leña
El uso de la leña para hacer fuego es probablemente más antiguo que el lenguaje e incluso que la propia humanidad. Algunos expertos sostienen que algunos de los homínidos que nos precedieron ya usaban el fuego, aunque no sabemos hasta qué punto lo controlaban. La leña es, pues uno de los elementos de la naturaleza que el hombre utiliza desde más antiguo.
Su nombre español, así como el portugués lenha, lo tomamos del latín līgna, plural neutro de līgnŭm ‘leño’.
Esta palabra latina dio su nombre al lignito, el carbón fósil que se distingue del carbón de coke porque este último es de origen mineral.
El vocablo latino līgna tiene una historia que llega mucho más lejos que los romanos: unos 1500 o 2000 años antes de nuestra era los pueblos prehistóricos indoeuropeos llamaban leg-no a la madera.
Infortunadamente, los cuatro milenios que nos separan de los indoeuropeos son los rastros más lejanos a los que podemos llegar de ese tronco lingüístico, por lo que, de las lenguas decenas o centenas de miles de años que los precedieron, jamás habremos de saber nada.