colonia
En castellano tenemos dos palabras colonia, es decir, homónimos con diferente significado y origen. No nos ocuparemos hoy de la que significa ‘conjunto de personas que se establecen en un nuevo territorio, que van a explotar y dominar’, sino al otro vocablo, al que se refiere a cierto perfume que conocemos como agua de Colonia.
De la primera diremos solamente que se originó en el latín colōnus ‘labrador’, ‘cultivador’, ‘poblador de una colonia’.
La segunda designa un perfume creado por el italiano nativo de Maggiore Johannis Maria Farina (1685-1766), que vivió desde 1708 en la ciudad alemana de Köln, españolizada como Colonia, quien logró que su perfume se tornara preferido de varias Casas Reales del siglo XVIII, con el nombre original de Farina aqua mirabilis.
“Mi perfume es como un hermoso amanecer tras la lluvia, una composición de naranjas, limones, pomelos, bergamota, flores y frutas de mi país natal”, expresó Farina para describir su creación.
Entre los clientes del agua de Colonia se contaron el káiser Karl VI, el rey de España Fernando VI, Napoleón Bonaparte y la reina Victoria. La fábrica de Colonia 4711, como se hizo conocida por estar localizada en el número 4711 de la calle Glockengasse, en Colonia. La receta de Farina es fabricada hasta hoy por sus descendientes, hoy la octava generación, y está patentada como Eau de Cologne.
Farina conocía todos los secretos de la destilación, esencias, procesos de maceración y extracción que adquirió con su familia materna, los Gennari, famosos perfumistas italianos del siglo XVII.