“Hay que lograr que el español sea una lengua de futuro en la ciencia y la tecnología”
Luis García Montero: “Las reflexiones sobre cómo hablamos los andaluces deben entrar en el programa” del IX Congreso
El poeta granadino Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, no oculta su satisfacción por que Cádiz haya recogido el fallido testigo de Arequipa y vaya a ser en marzo sede del IX Congreso de la Lengua Española, una aspiración situada en el horizonte de 2025 que se ha adelantado por la inestabilidad política y social en Perú. García Montero advierte de que la decisión final fue colegiada y que Cádiz tenía ventaja por todo el trabajo que su candidatura había realizado: “Yo estoy encantado por Cádiz y por la vinculación que tengo, pero no he tenido objetivamente nada que ver. Una vez que Arequipa no puede convertirse en la sede, de las candidaturas presentadas en España la única que estaba madura y ofrecía seguridad era Cádiz. Y, además, esto parte de un movimiento cívico gaditano, de la Asociación de la Prensa que pone en marcha toda una dinámica a la que se suman las instituciones con el apoyo del Ayuntamiento, la Diputación, la Universidad, de la Junta de Andalucía, y era la única candidatura que ofrecía seguridad”. En esta entrevista, García Montero desgrana algunos detalles del cercano congreso, que será abierto a la ciudadanía, y reflexiona sobre el presente y futuro de la Lengua Española.
–¿En tres meses se puede preparar bien un congreso?
–Creo que sí por distintos motivos. Uno, el programa académico está ya muy cerrado porque han sido tres años de preparación con todas las academias latinoamericanas. La base del programa se mantiene, aunque adaptándola a la nueva situación. Es decir, si iba a tratarse de mestizaje e interculturalidad, en Perú había mucho protagonismo del mestizaje con las tradiciones indígenas y eso se mantiene. Pero aquí hay que atender también a la interculturalidad y a la convivencia desde Gibraltar con el inglés hasta el norte de África, las relaciones de Europa con Marruecos, la frontera sur... Por otra parte, las reflexiones sobre los distintos matices del lenguaje: cómo hablamos los andaluces debe entrar también en el programa.
Estamos en Cádiz y está claro que una referencia histórica fundamental es la Constitución de 1812, cómo se convierte en una referencia para España y Latinoamérica y qué relación tiene con la propia lengua y con el desarrollo de una conciencia iberoamericana.
–Todo eso se ha incorporado.
–Todos esos matices se han incorporado. Otros se pueden mantener. Iba a haber allí un gran concierto de hermanamiento, que es el congreso inaugural, entre el flamenco y los cajoneros peruanos. Fue Paco de Lucía el que trajo al mundo flamenco el instrumento. Eso, que se iba a hacer en Arequipa, con la misma lógica se puede hacer aquí.
–¿Es el concierto en el que se anuncia a Carmen Linares?
–Sí, es el espectáculo que se llama ‘Tempo de luz’ que nosotros, en la Red de Institutos Cervantes, lo hemos movido por varios lugares. Yo estuve con ellos en Rabat y en Tánger. Es un espectáculo en el que están Carmen Linares, Arcángel, Marina Heredia... El director artístico es el guitarrista El Bola y el director del espectáculo es Isidro Muñoz, hermano de Manolo Sanlúcar. Y vendrán grupos de cajoneros peruanos.Al mismo tiempo, hemos hecho un concierto nuevo, para la clausura, donde va a haber convivencia musical con grupos jóvenes de las cuatro lenguas del Estado: gallego, euskera, catalán y español.
–¿Un concierto para Cádiz?
–Ex profeso para el congreso. También entra dentro del trabajo que hacemos regularmente en el Instituto, porque al defender la cultura española se trata de que estén representadas todas las lenguas de las comunidades del Estado.
–Cádiz ha acogido muy bien ser sede del congreso. ¿Qué espera como respuesta del gaditano, del ciudadano de a pie?
