Académicos de la lengua contra la Casa Blanca

Arnoldo Mora, miembro de la Academia Costarricense de la Lengua, considera histórica y valiente la posición de la Asale ante la decisión de Donald Trump de cerrar la página web en español en la Casa Blanca. (Foto: archivo Semanario Universidad)
En una carta tildada como un hecho histórico por el catedrático y filósofo costarricense Arnoldo Mora, las Academias de la Lengua Española se plantan contra el afán del gobierno de Donald Trump de silenciar el castellano en Estados Unidos.
Los académicos reunidos en la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) se rebelan contra el cierre de la página web en castellano de la Casa Blanca, en una medida que forma parte de la ideología de su actual inquilino, Donald Trump, para quien todo lo relacionado con lo extranjero y la inmigración le parece sospechoso y le huele a azufre.
Aunque Trump ya había eliminado en su primer mandato la página web en español en la Casa Blanca, el que haya repetido la fórmula, sustentando el proceder en que pronto estaría de regreso, es visto por los académicos y por el mundo de la cultura una argucia más para desacreditar a los millones de hispanohablantes que viven en Estados Unidos.
De hecho, Estados Unidos es el segundo país del mundo con más hablantes del español, por encima de la propia España, dado que en Norteamérica hay en el presente 57 millones que emplean el castellano como su lengua principal.
El último reporte de la cantidad de habitantes de España, a enero de 2025, indicaba que esta nación europea cuenta con 49 millones.
De modo que el procurar la invisibilidad del castellano frente al inglés es una medida que ha sido duramente criticada por los sectores hispanos, al considerar que es una forma de subyugación y de descalificación, que, inserta en la retórica de Trump, no deja ninguna duda de la posición que el presidente tiene hacia los hispanos.
Ello contrasta con el respaldo que los latinos le dieron al hoy presidente. De los 36 millones de latinos radicados en Estados Unidos que podían votar en las elecciones del 5 de noviembre de 2024, entre los que acudieron a las urnas, un 45% apoyó a Trump, mientras que un 53% lo hizo por Kamala Harris.
El hoy presidente obtuvo un 10% más de apoyo en relación con lo obtenido en los comicios de 2017. Pese a ello, su política en diversos campos para con los hispanos no es la que esperaban los líderes hispanos que le respaldaron.
En la actual coyuntura, funcionarios de la Casa Blanca han vuelto a realizar la promesa de que el sitio web, así como redes sociales como X y Facebook volverán con sus versiones en español, pero todo se ha quedo en afirmaciones vacías, porque cualquiera que intente entrar al sitio se topará con que fue borrado y si logra conectar con un link extraviado, lo llevará a toparse con una leyenda que dice error.
Inadmisible
La Asale, en una carta que hizo circular el 20 de febrero de 2025, sostuvo que la decisión de Trump de borrar de la faz de la tierra el vínculo con el castellano en la Casa Blanca no solo es desacertado, sino que tiene implicaciones que van más allá de lo simbólico.
“La Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), en nombre de las 23 academias de la lengua que la componen, manifiesta su preocupación por la reciente retirada de la página web y las redes sociales en español de la Casa Blanca”.
Dichas academias son: La Real Academia Española, la Ecuatoriana, la Mexicana, la Salvadoreña, la Venezolana, la Chilena, la Peruana, la Guatemalteca, la Costarricense, la Colombiana, la Filipina, la Panameña, la Cubana, la Boliviana, la Paraguaya, la Dominicana, la Nicaragüense, la Argentina, la Uruguaya, la Hondureña, la Puertorriqueña, la Norteamericana y la Ecuatoguineana.
En un mundo globalizado, en el que las naciones procuran no solo el comercio entre sí, sino también de bienes culturales que fortalezcan sus lazos y acepten sus diferencias, las políticas proteccionistas de Trump vienen a dar al traste con los avances que en dichos campos se han dado.
Por tal motivo, a los académicos de la Asale les parece improcedente, desde todo punto de vista, el bloqueo que se ha producido a la web en español, porque es una medida que arrastra connotaciones más profundas que el hecho visto y analizado en su dimensión más superficial.
“La decisión no se corresponde con el valor de una lengua que hablan hoy más de 600
millones de personas en el mundo y constituye su más rico patrimonio cultural, que atesora la obra de escritores universales como Cervantes, Rubén Darío, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Camilo José Cela, Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa”.
De igual manera, dado lo que representa el castellano en el mundo, más allá de los autores citados, no hay un sentido que contribuya a explicar, desde un punto de vista lógico y sostenible, el pretender arrinconar a los hispanohablantes de Estados Unidos.
Además, las cifras del español en el mundo, no solo lo catapultan como la segunda lengua de mayor relevancia en el panorama internacional, sino que cada vez se hace más fuerte en diversas áreas, entre ellas el comercio, la literatura y la ciencia, así como que el interés que despierta en jóvenes de todo el planeta.
