acordeón
Término acuñado para describir el instrumento musical de viento formado por un fuelle cuyos dos extremos se cierran por sendas cajas, especie de estuches, en los que juegan cierto número de llaves o teclas, proporcionado al de los sonidos que emite.
Este instrumento musical fue inventado en 1829 por un músico vienés llamado Kiril Damian. El creador le dio ese nombre (en alemán, Akkordeon) porque está dotado de un sistema de teclas que le permiten tocar acordes, o sea, varias notas que suenan al mismo tiempo en forma armónica. La palabra acorde, por su parte, expresa la exigencia de que los sonidos estén en armonía o de acuerdo entre sí, y deriva del latín accordare ‘ponerse de acuerdo’, aunque llegó al español a través del francés, con la palabra accorder.
Aquel papelito diminuto que algunos estudiantes llevan escondido para copiar en los exámenes se llama de diversas maneras, según la región; así, en México y en algunos países de América Central y del Caribe, recibe el nombre de acordeón porque, para poder esconderlo mejor, los jóvenes acordeonistas lo doblan varias veces, a modo de zigzag, como el fuelle de un acordeón. Confeccionar ese peculiar artificio es a veces más trabajoso que estudiar.