corcel
Caballo ligero, de mucha altura, que servía para los torneos y batallas. En la actualidad, el vocablo se emplea más bien para referirse en forma elogiosa a cabalgaduras elegantes, veloces, de apostura llamativa. Es difícil registrar lexicográficamente estas características, pero ellas se infieren de las siguientes frases extraídades del Corpus de Referencia del Español Actual (CREA):
- hizo caracolear ante él su brioso corcel.
- gallardo caballero, montado en corcel negro como el ébano.
- corcel de maravillosa rapidez.
- Imperioso, un corcel albo y muy semental.
- el cordel real es fino, nervioso, acerado.
- el magnífico corcel que le obsequiara el Dalai Lama.
- como brioso corcel crece sobre llanuras de libertad.
La palabra nos llegó desde el francés antiguo corsier (actualmente coursier), derivado de cors ‘carrera’, y este del latín cŭrsus, proveniente del verbo cŭrrĕre ‘correr’.
En el castellano de los siglos XIII y XIV se registra el uso la forma cosser en referencia a caballos corredores, como en este fragmento del Libro del buen amor.
Fueron aquestas nuevas a las bestias cosseras;
fueron muy alegres porque andavan solteras;
contra él vinieron todas por vengar sus denteras,
aún el asno nesçio venié en las delanteras.