adicción
Afección compleja del cerebro, que lleva a los pacientes a consumir drogas, alcohol o a entregarse a los juegos de azar incluso cuando son conscientes de que les causará daño.
El vocablo proviene del latín addictio, addictionis, que a su vez se derivó de addictus, participio pasado de addicere, que significaba 'adjudicar judicialmente algo a alguien'. Este verbo se formó a partir del prefijo ad- y del verbo dicere 'decir', aludiendo al acto de juez dictando verbalmente una sentencia.
A lo largo de los siglos, pasó a significar en bajo latín, ‘dedicado o devoto de algo’ y más tarde, ‘partidario de algo’. Este sentido se mantiene aún hoy, cuando se habla de “los adictos de un partido político o de un equipo deportivo”.
“Ni César ni Pompeyo, ni sus respectivos adictos, eran amigos de Roma: ambos partidos tenían planes contrarios a la libertad”. Thomas Gordon (1840).
En este mismo sentido la había utilizado un siglo antes Benito Jerónimo Feijóo, en este texto de 1728, en el que enumera las condiciones que debe reunir un médico:
La quarta, que no sea addicto a systema alguno philosófico: El pueblo ni entiende de systemas, ni de philosofías, y a ninguno tendrá por menos addicto que al ignorante que más calle, porque jamás ha saludado libros”.
Con la difusión masiva de las drogas en el siglo XX, surgió un nuevo significado, como extensión del anterior: así como es posible tener adicción a un partido o a un sistema filosófico, también puede uno tornarse adicto de la cocaína, del alcohol o del juego.