Academia Colombiana publica nuevo diccionario
Carlos Restrepo, El TiempoEl profesor Carlos Patiño Rosselli, coordinador de la Comisión.La Academia Colombiana de la Lengua acaba de reeditar esa obra, revisada y ampliada.Si algún bacán con pinta dudosa lo ronda en medio del voleo de alguna calle colombiana, póngase abeja, péguese a su parche y cuide su biyuyo para que después no se ponga rabón.Y si no es colombiano, es factible que necesite un compatriota que le explique el párrafo anterior o remítase al Breve Diccionario de Colombianismos, cuya tercera edición acaba de publicar la Academia Colombiana de la Lengua, con nuevos vocablos del habla cotidiana de ese país andino.Esta versión fue revisada, ampliada y actualizada por la Comisión de Lingüística de la Academia, conformada por miembros de diferentes regiones del país.«Uno de los objetivos del trabajo fue presentar un contenido más vivo, más actual, que refleje realmente el uso de lagente. Por eso incluimos bastante vocabulario de los jóvenes», comenta el profesor Carlos Patiño Rosselli, coordinador de la Comisión.Por su parte, el profesor Jaime Bernal Leongómez, secretario Ejecutivo de la Academia Colombiana de la Lengua, considera que «la idea es mostrar que la lengua es algo vivo y que no hay que asustarse por los neologismos, sino hay que analizarlos y aceptarlos».Agrega que «colombianismo es una expresión, un vocablo (como se quiera llamar) que se usa solo en Colombia. Y eso significa que no está en el español general, o sea en el Diccionario de la Real Academia Española. Lo que se denomina criterio contrastivo».Aportes de todo el paísPara su elaboración, los investigadores se apoyaron en los aportes que recibieron de diferentes partes del país. «Tratamos de introducir un espectro muy amplio de términos, que corresponde a los diversos tipos de discursos, clases sociales y edades de las personas, para que el libro refleje el uso actual. Sin embargo, no pretende ser exhaustivo y tiene un carácter también selectivo», explica el profesor Rosselli.Por eso, cuando les escuche a sus hijos términos como «¡ya voy que estoy chateando!», «mucho faltón», «¡Qué chimba!», «No te imaginas la jincha que me metí anoche» o «Cata tiene una tusa horrible porque la dejó Juancho», tenga en cuenta que no se trata de un lenguaje de ellos sino de vocablos propios de la evolución de nuestra lengua, aceptados por la Academia.Colombianismos que entran en la nueva edición:Abeja: Ser muy vivo, listo, aprovechado. Afrijolar: Endosar obligaciones o responsabilidades en forma indebida. Apartamentero: Ladrón experto en hurtar bienes de los apartamentos. ¡Aguanta!: Voz que los pasajeros dirigen al conductor de un vehículo para que se detenga. Bacán: Referido a una persona estupenda, excelente. Bareto (vareto): Cigarrillo de marihuana. Biyuyo: Dinero. Camello: Empleo. Carga, fastidio. Chimba: Bueno, bonito. Descrestar: Engañar, producir admiración. Faltón: Dicho de las personas que no cumplen las obligaciones o compromisos. Gadejo: Ganas de joder. Gomelo: Joven de clase media o alta que se viste en forma llamativa y usa un lenguaje peculiar. Jincho: Borracho. Lleno de alimentos, de dinero, de piojos, etc. Neura: Mal humor. Parche: Sitio de reunión de jóvenes. Grupo de dichos jóvenes. Pico y placa: Limitación. Horario del tránsito vehicular urbano en ciertos días. Pichurria: Cosa insignificante, de poco valor. Pipiciego: Cegato, corto de vista. Rabón: Molesto por algo. Rumbearse: Tener trato incidencialmente erótico con una persona. Traga: Enamoramiento. Novio o novia. Tusa: Despecho por razones amorosas. Voleo: Ajetreo.Algunos extraños colombianismosBandera: Iniciar las ventas de un día. Cachimonis: Dinero en efectivo Cascarero: Ladrón que roba cosas de poca cuantía. Descuerar: Murmurar, conversar en perjuicio de una persona ausente, censurando sus acciones.Encachorrarse: Enfurecerse. Paloma: Breve recorrido gratuito en un vehículo. Yerbazo: Pócima perjudicial para la salud que a veces dan los yerbateros. Bebedizo usado en otros lugares con intención maléfica. Zarcillera: Lóbulo de la oreja.