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Academia Francesa se opone a presencia de las lenguas regionales en la Constitución

19/06/2008

Juan Pedro Quiñonero, ABCLa Academia Francesa se inquieta y se pronuncia contra el posible «reconocimiento» de las lenguas regionales en la Constitución, ya que, desde la óptica académica, tal eventualidad sería «una amenaza grave contra la identidad nacional, forjada desde hace cinco siglos por la lengua francesa».Las inquietudes de la Academia Francesa no tienen validez jurídica, pero sí son una seria advertencia contra el proyecto, en curso de discusión parlamentaria, de una reforma constitucional que, entre otros muchos cambios, pudiera incluir el posible reconocimiento del catalán, el vasco, el occitano, el corso, el bretón, entre otras 75 lenguas habladas en la Francia metropolitana y sus territorios de ultramar, antiguas colonias, en el Atlántico y el Pacífico.La reforma constitucional deseada por Nicolas Sarkozy no tenía previsto originalmente reformar de ninguna manera el artículo 2 de la Constitución, el que afirma: «La lengua de la República es el francés». En primera lectura, a las reformas constitucionales en curso de laboriosa concertación se añadió una enmienda (liberal) sugiriendo que la nueva Constitución francesa incluyese el posible «reconocimiento» de las lenguas regionales.La enmienda pasó sin pena ni gloria, a la espera de sucesivas e imprevisibles lecturas. Y el nuevo texto constitucional debe discutirse en el Senado, antes de volver a la Asamblea Nacional, en segunda lectura.La Academia ha tomado una iniciativa excepcional, haciendo públicas sus reservas e inquietudes de fondo contra un posible reconocimiento que considera amenazador para la identidad nacional.De fondo y de formaEn un comunicado oficial, de una rara solemnidad, la Academia recuerda que su primer mandato institucional es «velar por el uso de la lengua francesa y de su esplendor», exigiendo «la retirada de un texto que puede tener excelentes intenciones, que deben expresarse de otra manera y otro lugar, ya que no tienen cabida en la Constitución».Las reservas académicas contra el reconocimiento constitucional de las lenguas nacionales se plantean al mismo tiempo en el terreno formal de la redacción constitucional y en el terreno de fondo de la identidad política nacional.Desde la óptica puramente formal, la Academia considera «fuera de lugar» que las lenguas regionales puedan ser reconocidas en el artículo 1 de la nueva Constitución, cuando el francés sólo es reconocido en el artículo 2. Esa cuestión de forma replantea el problema de fondo: «El proyecto de reconocimiento de las lenguas regionales es un desafío a la lógica más elemental, un rechazo del principio constitutivo de la Nación».Sin duda, las reservas, rechazo y denuncia de la Academia no tienen valor normativo en el terreno político y constitucional. Sin embargo, la opinión académica refleja una opinión quizá bastante generalizada en buena parte del gobierno, incluso entre senadores y diputados de izquierda y derecha. Si los legisladores siguiesen adelante con el proyecto de reconocimiento, la Academia volvería a insistir en sus reservas.