“El español es la segunda lengua de comunicación internacional, con un desarrollo creciente en el ámbito económico, la enseñanza, las industrias culturales, los medios de comunicación, la traducción y el entorno digital. En la actualidad, el poder de compra hispanohablante representa el 10 % del PIB (producto interno bruto) mundial, más de 24 millones de personas aprenden la lengua en todo el orbe y los contenidos en español de las webs más destacadas superan a los expresados en francés y alemán”.
Los académicos de la lengua, en su carta, consideran que entre la decisión de Trump de invisibilizar el idioma de millones de hispanos, y la realidad a la que afecta, hay numerosas contradicciones que dejan en la cuerda floja el proceder del presidente estadounidense, que en la última semana vio cómo miles de ciudadanos de su país desfilaban en oposición a muchas de sus políticas.
“El español es el segundo idioma más hablado en esa nación, después del inglés, y es el principal en el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, donde comparte la cooficialidad con el inglés. El español es también la lengua extranjera más estudiada y el 60% de los alumnos eligen el español como idioma de preferencia. El país concentra más de 8 millones de estudiantes de español, la cifra nacional más alta. El aumento del bilingüismo en sectores profesionales ha tenido gran impacto en la vida pública”.
En ese contexto, en el que millones de hispanohablantes pueden obtener información valiosa de la Casa Blanca, un símbolo de poder indiscutible en el que todavía da en llamarse el país más influyente del mundo, el cierre de la web en español es un golpe y un duro mensaje de la relevancia que para Trump tienen los hispanos en este país, en el que, como se citó líneas arriba, el valor de su voto es cada vez más importante.
“La Asale, que agrupa a 23 corporaciones de Hispanoamérica, Estados Unidos, España, Filipinas y Guinea Ecuatorial, celebra y es consciente de la calidad de los contenidos y servicios que ofrece el portal oficial del gobierno de los Estados Unidos en español y de su importancia para la comunidad hispanohablante del país. Pero lamenta que un recurso tan relevante como la página web en español de la Casa Blanca haya sido retirado”.
Contrario al derrotero que ha seguido el Gobierno estadounidense desde que ese 20 de enero de 2025 asumió Trump su segunda estancia en la Casa Blanca, la representatividad de lo hispano merece un trato mejor y con proyección de futuro, según se desprende de la posición de la Asociación de Academias.
“El peso del español de los Estados Unidos en la comunidad universal requiere estímulos que favorezcan su desarrollo ante los desafíos del porvenir. Por ello, la Asale considera necesario mantener e incrementar todos los recursos que reflejan la representatividad social de una lengua esencial para el país”.
Posición histórica
Para Arnoldo Mora, miembro de la Academia Costarricense de la Lengua, puesto que ocupa desde 1996, la posición de la Asale en esta oportunidad es de suma importancia, por las circunstancias en que reivindica el respeto que se ha de tener por la lengua de Miguel de Cervantes y del propio Darío.
“Comparto plenamente lo dicho en ese documento, que considero histórico. Que yo sepa, nunca la Asale se había expresado en forma tan contundente y bien fundamentada como en este caso”.
Dicho lo anterior, Mora recomienda ahondar en las causas que han llevado a una medida tan sinsentido en el torno interno y externo de Estados Unidos: “Hay que ahondar en las causas que provocaron esta insólita y absurda medida de la administración Trump, una más de las torpezas del tándem Trump-Musk. En un imperio no existen medidas o decisiones que no sean provocadas por causas internas, pues para un imperio universal, lo exterior no existe, todo es provocado por causas domésticas. La causa de esta desesperada decisión se debe al auge que la población latina tiene en los Estados Unidos. 20% de la población norteamericana es de origen latino; es la población que más crece demográficamente; es la segunda economía de los Estados Unidos y con un crecimiento exponencial sostenido”.
En la obsesión de Trump por devolverle a Estados Unidos ese poder erosionado tras la caída del muro de Berlín y el fin del siglo XX, la ecuación de los latinos no le cierra al presidente y trata de ultrajar sus derechos y de minimizar su presencia, tanto real como simbólicamente, dado que el pasar de una comunidad netamente marginal, a tener influencia directa de lo que sucede en las elecciones, es un avance que el republicano no está dispuesto a permitir.
De ahí el ataque en varios frentes, dado que la lengua de una colectividad es clave en la forma en que piensa, en que asume su visión de mundo y la manera en que proyecta ese sentir al resto del entorno. Desde este punto de vista, lo aportado por Mora se basa en datos, que dan un contexto del por qué de los temores de Trump.
