¿Podemos pensar sin usar el lenguaje?
Investigadores cuestionan el concepto tradicional de que necesitamos del lenguaje para razonar
Los seres humanos llevamos decenas (o quizá cientos) de miles de años expresando nuestros pensamientos con el lenguaje. Es un rasgo distintivo de nuestra especie, hasta el punto de que los científicos llegaron a especular que la capacidad del lenguaje era la diferencia clave entre nosotros y otros animales. Y llevamos preguntándonos por los pensamientos de los demás desde que podemos hablar de ellos.
“La pregunta del tipo 'un centavo por tus pensamientos' es, creo, tan antigua como la humanidad”, dijo a Live Science Russell Hurlburt, psicólogo investigador de la Universidad de Nevada, en Las Vegas, que estudia cómo las personas formulan sus pensamientos. Pero, ¿cómo estudian los científicos la relación entre el pensamiento y el lenguaje? ¿Y es posible pensar sin palabras?
La respuesta, sorprendentemente, parecería ser afirmativa, según cree haber descubierto Hulburt tras varias décadas de investigación. El investigador, por ejemplo, asegura haber demostrado que algunas personas no tienen un monólogo interior, es decir, que no hablan consigo mismas en su cabeza, según informó anteriormente Live Science. Y otras investigaciones muestran que las personas no utilizan las regiones lingüísticas de su cerebro cuando trabajan en problemas de lógica sin palabras.
Sin embargo, durante décadas los científicos pensaron que la respuesta era no, que el pensamiento inteligente estaba entrelazado con nuestra capacidad de formar frases.
“Una de las afirmaciones más destacadas es que el lenguaje surgió básicamente para permitirnos tener pensamientos más complejos”, explica a Live Science Evelina Fedorenko, neurocientífica e investigadora del Instituto McGovern del MIT. Esta idea fue defendida por lingüistas legendarios como Noam Chomsky y Jerry Fodor a mediados del siglo XX, pero ha empezado a caer en desgracia en los últimos años, según informa el artículo publicado en Scientific American.
Nuevas pruebas han llevado a los investigadores a reconsiderar sus antiguas suposiciones sobre cómo pensamos y qué papel desempeña el lenguaje en el proceso.
El “pensamiento no simbolizado” es un tipo de proceso cognitivo que se produce sin el uso de palabras. Hurlburt y un colega acuñaron el término en 2008 en la revista Consciousness and Cognition, después de llevar a cabo décadas de investigación para verificar que era un fenómeno real, dijo Hurlburt.
Estudiar el lenguaje y la cognición es notoriamente difícil, en parte porque es realmente difícil de describir. “La gente utiliza las mismas palabras para describir experiencias internas muy diferentes”, dijo Hurlburt. Por ejemplo, alguien puede utilizar palabras similares para relatar un pensamiento visual sobre un desfile de elefantes rosas que para describir su monólogo interior no visual, centrado en los elefantes rosas.
Otro problema es que puede ser difícil reconocer el pensamiento sin lenguaje en primer lugar. “La mayoría de la gente no sabe que tiene un pensamiento no simbolizado”, dice Hurlburt, “incluso las personas que lo practican con frecuencia”.
Y como las personas estamos tan atrapadas en nuestros propios pensamientos y no podemos acceder directamente a las mentes de los demás, puede ser tentador suponer que los procesos de pensamiento que ocurren dentro de nuestras propias cabezas son universales.
Sin embargo, algunos laboratorios, como el de Fedorenko, están desarrollando técnicas que estiman mejores para observar y medir la conexión entre el lenguaje y el pensamiento. Las tecnologías modernas, como la resonancia magnética funcional (IRMf) y la microscopía, permiten a los investigadores hacerse una idea bastante clara de qué partes del cerebro humano corresponden a las distintas funciones; por ejemplo, los científicos saben ahora que el cerebelo controla el equilibrio y la postura, mientras que el lóbulo occipital se encarga de la mayor parte del procesamiento visual. Y dentro de estos lóbulos más amplios, los neurocientíficos han sido capaces de aproximar y mapear regiones funcionales más específicas asociadas a cosas como la memoria a largo plazo, el razonamiento espacial y el habla.
La investigación de Fedorenko tiene en cuenta estos mapas cerebrales y añade un componente activo. “Si el lenguaje es fundamental para el razonamiento, entonces debería haber cierta superposición de recursos neuronales cuando uno se dedica a razonar”, ha hipotetizado. En otras palabras, si el lenguaje es esencial para el pensamiento, las regiones del cerebro asociadas al procesamiento del lenguaje deberían iluminarse cuando alguien utiliza la lógica para resolver un problema.
Para probar esta afirmación, ella y su equipo realizaron un estudio en el que dieron a los participantes un problema de lógica sin palabras para que lo resolvieran, como un sudoku o un poco de álgebra. A continuación, los investigadores escanearon los cerebros de estas personas mediante una máquina de IRMf mientras resolvían el rompecabezas. Los investigadores descubrieron que las regiones del cerebro de los participantes asociadas al lenguaje no se iluminaban mientras resolvían los problemas; en otras palabras, razonaban sin palabras.
Investigaciones como la de Fedorenko, Hurlburt y otros demuestran que el lenguaje no es esencial para la cognición humana, lo cual es un hallazgo especialmente importante para entender ciertas afecciones neurológicas, como la afasia. “Se puede quitar el sistema del lenguaje y gran parte del razonamiento puede continuar sin problemas”, dijo Fedorenko. Sin embargo, “eso no quiere decir que no sea más”.