocupa? (Le preocupa que...); ¿De qué está seguro? (Está seguro de que...); ¿Qué opina? (Opina que...); ¿En qué insistió el instructor? (Insistió en que...); ¿Qué dudó o de qué dudó el testigo? (Dudó que... o dudó de que...); ¿Qué informó [Am.] o de qué informó [Esp.] el comité? (Informó que... o informó de que...).
4. Para las expresiones formadas por el verbo dar seguido de algunos sustantivos abstractos que designan un sentimiento como vergüenza, miedo, pena, rabia, etc., → dar, 2.
5. Antes (de) que, después (de) que, con tal (de) que, → antes, después, tal.