¿Cómo leer el “Ulises” en español?
Primera edición del “Ulises” en inglés / Geoffrey Barker, Wikimedia Commons
El tratamiento que recibe el Ulises, de James Joyce, en el mundo hispano, con toda su riqueza y variedad lingüística, sigue con la misma vigencia que cuando apareciera la primera traducción al español del escritor argentino José Salas Subirat (1890-1975) allá por 1945.
Primeras traducciones
La traducción de Subirat tiene el mérito de ser el primer acercamiento de la lengua de Cervantes a la infinita odisea joyceana que representa Ulises, y los giros y modismos propios del español porteño caracterizan esta primera traducción.
Medio siglo después, en 1996, la editorial Planeta, en Barcelona, volvería a editar esta misma traducción bajo la dirección y edición del periodista y traductor madrileño Eduardo Chamorro (1946-2009). En esta edición anotada, Chamorro efectuaría innumerables modificaciones sobre la original traducción de Subirat, por lo que podemos asegurar que esta segunda reedición de Ulises, siendo optimistas, apenas conserva el sesenta por ciento de la original de Subirat. Chamorro eliminó todos los coloquialismos y vocablos propios del dialecto porteño de Subirat, así como un buen número de “erratas” o “descuidos” –según Chamorro– que el traductor bonaerense habría efectuado durante su proceso traductológico.
En este sentido, podemos preguntarnos si en realidad, en esta segunda reedición y traducción de Ulises, estamos ante una nueva versión de Subirat o, más posiblemente, ante una “colaboración” no consentida –pues Subirat ya había fallecido–, entre Subirat y Chamorro para esta edición de Planeta.
Desde entonces, por suerte, siguen apareciendo nuevas reediciones de la traducción original de Subirat, como la reciente edición ilustrada por el difunto Eduardo Arroyo de la editorial Galaxia Gutemberg en enero de 2022 con motivo del centenario de la primera publicación de Ulysses en París en la editorial Shakespeare and Company. La traducción original de Subirat sigue siendo, por tanto, una de las más leídas hoy día por el lector hispano desde los noventa.
Nuevas aproximaciones
Es en 1976 cuando Ulises encuentra su siguiente traducción al español, en esta ocasión realizada por el poeta, traductor y crítico literario José María Valverde (1926-1996) en la editorial Lumen, de Barcelona; trabajo que cosecharía el Premio Nacional de Traducción dos años más tarde, en 1978.
Esta traducción sería revisada por el propio Valverde en una nueva edición de Lumen en 1989. Este mismo 2022, también con motivo del centenario, la editorial Lumen vuelve a ofrecer una nueva edición conmemorativa de la traducción de Valverde, prologada esta vez por el crítico literario Andreu Jaume.
Afirmar, sin embargo, que la traducción de Valverde es la traducción “canónica”, como suelen difundir numerosos medios de comunicación y como afirman con frecuencia determinados círculos literarios, es un tanto arriesgado. Esta suposición no se ajusta a ningún criterio filológico. Es más, si tenemos en cuenta que ni José María Valverde ni José Salas Subirat eran especialistas en la obra de Joyce, el mismo derecho a recibir la mención de canónica tendrían ambas traducciones. Tampoco resulta en modo alguno oportuno, ni mucho menos convincente, considerar una determinada variante dialectal una razón de peso para ser considerada canónica.
Traducción de Cátedra
El hecho de que estemos ante la obra de un genio tampoco significa que solamente deba ser leída o interpretada en español según una determinada traducción. En este sentido, podríamos o deberíamos hacernos la siguiente pregunta: ¿qué han hecho las traducciones al español del Ulises por acercar a Joyce al común denominador del lector hispano? La respuesta es inmediata: Lo que se ha podido, según el contexto histórico de cada traductor. Cada traductor es en sí mismo un “constructo social” influido por su tiempo y su lugar en el mundo. De esto deducimos que el “constructo social” es determinante en la articulación de las ideas y la vertebración del lenguaje joyceano en la particular “adaptación” al español de estos dos primeros traductores.
Continuando por este catálogo de primeras impresiones y reflexiones inspiradas por el Ulises de Joyce en el orbe hispano, nos encontramos ante una tercera versión en español de la obra, la rigurosa y afortunada traducción de los profesores Francisco García Tortosa y María Luisa Venegas Lagüéns, firmada con Cátedra en 1999, que también ha vuelto a ser reeditada en 2022.
En esta tercera traducción nos encontramos con el magisterio de dos grandes especialistas joyceanos; en especial, con el trabajo de uno de los mayores referentes actuales en los estudios sobre la vida y la obra de James Joyce, el catedrático de Filología Inglesa de la Universidad de Sevilla Francisco García Tortosa. Su profundo conocimiento del Ulises hace que esta edición de Cátedra incluya el estudio preliminar más completo y documentado, a modo de exhaustivo ensayo académico, que hasta la fecha se ha realizado sobre esta novela en español.
El magistral ensayo del profesor García Tortosa es sin lugar a duda el mejor “manual de navegación”, sencillo y detallado, que todo lector necesita para llegar al puerto de destino y evitar el naufragio en medio de la singular y compleja travesía que supone la lectura del Ulises.
Por otra parte, conviene añadir que el trabajo de traducción realizado por el profesor García Tortosa, en colaboración con la profesora Venegas Lagüéns –también profesora de la Universidad de Sevilla–, está a la altura del profundo conocimiento que ambos especialistas tienen de la obra de Joyce.
¿Cuál es la mejor traducción de Ulises al español?
Todas estas traducciones del Ulises al español tienen su propia voz y pulso poético, dignas del ingenio creativo de cada traductor y reafirmadas según el “constructo social” de cada uno de estos. Es innegable que la traducción de Cátedra aporta la visión más fidedigna y cercana al poder de la palabra que Joyce forja, con infinitos matices, en su novela.
Con el permiso de los lectores –y vaya por delante todo mi respeto por el ímprobo trabajo realizado en su día por Subirat y Valverde–, como conocedor de la obra de Joyce y lector de las tres traducciones mencionadas, considero que esta tercera traducción es la que mejor capta la esencia de múltiples capas de la obra de Joyce y, por tanto, la más fiel a la intención de su creador, que no es otra que la de demostrar la universalidad del lenguaje como cíclico laberinto que ofrece una nueva dimensión de la palabra y el pensamiento, hasta entonces desconocida.
La traducción de Francisco García Tortosa y María Luisa Venegas Lagüéns logra “verter” al español sin apenas fisuras el “eterno ricorso viconiano” de Ulises, mediante la oportuna integración del patrón fonético como fórmula sonora que acentúa el poder de la palabra joyceana en su infinito laberinto narrativo, por lo tanto, en la universalidad del lenguaje. Sirva este breve fragmento de “Los bueyes del sol” para ilustrar mi humilde y categórico posicionamiento:
“Un omne que de camino sedía cabo la puorta detenido se hubo ca la noche se llegaba. De la yente de Israel aquel omne era qui so la tierra andudiera aluen et enderredor. Por voluntad e de grado solo habíase llegado fasta a aquella morada. Daquella morada A. Horne era el señor. Setenta camas allí guarece de madres plenas do costumnan a yazer pora soffrir e encaescer rezios niños ansí el ángel de Dios a María dixera”.
(Joyce, James, Ulises, Madrid, Cátedra, 2001, pág. 443).
* Jesús Isaías Gómez López es profesor de Filología Inglesa en la Universidad de Almería