
Devanadera antigua
devanar
Enrollar un hilo, un cable, una cuerda o un alambre alrededor de un eje, formando un ovillo o una madeja. En castellano tenemos una locución verbal devanarse los sesos, que, según el Diccionario de la lengua española significa ‘fatigarse meditando mucho en algo’, por más difícil que resulte imaginar a alguien formar un ovillo con nuestras neuronas; tal vez se base en la idea de ‘dar (algo) vueltas a la cabeza, pensando’. Esta locución aparece en Corpus Diacrónico del Español (Corde) desde fines del siglo XVIII, en un texto sobre el arte de las castañuelas:
[...] el aprender tanto Canon, tanto Teorema, y tanto Corolario, que no sirven en su juicio mas que para devanarse los sesos, y confundirse con tanta algaravia.
Según Corominas (1980), el vocablo proviene del latín vulgar depanare derivado del latín pānus ‘hilo puesto en la devanadera’, y este tomado del griego dórico πανος (panos) ‘hilo de telar’. Aparece por primera vez en nuestra lengua en el Glosario del Escorial (h. 1400), junto con devanadera.