debacle
Esta palabra ingresó al castellano como traducción del título de la novela de Émile Zola La débâcle, publicada en 1892, cuyo argumento se desarrolla en el contexto de los acontecimientos políticos y militares que liquidaron en 1870 el Segundo Imperio de Napoleón III.
La novela de Zola fue traducida al castellano La debacle y al inglés como The Downfall ‘El derrumbe’.
El diccionario de la Academia define hoy debacle como ‘desastre’ otra palabra proveniente de Francia, más precisamente, del occitano. El vocablo se refería inicialmente a la ruptura de una traba (bâcle) de una puerta. Hacia 1680, se llamaba así la ‘acción de desembarazar un puente de los barcos que lo abarrotan’, según el Trésor de la Langue Française.
Más tarde se empezó a usar metafóricamente para referirse a la ‘ruptura de los hielos de un río’ y, finalmente, con Zola, en Germinal y en La débâcle, como derrota militar o desastre político-social.
El adjetivo débâcleur se aplica en francés desde el siglo XV a las personas libertinas o licenciosas, según el mismo Trésor, tal vez, una metáfora del significado de ‘quitar la traba de una puerta’.