extranjero
Este adjetivo se aplica a cualquier país que no es el propio, y también a las personas que son naturales de otros países. Como sustantivo masculino, se emplea para designar al conjunto de países que no son el propio de quien habla: he trabajado muchos años en el extranjero.
La palabra nos llegó desde el francés antiguo estrangier (hoy étranger) que a su vez se formó a partir del latín extraněus ‘exterior’, ‘ajeno’, ‘extranjero’, derivado de ex ‘fuera’ y terraneo ‘propio de la tierra’, con los que se formó exterraněo, según escribió Sexto Pompeyo (Citado por Palencia [1495]).
Uno de los registros más antiguos de extranjero en nuestra lengua, con su grafía actual, es de Antonio de Palencia, en La perfección del triunfo militar (1459):
Mas, oy tú, o muy noble Jaques, para mientes que no quiebres inumanamente al extranjero que posa en mi mesón. Siquiera porque es español o viene solo, goze de los frutos de nuestra amistad.