cáñamo
El cáñamo acompaña a la humanidad desde hace por lo menos 8.000 años, cuando la fibra que se extrae de su tallo se empezó a emplear en China para la elaboración de cuerdas y tejidos.
En España se usó durante casi toda la Edad Media para la confección de ropa, velas de navíos, cuerdas y papel. Se confeccionaron con fibra de cáñamo desde las velas de las carabelas de Colón hasta la primera bandera de Estados Unidos.
Otros usos son la fabricación de biocombustibles, celulosa, semillas y aceites ricos en omega 3 omega 6 y ácidos grasos esenciales, así como materiales aislantes empleados en automóviles Audi y BMW.
El cáñamo tomó su nombre del latín tardío cannābis, derivado del griego κάνναβις, κάνναβυς (kánnabis, kánnabus). Una de sus variedades, llamada Cannabis sativa, tiene propiedades psicotrópicas debido a su contenido de THC (tetrahidrocannabinol) y es con ella que se elaboran la marihuana y el hachís y también aceites medicinales que se usan como analgésticos y como tratamiento para algunos tipos de epilepsia.
El cultivo de cannabis sativa es ilegal en la mayor parte del mundo, aunque en muchos países es tolerado con restricciones y controles, en buena medida por sus propiedades medicinales, pero su uso recreativo es permitido en Estados Unidos en los estados de Alabama, Alaska, Arizona, California, Colorado, Delaware, Florida, Hawái, Maryland, Michigan, Montana, Nevada, Nueva Jersey, Nuevo México, Oregón, Rhode Island y Washington.