El castellano representa un 15% del PIB de España
El castellano tiene un precio: 150.000 millones de euros, el 15% del PIB español. Es la cifra manejada por el Instituto Cervantes para cuantificar el "valor añadido" del castellano en forma de turismo idiomático, cine, edición, moda y música. La lengua cotiza al alza y cada vez atrae a más personas. Como muestra, un botón: 823.000 universitarios norteamericanos lo estudiaron en 2006, frente a los 534.000 de 1990.
El castellano tiene un precio: 150.000 millones de euros, el 15% del PIB español. Es la cifra manejada por el Instituto Cervantes para cuantificar el "valor añadido" del castellano en forma de turismo idiomático, cine, edición, moda y música. La lengua cotiza al alza y cada vez atrae a más personas. Como muestra, un botón: 823.000 universitarios norteamericanos lo estudiaron en 2006, frente a los 534.000 de 1990. El francés, con 206.000 estudiantes, ha perdido 66.000 seguidores en Estados Unidos. Brasil es otro importante foco de auge, que irá en aumento por la inclusión del castellano como lengua optativa en la enseñanza secundaria.
La enseñanza del castellano es una actividad que genera al año en España un volumen de negocios de 462 millones de euros y da empleo estable a 5.500 personas. Industria que ya atrae a 240.000 extranjeros y con enorme potencial de crecimiento por la creciente difusión que el castellano experimenta en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos y Brasil. El reto para lograr el salto definitivo es generalizar su utilización en los negocios, la ciencia e Internet. El Instituto Cervantes recibe al año 60.000 alumnos en sus centros distribuidos por todo el mundo y estima que 14 millones de personas aprenden castellano como segunda lengua. Lo estudian más de 7 millones en Estados Unidos y Canadá, 3,5 millones en Europa, 1 millón en Brasil, medio millón en África y 175.000 en Asia. En Francia, con 2,2 millones de estudiantes, el castellano ha desbancado al alemán como segunda lengua más estudiada.
Los hijos de muchos españoles estudian en Irlanda, mientras que los hogares españoles empiezan a acoger a estudiantes extranjeros. El castellano es un buen negocio para miles de familias que comparten sus casas con jóvenes alemanes, norteamericanos, franceses o japoneses. También lo es para quienes les alquilan pisos. El tiempo de estancia media de los alumnos varía según el país origen y oscila entre las dos semanas de los franceses e italianos, a las 30 semanas de los rusos. Suecia ofrece becas a sus jóvenes con 13 semanas en España (con frecuencia prorrogadas otras 13 más), mientras que los norteamericanos suelen permanecer cuatro semanas, según explica Francisco Pérez, presidente de la Federación de Escuelas de Español como Lengua Extranjera.
El auge del español es un negocio para los 627 centros educativos, que mueven cada año 176 millones de euros por ofrecer sus cursos. Cada alumno gasta una media de 1.950 euros, que en su mayor parte van a pagar la matrícula. Además, los estudiantes se gastan al año 66 millones en alojamiento, 82 millones en manutención, 68 millones en ocio y 69 millones en otros capítulos menores, según el estudio El turismo idiomático 2008,realizado por Turespaña, del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
El número de alumnos que viaja a España - atraídos por el ocio y la cultura-crece paulatinamente. El crecimiento desde 2002 ha sido del9% anual. El año 2000 vinieron un total de 130.000 turistas idiomáticos,que se matricularon en las 518 academias privadas repartidas por cinco comunidades. Los últimos datos apuntan a que casi 240.000 personas viajan cada año a España para aprender la lengua de Cervantes. Los centros educativos emplean de forma estable a unos 5.500 trabajadores, que aumentan hasta los 9.500 durante los meses de verano. Además, hay 56 escuelas oficiales de idiomas y 53 universidades con cursos de castellano para extranjeros.
La mayoría de los alumnos procede de los países de Europa (174.600) y de América (51.750), y el principal mercado de futuro es Estados Unidos aunque el alto coste de viajar a España hace que muchos prefieran México, Argentina o Costa Rica, los tres grandes competidores de España. Las condiciones necesarias para que los estudiantes viajen a perfeccionar el idioma son su capacidad económica, la situación políticosocial de su país, la disponibilidad de transportes, conexiones, visados y los tipos de cambios de moneda. El 71% de los alumnos son mujeres de entre 20 y 29 año, y eligen preferentemente Andalucía, Salamanca, Madrid y Barcelona. Málaga, Sevilla, Granada y Cádiz acaparan la mayoría de los estudiantes, 62.500 (el 26% del total) debido a que se asocia España con Andalucía. Sólo en la provincia de Málaga hay 33.000 plazas para estudiar castellano en 50 centros, mientras que Catalunya cuenta con 6.600 plazas en 93 centros docentes.
Turespaña estima que el número de estudiantes irá en aumento en los próximos años y calcula que la demanda potencial alcanzará en diez años los 745.000 alumnos, de los que 240.000 serán europeos, 486.000 americanos, 11.000 asiáticos y 8.000 africanos. Francisco Pérez destaca el fuerte auge del castellano en Alemania, Suecia o Dinamarca, cuyas empresas pujan por hacerse con los mercados latinoamericanos. "El boom del estudio del castellano en el mundo llegará cuando Latinoamérica se convierta en un mercado goloso para Europa y Asia", apunta.
Pero si el castellano quiere soñar algún día con acercarse, aunque sea de lejos, al todopoderoso inglés tendría que hacerse necesario para el trabajo o los negocios. Sólo un 2 por ciento de los que estudian castellano en Europa y América lo hacen por motivos laborales. No ocurre lo mismo en Asia, donde el porcentaje se eleva hasta el 10 por ciento, probablemente pensando en el mercado americano. Que el castellano atraiga a los de fuera principalmente por la cultura y el ocio refleja el escaso peso de la economía española en el pasado y las políticas desarrolladas por el Instituto Cervantes, claramente decantado a promocionar la cultura yno el idioma como negocio, opina Luis Cubría, de la consultora CA& A, que ha elaborado el plan de español para extranjeros de Castilla y León.