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"Óigamen": el buen uso del español

22/09/2005

Mauricio PomboUn esfuerzo para dejar de asolar el idioma y de abolir ciertas reglas. Aunque no soy un furibundo defensor del buen uso del idioma (ni de las buenas costumbres, ni de muchas otras cosas llamadas buenas), hay fenómenos del lenguaje que me producen urticaria. Sobre todo si tenemos en cuenta de cuáles bocas salen.Estorba, impacta, molesta –y mucho– oír a grandes personalidades de la vida pública nacional maltratar una y otra vez el idioma. Ex presidentes (uno en especial, que por lo demás acaba de sacar un libro), congresistas, ministros e inclusive los mismos periodistas desconocen la manera correcta de conjugar o usar ciertos verbos; abusan sin tregua del ‘de que’; dicen ‘váyasen’ en lugar de ‘váyanse’ u ‘óigamen’ por el correcto ‘óiganme’. No importaría tanto si dijeran algo, pero ya que no dicen nada, al menos que lo digan bien.Grave, si tenemos en cuenta que –por lo menos en teoría– dichas eminencias cuentan con títulos universitarios. Ya en otra oportunidad me referí al uso del verbo haber o más exactamente a su mal uso. Haré un último esfuerzo y de una vez les sugiero a aquellos periodistas radiales que conocen el idioma que corrijan a sus colegas cuando cometen ciertos errores.No dudo de que el efecto multiplicador de estas lecciones contribuirían enormemente al buen uso del idioma. Sigo: el verbo haber solo se conjuga en plural cuando cumple sus funciones de verbo auxiliar. O sea, cuando va acompañado del participio de otro verbo: habían comido, habían venido, etc. Se emplea como impersonal para expresar la presencia del ser o seres, objeto u objetos designados por el sustantivo que en el enunciado se sitúa normalmente después del verbo, dice Manuel Seco en su Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Y añade: en este uso, en que el verbo solo tiene una persona (la tercera de singular) en cada tiempo, el presente tiene la forma especial hay... En conclusión, no habían muchas personas. Había muchas personas. Así mismo, lo correcto es puede haber (una o mil personas) y nunca pueden haber.Hay otros verbos que andan por ahí en boca de unos y otros que suelen ser mal conjugados. El verbo asolar, del que hay que hacer uso muy a menudo cuando se habla de los estragos causados por la guerrilla y los paramilitares, y el verbo abolir, tan frecuentemente utilizado para referirse a la extradición, reelección y otros asuntos legales.En cuanto al verbo asolar, este tiene dos acepciones (o mejor son dos verbos distintos) y se conjuga de manera diferente según su significado. Cuando se refiere a “poner por el suelo, destruir, arrasar” el verbo es irregular y se conjuga como acordar. Ahora bien, en el caso del verbo abolir, se trata de un verbo que en presente solo se conjuga en primera y segunda personas del plural. O sea, como decía un amigo: yo abolo (las bolas), yo abuelo (su abuela). Como se podrá ver, estimados ex presidentes, ministros, congresistas y señores periodistas, basta un pequeñísimo esfuerzo y un tanto de concentración para dejar de asolar el idioma y de abolir caprichosamente ciertas reglas del lenguaje.