Uso del pronombre 'le'
Estoy cada vez más contrariado con el uso del pronombre ‘le’ en obras literarias traducidas al castellano desde otras lenguas. Me resulta inverosímil que prácticamente todos los traductores utilicen este pronombre como complemento indirecto tanto para un roto como para un descosido. Es posible que sea correcto y lo hagan así para curarse en salud, pero chirría tanto durante la lectura, que hasta me hace perder la concentración en la misma. Les pongo un ejemplo extraído de un pasaje de «Ligeia», de E.A. Poe, traducido por E.L. Verneuil en las «Historias Extraordinarias» de ediciones Akal SL (pág. 269):
«Sin embargo, no soy capaz de definir ese sentimiento, de analizarLE y hasta de tener una percepción clara. LE he reconocido algunas veces,... LE he hallado en el océano...; y hasta LE he sentido en las miradas de algunas personas...».
A ver si eso no daña el oído y el entendimiento humanos. Además, jamás se encontrará ese uso en, por ejemplo, un Borges...; creo que antes se habría cortado la mano.
Véase ahora ese pasaje escrito en la única forma que yo considero correcta:
«Sin embargo, no soy capaz de definir ese sentimiento, de analizarlo y hasta de tener una percepción clara. Lo he reconocido algunas veces...; lo he hallado en el océano...; y hasta lo he sentido en las miradas de algunas personas...».
Mi pregunta es. ¿Es correcto ese uso abusivo que hacen casi todos los traductores del pronombre ‘le’? Y, aún cuando fuera así, ¿por qué no utilizan la segunda forma, mucho más agradable al oído y a la lectura?