
Los libros apócrifos de la Biblia
apócrifo
Apócrifo se usa hoy con el significado de ‘falso’, ‘falsificado’ o ‘de autenticidad dudosa’. En una época lejana, en cambio, denotó ‘oculto’. Se formó a partir del latín tardío apocry̆phus y este, del griego άπόκρυφος (apokryphos) ‘oculto’.
Numerosos relatos acerca de la vida de Cristo y de sus apóstoles, que jamás fueron acogidos oficialmente por la Iglesia en el Evangelio, no son menos auténticos que las narraciones de los cuatro evangelistas, por lo que tuvieron que permanecer ocultos durante muchos siglos y hasta hoy son conocidos apenas por los estudiosos de temas bíblicos, que los denominan ‘evangelios apócrifos’.
Otros textos bíblicos, llamados apócrifos, fueron escritos hacia el siglo V a. C. y la Iglesia católica los agregó a su Biblia en el Concilio de Trento (1545 d. C.).
En 1614, nueve años después de la publicación de Don Quijote de la Mancha, cuando apareció una nueva versión firmada por un ignoto Alonso Fernández de Avellaneda, seudónimo de un autor que nunca fue identificado, la obra fue designada El Quijote apócrifo, esta vez con el sentido de ‘falso’ y no de ‘oculto’, como los evangelios.