“De seguir así, a inicios de la segunda mitad de este siglo, podrían llegar a ser, junto con la población de origen afrodescendiente, cerca del 50% de la población norteamericana. Los datos no engañan: 49% de los habitantes de Los Ángeles, la segunda ciudad de los Estados Unidos, considera el inglés una lengua extranjera; 40% de la población de Texas es latina. Texas tiene un movimiento independentista muy fuerte, su partido logró el 6% de la votación en las más recientes elecciones; 16 condados en la frontera con México tienen el español como lengua oficial, pues, según la Constitución Norteamericana, la lengua oficial de una región es la que habla la mayoría de su población. Los datos podrían multiplicarse ad infinitum”.
Se desprende, por lo tanto, el por qué el imperio de Trump teme al español. Por dicha razón, desde que asumió el poder, tanto en el primer mandato, como en este segundo que se extenderá hasta 2029, el presidente estadounidense quiere meter bajo la alfombra la información en lengua castellana.
“Pero, en mi opinión, el dato más relevante es que el español supera al inglés como lengua natal, es decir, como la lengua que se aprende de labios de la madre, que no se aprende afuera; por ende, es la lengua que nos da nuestra identidad personal y cultural, que constituye nuestro yo social y comunitario”.
Aunque Trump, que solo piensa en dinero, no es muy dado a adentrarse en una búsqueda filosófica de la existencia, sabe que el latino piensa distinto al estadounidense nacido en ese país, y que la forma de ver el mundo también es diferente, y que no todo ha de pasar por la caja registradora para justificar una existencia digna y a la altura de los valores universales.
Desde esta perspectiva, aplastar a la lengua que se ve como enemiga y no como socia de una comunidad entra en perfecta consonancia con Trump, quien más tarde o más temprano podría salir con la desfachatez y la sinrazón de ponerle un arancel a quien hable en castellano en Estados Unidos.
Algún lector podría pensar que tal extremo es impensable y habría que responderle que en un 99.9 de los contextos lo es, menos cuando delante hay un señor que acaba de crear una tarjeta dorada con su propia imagen y que cuesta la módica suma de $5 millones, para quien quiera adquirir la residencia en Estados Unidos.
Frente a una lengua, como la castellana, que año con año muestra una proyección envidiable en el contexto político internacional, frente a un inglés que se impone por economía, por dólares, y no por lo que representa para la cultura, era preciso apretar el botón del desprecio y el irrespeto, y Trump no lo pensó ni un segundo para desactivar la información en español que se emanaba desde la Casa Blanca.
“A esto hay que añadir que el español de Nuestra América se ha convertido en el fenómeno literario más relevante del mundo a partir de la segunda mitad del siglo pasado, gracias a su prestigio universal, debido al boom de la novela hispanoamericana. En conclusión, la medida adoptada por la Casa Blanca es una medida desesperada por detener lo indetenible: el auge universal de nuestra lengua, como nunca se había dado en los más de mil años de historia de la lengua castellana”.
Cifras demoledoras
The Hispanic Council, organización con sede en Madrid y Washington y que busca estrechar los lazos entre España y Estados Unidos, publicó recientemente una serie de datos en relación con el español y su proyección en el mundo.
De esta forma, The Hispanic Council informaba de que en el 71% de los hogares de hispanos en Estados Unidos se hablaba castellano.
“La comunidad hispana no es homogénea, como tampoco lo es su relación con el español. El inglés es el idioma más extendido en todo el territorio estadounidense. No obstante, más de siete de cada diez hispanos utilizan el español para comunicarse en el entorno familiar. Esto demuestra que el español es una lengua viva, que los hispanos emplean por sus vínculos culturales y por su proyección profesional”.
Otro dato que atenta contra la proyección de Trump de silenciar al español en su país es el creciente interés de los estudiantes norteamericanos por el castellano.
“El 91% de las escuelas de secundaria ofrecen clases de español. Nueve de cada diez centros de Estados Unidos ofrecen a sus alumnos la posibilidad de estudiar el español. Es una oportunidad única, tanto para las familias hispanohablantes que quieren preservar el uso del español, como para todo aquel estudiante que quiera dominar una segunda lengua”.
A lo anterior, dicho organismo agrega que en Estados Unidos 8 millones de alumnos estudian español, lo que lo convierte el país con más educandos en este campo.
Mucha agua, mucha vida han pasado desde que en 1513 Juan Ponce de León llegó a la Florida y dejó su huella relacionada con el mundo vinculado al castellano.
Mientras Trump sigue pregonando a los cuatro vientos que “América está de vuelta” y continúa pensando que una medida discutible como lo es el cierre de la página web en español de la Casa Blanca puede silenciar e invisibilizar al castellano en Estados Unidos, la realidad le responde con la contundencia de los hechos, y certifica que la proyección del idioma en que se escribió Don Quijote de la Mancha, Cien años de Soledad y Pedro Páramo es indetenible y con un porvenir extraordinario que va más allá de las medidas restrictivas de la Casa Blanca.