Academia mexicana homenajea a Moreno de
Alba
Academia mexicana homenajea a Moreno de AlbaLa Academia Mexicana de la Lengua (AML) rindió este viernes un homenaje póstumo a José Guadalupe Moreno de Alba, uno de sus miembros más ilustres, con motivo del primer aniversario de su muerte, ocurrida el 2 de agosto de 2013 en Ciudad de México.Doctor en Lingüística, investigador y filólogo experto en el estudio de la lengua española, Moreno de Alba, quien nació el 12 de diciembre de 1940 en Jalisco, fue recordado por la antropóloga y lingüista Yolanda Lastra.La académica nacida en esta ciudad en 1932 refirió: "Lo conocí en los años 70. Fue mi alumno en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)". La séptima ocupante de la silla XI de la AML añadió que años más tarde, en 1986, ambos coincidieron en la Universidad de Austin, en Texas, donde realizaron una residencia. Y a partir de ahí, sus vidas académicas caminaron muchas veces en paralelo. La amistad entre ambos floreció, lo que les granjeó verse cada vez con mayor frecuencia, departió Lastra."Posteriormente nos fuimos viendo más y más, sobre todo, cada vez que él ocupaba algún nuevo cargo", señaló a los presentes en el Auditorio del Museo Tamayo de esta ciudad, al tiempo que recordó la última vez que vio a quien como profesor invitado dio cursos en 18 universidades en Gran Bretaña, Francia, Alemania, Canadá, Estados Unidos y Países Bajos."Fue en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM", enfatizó con tono triste la académica de la lengua, reflejando en su rostro la entrañable estimación que sintió por Moreno de Alba, autor de importantes libros como Valores de las formas verbales en el español de México (1978) y Morfología derivativa nominal en el español mexicano (1986).También del homenajeado son El español en América (1988), Minucias del lenguaje (1992), Estructura de la lengua española (1992), Diferencias léxicas entre España y América (1992), Nuevas minucias del lenguaje (1996), La prefijación del español mexicano (1996), El lenguaje en México (1999) y La lengua española en México (2003).Igualmente, Estudios sobre los tiempos verbales (2003), Introducción al español americano (2007) y Notas de gramática dialectal: el atlas lingüístico de México (2013).Sin embargo, para la maestra Lastra, la obra más representativa de quien fuera su discípulo es La pronunciación del español de México (1994). Al tomar la palabra, la filóloga e investigadora ya mexicana Concepción Company Company (Madrid, España, 1954) leyó para todos los asistentes a la ceremonia en memoria del malogrado su texto "José G. Moreno de Alba. Maestro, colega, jefe y amigo"."En todas esas facetas fue un hombre probo y comprometido, paciente y ordenado", glosó Concepción Company, quien al término de su lectura rubricó sus palabras al subrayar que "aprendí la gramática del idioma español con mi maestro, colega, jefe y amigo José G. Moreno de Alba". Para entonces, las lágrimas ya asomaban en sus ojos claros.Finalmente, Gonzalo Celorio recordó que el 2 de agosto del año pasado le tomó por sorpresa la muerte de José G. Moreno de Alba, pues apenas una semana antes lo había visitado en su casa de la colonia Florida.La vida los unió profesionalmente en diversas instituciones como la AML y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, señaló."¿Ya te vas, Gonzalo?, me alcanzó a decir, abriendo un solo ojo. Sí, le contesté, sabiendo que el que se iba era él y no yo, y que se iba para siempre", dijo Gonzalo Celorio, crítico literario, ensayista, editor, narrador y ex director del Fondo de Cultura Económica (FCE), en un texto in memoriam que publicó recientemente para la Revista de la Universidad.Celorio y Moreno coincidieron cuando el primero invitó al lingüista a ser parte del comité editorial del FCE, donde también se publicaron sus famosas Minucias del lenguaje, que junto a El español en América y La lengua española en México, son algunas de sus más importantes contribuciones al mundo de habla hispana.Más allá de los títulos, Gonzalo Celorio reconoce ampliamente que de José G. Moreno fue siempre un subordinado de quien siempre aprendió mucho. Pero sobre todo, fue su amigo, el aprendiz de su filosofía, depositario de su confianza, cómplice de su sentido del humor y acompañante de muchas andanzas, de las cuales habló durante este homenaje.