Academias americanas cierran filas en torno a lengua común
ABC «Ya lo dijo Unamuno: “Nuestra patria común es la lengua”»; «en Cataluña o el País Vasco convendría que se practicara y se enseñara en las escuelas un verdadero bilingüismo: español-catalán y español-vasco»... Son reflexiones, a título particular, de algunos directores de las Academias Iberoamericanas de la Lengua Española interrogados por ABC sobre el Manifiesto de la Lengua Común. Este periódico remitió las mismas cuestiones a la mayoría de las Academias, pero sólo contestaron siete de ellas. Al contactar con la Academia Colombiana se nos comunicó que «lamentablemente, el doctor Jaime Posada director] no podrá responder porque el señor García de la Concha [director de la Real Acadenmia Española] nos ha pedido que nadie conteste a ninguna cuestión relacionada con el idioma hasta que no se reúnan y se pongan de acuerdo en Santiago de Chile el viernes [hoy para el lector]», en la presentación del V Congreso Internacional de la Lengua Española.Como los lectores de ABC conocen, la mayoría de los académicos de la Española (23 de 44) respaldan en parte o en su totalidad el Manifiesto en defensa del castellano. Sin embargo, Víctor García de la Concha no se ha adherido «por principio» ni a título particular ni como director de la RAE, y la Junta de Gobierno de la Real Academia se escuda en sus Estatutos para evitar pronunciarse, a pesar de que un académico solicitó una postura firme de la Docta Casa sobre el acoso al español los días 12, 19 y 26 de junio.El director de la Academia Boliviana de la Lengua, Raúl Rivadeneira Prada, expresó a ABC, vía mail, el martes su posición favorable al Manifiesto por la Lengua Común en una amplia y documentadísima reflexión. Sin embargo, ayer nos notificó, con carácter urgente, su decisión de «suspender la publicación de la respuesta enviada a su cuestionario sobre el “Manifiesto por la Lengua Común”, dado que las opiniones personales expresadas en la nota enviada el martes 8 no deben considerarse como una posición institucional de la Academia Boliviana de la Lengua ante tan controvertido asunto que, finalmente, sólo compete dilucidar a los propios españoles». Las Academias argentina, ecuatoriana y chilena evitaron pronunciarse por ser «disciplinadas» hacia la RAE. Quienes mantuvieron sus respuestas fueron las siguientes:Wilfredo PencoPresidente de la Academia Nacional de Letras del Uruguay«El asunto —tan polémico— que el manifiesto expone corresponde a la complejidad política actual e histórica de España y, como siempre que la lengua se hace presente, la política no deja de acompañarla. Sin ánimo de intervenir en algo sobre el que deben opinar los españoles y resolverlo sólo ellos, sin interferencias inoportunas, apenas me resta decir lo que resulta básico en el caso: que no puede haber nación sin una lengua común, y que esta debe ser respetada y cultivada por todos o por una amplísima mayoría; que una nación debería admitir, sin inconvenientes, la convivencia de otras lenguas y dialectos; y que las hegemonías lingüísticas no convocan, solo dividen». «El español, en su unidad y su diversidad, es la lengua que nos identifica a la mayoría de los hablantes de Iberoamérica. Su reivindicación es necesaria, siempre y cuando sea una reivindicación democrática, respetuosa de otras lenguas que también conviven en nuestros países, y que busque no dejarse avasallar y al mismo tiempo no tenga afanes colonialistas».José G. Moreno de AlbaDirector de la Academia Mexicana de la Lengua«La política lingüística española, como cualquier otro tipo de política, corresponde sólo a los españoles».«Lo que resulta innegable es que, en estos momentos, la lengua española en el mundo, por muchas razones, especialmente demolingüísticas, es una lengua importante».«Debido a su básica y esencial unidad, es una lengua que comunica bien y fácilmente a muchos millones de personas».«Creo que en regiones de España, como Cataluña o el País Vasco, convendría que se practicara y se enseñara en las escuelas un verdadero bilingüismo (español-catalán y español-vasco). Ello enriquecería a todos. Casi en ninguna otra parte hay condiciones más favorables a un bilingüismo útil».Rigoberto Juárez-PazDirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua«En mi calidad de filósofo y profesor universitario estoy totalmente de acuerdo con la iniciativa que firma Savater respecto del estatus del idioma español, no así en mi calidad de director de la Academia Guatemalteca de la Lengua Española. Tendría qué consultar a mis colegas de la Junta Directiva y por estos días ello no es posible».José Antonio Moreno RufinelliPresidente de la Academia Paraguaya de la Lengua«Creo que la mejor respuesta para la primera pregunta la dio Unamuno cuando dijo: «Nuestra patria común es la lengua». En cuanto a la segunda, creo que la difusión del español en el mundo ha aumentado significativamente, no necesita ser reivindicada como lengua. Y en cuanto al planteamiento de ese grupo de intelectuales pienso que debe tener de parte de las autoridades una respuesta política. La lengua que forma parte del acervo de un país debe ser preservada porque integra sus valores».José Guillermo Ros-ZanetDirector de la Academia Panameña de la LenguaEs indudable que la lengua común es importante. Es la lengua materna, la madre, la lengua en la que nosotros, y los nuestros por ese sentido de identidad nacional, creemos; la lengua que acogemos, y a la que estamos vinculados profundamente. Es claro la forma en que pueda manejarse en un estado, en una nación, donde hay diversos entes —diversas etnias, podríamos llamarlas así—. Lo ideal es que haya un país con muchos países dentro. El camino mas luminoso es el de la unidad, con respeto profundo hacia cada una de las nacionalidades, eso es importante. En la historia hemos visto cuánto desastre dentro de un país, sobre todo grande, provocan las nacionalidades. Lo importante es que haya un respeto profundo por esa nación, pero también por el país entero. La totalidad bien merece el respeto profundo. Cada una de las partes se merece, y debe recibir, un sentido amoroso y profundo en estas cuestiones de la lengua. Es el amor a la casa donde nacimos, crecimos, sufrimos, gozamos: esto es esencial. El amor profundo por el país entero, por el sentido profundo de la nación entera, porque caminamos en medio de los desencuentros y encuentros, hacia arriba y hacia adelante. El hombre se debe tranformar en humanidad. El mundo camina hacia la humanidad: un solo ente, una sola entidad, ¡qué hermoso el día que podamos decir: “somos ciudadanos del mundo” sin dejar de ser ciudadanos del pedacito de tierra donde nacimos y seremos enterrados! Pero siempre desde el respeto profundo. Hay que procurar el respeto al castellano y al español sin olvidar también el mismo respeto a las otras lenguas».Bruno Rosario CandelierDirector de la Academia Dominicana de la Lengua«Leí con atención el documento que usted tuvo a bien remitirme y, aunque el planteamiento esencial me parece válido, estimo que enfoca un aspecto concerniente a los hablantes españoles, razón por la cual, como dominicano, entiendo que es un asunto de exclusiva competencia de los ciudadanos de España, por lo cual me mantengo al margen de esta cuestión».