ómnibus
A diferencia del castellano y de otras lenguas romances, calificadas en lingüística como analíticas, el latín era una lengua sintética, tal como, por ejemplo, el alemán moderno, entre muchas otras.
En este tipo de lenguas, la función de una palabra en la oración se establece mediante declinaciones, en lugar de usar preposiciones como hacemos nosotros, los hablantes de lenguas analíticas, y no es tan importante el orden de las palabras en la oración.
Veamos el adjetivo latino omnis = ‘’todos’. Su declinación para dativo se forma mediante la terminación -bus , dando lugar a omnibus, que significa ‘para todos’.
Cuando, hacia comienzos del siglo XIX empezaron a circular en París los primeros carruajes públicos para el transporte de pasajeros, se les dio en francés el nombre de la palabra latina que significaba ‘para todos’: ómnibus, que fue incorporada al diccionario académico en 1852, como
Carruaje público de gran capacidad, para llevar gentes por poco dinero de un punto á otro en las poblaciones grandes.
La terminación -bus dio lugar más tarde a autobús y, en inglés, a bus. Esta última forma fue tomada en el siglo XX por la informática para significar también ‘conductor común a varios dispositivos que permite distribuir información’.