gaznápiro
Este adjetivo se aplica hoy al sujeto ‘palurdo, simplón, torpe, que se queda embobado con cualquier cosa’. Está registrado en nuestra lengua desde la primera mitad del siglo XIX, aunque el diccionario académico solo lo incorpora en su edición de 1884.
El académico Pedro Felipe Monlau afirmaba en su Diccionario etimológico (1944) que provenía de un verbo gaznar, una de las formas de graznar, pero no presentaba otro fundamento que la paronimia.
Más verosímil parece la propuesta de Corominas que supone que se trate de un neerlandismo y propone el étimo gesnapper, supuestamente formado por los soldados españoles en Flandes con las palabras neerlandesas gesnapp ‘parloteo’, ‘charla’ y snapper ‘charlatán’.
El vocablo gaznápiro aparece con cierta frecuencia en los relatos de Benito Pérez Galdós, como podemos apreciar en este fragmento de su Amadeo I (1910):
La inesperada emergencia de aquel gaznápiro fué la mueca repugnante con que el Destino me anunciaba una reata de infortunios: al siguiente día me tocaba entrevista con Obdulia,