Entrevista con el miembro más nuevo de la RAE
En los últimos días de febrero ocupó el sillón S de la Real Academia Española que dejó libre Julián Marías y puede que se queden cortas las palabras del diccionario para expresar lo feliz que está. Y es que dice que para un lingüista llegar a la RAE es como conseguir un contrato blindado con el Real Madrid. Salvador Gutiérrez Ordóñez (Bimenes, 1948) lleva una vida entera dedicada a las palabras y a la Gramática. La entrevista tuvo lugar pocas horas antes del discurso de toma de posesión de su cargo.
Entrevista con el miembro más nuevo de la RAE
Por M.F.A., El Comercio Digital
En los últimos días de febrero ocupó el sillón S de la Real Academia Española que dejó libre Julián Marías y puede que se queden cortas las palabras del diccionario para expresar lo feliz que está. Y es que dice que para un lingüista llegar a la RAE es como conseguir un contrato blindado con el Real Madrid. Salvador Gutiérrez Ordóñez (Bimenes, 1948) lleva una vida entera dedicada a las palabras y a la Gramática. La entrevista tuvo lugar pocas horas antes del discurso de toma de posesión de su cargo.
–Dice el diccionario de la RAE que la Gramática es la «ciencia que estudia los elementos de una lengua y sus combinaciones. ¿Qué es para usted?
–Mi definición no es muy diferente a esa. Precisamente mi discurso va a tratar de una definición de la Gramática distinta al concepto tradicional de 'hablar y escribir correctamente', que a mi juicio es inadecuado.
–Pero al margen de la definición académica, hágame una sentimental.
–Yo le diría que es un poema.
–¿También es su vida?
–Ha sido mi compañera vital.
–¿Qué significa llegar a la RAE?
–Yo lo comparo con un contrato de por vida en un club. El otro día hicieron a Raúl y Casillas un contrato vitalicio en el Madrid. Para un lingüista, el mejor contrato es la Real Academia. Es de por vida, no pagan, es gratuito, pero es un gran honor, una gran satisfacción.
–Y encima le ha tocado la S de Salvador.
–Ha sido una hermosa casualidad, una feliz coincidencia.
–Siguiendo con el símil futbolístico. Hoy juega en el Bernabéu. ¿Cómo se prepara un discurso de ese calibre?
–Enfrentarse a la idea de presentar un discurso ante la RAE tiene su complejidad. Porque, por un lado, uno tiene que hacer un discurso que científicamente aporte algo, pero, por otra parte, el público que asiste a este tipo de actos, aparte de los colegas, de los académicos, hay familiares, personas que no tienen nada que ver con la lengua, y también tienen que entenderlo. Debe tener cierto nivel, amabilidad y ser atractivo. Conjugarlo no es fácil.
–Dice el diccionario que la gramática comparada «estudia las relaciones que pueden establecerse entre dos o más lenguas». ¿Qué relación hay hoy de colonización entre el español y el inglés?
–Hay una frase célebre de Nebrija que dice que la lengua es compañera del imperio. Es decir, que si en una época quienes mandábamos éramos los españoles, la lengua era compañera de los colonizadores y se impuso en los países sudamericanos. Cuando el imperio era francés, fue su lengua la que fue colonizando y encontramos en el siglo XVIII, XIX en todas las naciones limítrofes, hasta en Rusia, términos de origen galo. Ahora toca el inglés. La gran potencia económica fue primero Inglaterra y ahora Estados Unidos, y ese imperio viene acompañado de la lengua. El inglés se está imponiendo en el lenguaje científico, diplomático, político... Es evidente que hay una colonización, pero, no nos engañemos, el español está creciendo también. En estos momentos es hablado como lengua primera, materna, por más de 400 millones de hablantes, y como lengua segunda es una de las más demandadas.
–Hablando del inglés, una curiosidad, ¿por qué a los españoles se nos da tan mal?
–No es que tengamos más dificultad que otros, sino que quizá la necesidad ha sido menor. Uno aprende la lengua materna y luego se enfrenta a la segunda. Si los ingleses hablan menos lenguas segundas que nosotros es porque se ven menos necesitados, porque con el inglés van por el mundo y les entienden. En España ha pasado un poco eso.
Gramática panhispánica
–Usted colaboró en el Diccionario Panhispánico de Dudas...
–Sí, y estoy colaborando ahora más con la nueva gramática que también se está realizando con las academias hispanoamericanas.
–¿Cómo es esa experiencia de trabajar, dar unidad a un mismo idioma que a veces es tan diferente?
–Los idiomas tienden a dialectalizarse. A veces un hablante castellano no se entiende muy bien con un hablante, por ejemplo, andaluz, porque en el nivel bajo, popular, los idiomas tienen una tendencia a la disgregación. Luego es evidente que cada uno tiene sus palabras, a veces con distintos sentidos, connotaciones, pero sin embargo en el nivel estándar, culto, el de los medios de comunicación, es cada día más uniforme en todos los países hispanohablantes.
–Por cierto, ¿qué es para usted el asturiano, un dialecto o una lengua?
–El asturiano es un conjunto de hablas con muchas similitudes y con muchas diferencias. Es un conjunto de hablas influidas fuertemente, sobre todo en la parte central, por el castellano. Otra cosa es que con el tiempo se unifiquen... Cuando pasen equis años, hablaremos, pero ahora son dialectos o hablas y hay un intento de normalización que está ahí, promovido políticamente, y veremos lo que pasa dentro de unos años.
–¿No está a favor de la oficialidad?
–De momento no.
–¿Va a evolucionar mucho la lengua con los cambios sociales actuales?
–Yo creo que la lengua dentro de dos siglos va a ser muy parecida a la actual. La Gramática no va a variar mucho, y en lo que respecta al léxico va a haber siempre palabras que entren y que salgan. Pero, en cualquier caso, yo creo que nos entenderíamos perfectamente con los españoles de dentro de 200 años.
–¿Qué pasa con la literatura? ¿Afectará el lenguaje escueto del correo electrónico o de los SMS de las nuevas generaciones literarias?
–La literatura va a cambiar porque cambian los movimientos.
–¿Esas nuevas formas de comunicación van a influir en los escritores?
–Soy un poco escéptico sobre todos estos temores apocalípticos que suelen aparecer de vez en cuando. Cuando apareció el telegrama también se dijo que iba a afectar al idioma, y no, pero su uso es muy limitado. Sin embargo, sí hay a veces repercusiones: por ejemplo, durante tiempo dejamos de escribir cartas, pero aparece internet y empezamos a escribir correos y el género epistolar renace, de una manera distinta, con otras propiedades, pero renace.
–En resumen, que la lengua goza de buena salud, aunque nos invadan con palabras inglesas.
–Goza de muy buena salud y si nos invaden con palabras inglesas, las hacemos nuestras, como ellos también han hecho con palabras castellanas. A lo largo de la historia hemos introducido palabras del italiano, de un sinfín de idiomas... Un idioma es un organismo vivo, que está al servicio de los hablantes y no podemos ser puristas. Si los hablantes necesitan designar una realidad y no somos capaces de ponerle nombre, apelaremos a un término extranjero, lo asimilaremos.
–O sea, el lenguaje es globalización y mestizaje.
–Es la globalización y el mestizaje y siempre ha sido así.