–Responde con mucha experiencia porque esta ciudad está acostumbrada a organizar eventos internacionales y la infraestructura que tiene, cuando estuvimos viéndola, es estupenda. Es que aparte del Teatro Falla, está el Palacio de Congresos, la Casa de Iberoamérica..., con una tradición de cumbres y celebraciones culturales importante. A partir de ahí, nuestra intención es generar un diálogo con el movimiento ciudadano, con la plataforma del congreso y con las instituciones. Como es natural, el protagonismo lo lleva el Ayuntamiento aunque en diálogo con las plataformas ciudadanas y las otras instituciones para intentar que la ciudad se involucre y esos días sean días en los que la ciudad pueda disfrutar en un congreso que va a ser abierto: el que esté interesado en una reflexión académica sobre la lengua, el que esté interesado en la literatura disfrutando de la asistencia de escritores importantes... Por ejemplo, para la inauguración está invitado, esperemos que pueda venir, Mario Vargas Llosa, estará Soledad Puértolas y estará invitada también Elvira Lindo que es gaditana o Sergio Ramírez, el novelista nicaragüense. El que se interese por el flamenco, ‘Tempo de luz’.
–¿El programa está cerrado?
–Quedan algunos matices por el cambio de sede.
–¿Qué cree que quedará en Cádiz después del Congreso de la Lengua, cuál puede ser el legado? ¿Habría posibilidad, por ejemplo, de incorporar al diccionario de la RAE palabras o expresiones gaditanas?
–Yo no sé si la palabra bastinazo está en el diccionario... Se le puede proponer a la academia. El español está llegando a los 500 millones de hablantes de origen nativo, una cifra que va aumentando por la demografía latinoamericana y que seguirá subiendo hasta mitad de siglo, según los estudios. Hay casi 7.000 lenguas en el mundo y el español es la segunda.
En realidad, los españoles somos el 8% de los hablantes del idioma. Guillermo Cabrera Infante dijo una frase que me parece estupenda: “El español es demasiado importante para dejarlo en manos de los españoles”. Ha habido toda una tradición panhispánica de ir trabajando en conjunto, y creo que una de las mejores cosas que se han hecho, en un momento determinado, es que la Real Academia asumió que el diccionario de la Lengua Española no puede ser el diccionario de la Academia Española, sino que es el diccionario de las Academias de la Lengua, que se ponen de acuerdo. Y ahí están las palabras de uso común y las palabras que se utilizan en Colombia, en Arequipa... Y creo que esa dinámica serviría también para meter por ejemplo bastinazo. Se le puede proponer a la Academia que uno de los legados de toda la referencia cultural, la tradición..., sería simbólicamente bonito que se le propusiera alguna palabra gaditana.
–Desde el Ayuntamiento se ha mantenido que se iba a mantener la candidatura para 2025, pero la intención parece que es que sea en Arequipa cuando las cosas vuelvan a su cauce. Además, no ha habido dos congresos seguidos en el mismo país. ¿Eso cree que le cierra las puertas a Cádiz?
–Voy a dar mi opinión personal. Sin haber estudiado el asunto, creo que hacer dos veces seguidas en la misma ciudad el congreso le quita dimensión de comunidad internacional. En ese sentido, decía que los españoles somos el 8%. Los Congresos de la Lengua tienen que tener mucha presencia en los países. Repetir dos veces en Cádiz no creo que sea una buena idea porque España no puede intentar concentrarse en sí misma, es una lengua que está en comunidad. Hay una idea que a mí me apetece más: que en el programa de Cádiz se esté reconociendo y respetando toda la labor que hizo Arequipa y muchas actividades que se van a presentar comoArequipa en Cádiz, así que en 2025 habría que intentar, si es en Arequipa, que fuese Cádiz en Arequipa.
–Un congreso de ida y vuelta.
–Sería una manera de que Cádiz estuviera presente pero encarnando en la actualidad los tradicionales viajes de ida y vuelta que definen mucho a esta cultura y a esta ciudad. No podemos ser autocomplacientes porque la extensión del español no se debe a las instituciones culturales de Latinoamérica y España, sino que es un movimiento nacional e internacional de la demografía. Además, hay que convertir el español en una lengua de ciencia y tecnología y hay que apostar por la presencia del español en la inteligencia artificial, en las tecnológicas, en internet... Eso es muy importante para el desarrollo de nuestra comunidad, lograr que sea una lengua de futuro en la ciencia y la tecnología.
