encomio
Las celebraciones con cánticos eran muy comunes en la antigua Grecia; la música era una de las artes más apreciadas, y los coros tenían una importante participación en el teatro y en la vida social. Los triunfadores en contiendas deportivas, intelectuales o militares eran homenajeados en fiestas llamadas πανήγυρις (panegyris), en las que, entre otras cosas se elogiaba públicamente a quienes habían alcanzado algún merecimiento, con cánticos, en griego κωμος (komos), de donde se derivaron el adjetivo enkomios ‘cantado en una celebración’ y el sustantivo enkomion ‘elogio’, ‘panegírico’.
Hemos encontrado registro en español de esta palabra desde el siglo XVI. Citamos aquí un párrafo de Juan Ruiz de Alarcón en su Elogio descriptivo a las fiestas que Felipe IV hizo en Madrid (1623), con sintaxis y ortografía de la época.
Aun no la planta se ocultó postrera,
aun no el encomio sucedió a la gloria,
cuando bicorne mugïente fiera
hurta el pasado fausto a la memoria.