¿Cuáles son las diferencias entre acentos, dialectos y lenguas?
Parte de la diversión de conocer a un hablante de otro lugar -ya sea de otra región o de otro país- es debatir cómo se dicen ciertas palabras. En el Río de la Plata decimos llamar /šamar/ (como una sh inglesa) o también /žamar/, como una j francesa, mientras que en España se pronuncia /λamar/ y en muchos países americanos, /iamar/. Ninguna de estas formas es incorrecta, son apenas variantes de una misma lengua.
Otra parte de la diversión es comparar los términos que se utilizan para ciertas cosas. Para un español, un bocadillo es un pan cortado en dos rebanadas (en el Río de la Plata, fetas) entre las cuales se pone fiambre, que queso se unta con algo, como manteca, paté, o ricota. Pero para la mayoría de los hispanohablantes americanos, eso se llama sándwich o sándwiche.
Estos ejemplos sirven para explicarLos ejemplos anteriores ayudan a ilustrar la diferencia entre acentos y dialectos. Como explica Rosetta Stone, un acento solo involucra la pronunciación. No importa cómo se pronuncie la palabra cereza, todos entendemos que se trata de la misma fruta.
Un dialecto, en cambio, engloba una serie de rasgos lingüísticos, como la gramática y el vocabulario. Las discusiones sobre el bocadillo-vs.-sándwich exploran las variaciones entre los dialectos castellanos, al igual que cualquier otra cosa que tenga que ver con la semántica, la estructura de las oraciones, las frases regionales, etc. Y como los acentos suelen ser específicos de ciertos grupos demográficos —entre otras características de los dialectos—, también entran en el ámbito de los dialectos. En otras palabras, la pronunciación puede ayudar a definir un dialecto tanto como el uso de las palabras.
Dialecto frente a lengua
No es totalmente erróneo decir que una lengua se compone de muchos dialectos. Pero eso puede ser una simplificación excesiva de la distinción un tanto difusa que se hace entre dialectos y lenguas. Como dijo una vez el lingüista yiddish Max Weinrich, “una lengua es un dialecto con un ejército y una armada”. En otras palabras, los factores geopolíticos suelen influir en que consideremos un dialecto como una lengua propia o como una variación de una lengua general.
Una forma popular de ilustrar este concepto es comparar las "lenguas" escandinavas y los "dialectos" chinos. Como escribe el lingüista John McWhorter en The Atlantic, el noruego, el danés y el sueco son lo suficientemente parecidos como para que, si hablas uno, puedas entender más o menos los otros dos sin necesidad de estudiarlos. Pero como Noruega, Dinamarca y Suecia son países distintos, también consideramos sus lenguas por separado, en lugar de verlas como dialectos de, por ejemplo, "lengua escandinava". En China, en cambio, hay muchos dialectos que no son mutuamente inteligibles: La razón principal por la que no es raro oír que el mandarín y el cantonés se llaman "dialectos" en lugar de "lenguas" se reduce al hecho de que ambos proceden del mismo país.
¿Qué es exactamente una lengua "estándar"?
Solemos anteponer la palabra "estándar" al nombre de un idioma para indicar el dialecto más hablado o formal. Pero esto puede perpetuar la idea de que existe una forma "correcta" de la lengua y que todos los demás dialectos son una aberración.
"Esto impone una jerarquía a la lengua que es, francamente, elitista", explica Babbel. "Es mejor imaginar la lengua como una categoría que engloba todos sus dialectos, incluido el estándar. No hay ningún dialecto que sea superior a otro".
En el caso del inglés, tomemos, por ejemplo, la lengua afroamericana (AAL), también conocida como inglés vernáculo afroamericano (AAVE) o inglés afroamericano (AAE), un dialecto hablado por muchos estadounidenses de raza negra que tiene sus raíces en su ascendencia africana. Los lingüistas han combatido durante mucho tiempo la falsedad de que el AAL es sólo un inglés incorrecto, argumentando en su lugar que se trata de un dialecto propio y completo con estructuras gramaticales y vocabulario que a menudo trascienden los del inglés estándar (y que con frecuencia se apropian los hablantes de este último).
Pero incluso llamar dialecto al AAL puede ser un poco arriesgado, porque no hay una sola versión; se podría argumentar que es más bien una lengua que comprende un grupo de dialectos. Para evitar este tipo de confusión -y alejarse de las ideas preconcebidas que conlleva denominar a algo como dialecto o como lengua- los sociolingüistas han dejado de utilizar los términos dialecto y lengua en general. En su lugar, hoy en día se utiliza a menudo el término variedad, más adecuado.