–¿Cree que los anglicismos y el lenguaje de las redes sociales o los móviles son una amenaza para el idioma?
–En mi experiencia como filólogo creo que los contextos son importantes. En el siglo XVIII hubo mucha polémica por la amenaza que suponía para el español la política internacional francesa y el prestigio como lengua culta del francés. Hasta el punto de que el español parecía amenazado y se denunciaba que se utilizasen palabras como peluca o peluquería, que eran francesas. Pero el español es una lengua fuerte que de una manera muy natural asume palabras que vienen de fuera, como peluca, cuando hay que nombrar realidades que antes no existían. La verdad es que da mucha rabia y es innecesario utilizar extranjerismos cuando tenemos en nuestro vocabulario palabras para nombrar las cosas, pero si hay que nombrar una cosa nueva y viene de otro sitio, la lengua tiene la fuerza necesaria para asumirla y darle vida.
Por otra parte, internet y las nuevas tecnologías son favorables porque crean un gran espacio comunicativo que permite la unidad de la lengua, hay un contexto comunicativo que consolida definitivamente la lengua para que no le pase lo que le ocurrió al latín. Pero como en todo, los espacios de las redes generan dinámicas que creo que hay vigilar, y ahí la educación es muy importante. Igual que hay que vigilar que la gente no se crea los bulos que van por las redes, es conveniente intentar que por lo menos se sepan distinguir espacios. Que los chavales sepan que una cosa es el contexto de un mensaje donde decirte te quiero pueda ser ‘tq’, y otra cosa es que cuando estén hablando normalmente, eviten decir ‘tq’. Va a haber trasvase como siempre, pero creo que tenemos que ser inteligentes y precavidos. Pero no soy excesivamente miedoso porque el español es una lengua hegemónica. El español lo único que necesita es sentido común y ambición a la hora de ocupar espacio en la tecnología y la ciencia.
–¿Cómo casa el asunto de lo panhispánico del que hablaba antes con el concepto identitario, esencialista, patrio de la lengua?
–Dentro del panhispanismo hay una cosa que funciona y a mí me parece importante. Me gustaría que este congreso, por el mestizaje y la interculturalidad, fuera útil para reflexionar sobre el mundo en que estamos viviendo. Los dos valores fundamentales de la lengua son la unidad y la diversidad, y un deseo de mantener el respeto a la diversidad y al mismo tiempo asegurar la permanencia de una unidad. La lengua materna es muy importante porque es muy identitaria, y en ese sentido lo primero que debemos tener claro es que nadie es el dueño de la lengua, que la lengua es de los hablantes. No se le puede imponer a nadie que use unas palabras y otras no. Hay realidades muy diversas porque no es lo mismo nacer en los Andes que en Andalucía o el Río de la Plata. Creo que se puede mantener la unidad y la conciencia de lengua aprendiendo a respetar la diversidad. La idea de imponer que se hable en un sitio como se hace en otro es tan peligrosa como la vocación localista de algunos escritores populares que buscan todas las palabras que solo se entiendan en su localidad y su pueblo y no en otro lugar. Son dos tipos de identidades supremacistas que impiden la convivencia.
–Además de Cádiz, para el congreso de 2025 había otras dos candidaturas: San Millán y Salamanca. A la elección de Cádiz para sustituir a Arequipa se ha reaccionado con silencio en La Rioja, donde se creará el Observatorio del Español, y enfado en Salamanca. ¿Se entiende?
–Las candidaturas eran para 2025. Para ser alternativa para Arequipa para 2023 solo había una candidatura que ofreciese un trabajo muy avanzado que era la de Cádiz. Creo que el trabajo que se está haciendo en La Rioja es importante, y ahí el Instituto Cervantes va a establecer ese Observatorio, una apuesta a largo plazo. Es verdad que la Universidad de Salamanca tiene mucha tradición, nosotros colaboramos con ellos en muchas cosas. Pero la candidatura de Salamanca era un deseo para 2025 y no se había desarrollado. Quien quiera tomarlo como una ofensa hacia Salamanca se equivoca.