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Argentina, destino de moda para estudiar español

02/10/2008

Natalia Kidd / EFELa siempre quebradiza economía argentina ha encontrado un excelente filón. El número de extranjeros que no tienen el español como lengua madre y que optan por aprender este idioma en la tierra natal de Borges y Cortázar ha crecido a un ritmo del 25% anual desde 2004 y en 2007 ascendió a 25.000, según un informe de la Cancillería argentina y de la Asociación Argentina de Docentes de Español (AADE). “El factor económico del tipo de cambio influye, pero hay otras variables que colaboran, como el que Argentina siempre fue valorada por su nivel de enseñanza”, señaló Luciana Velloso, de la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería argentina, que promociona la enseñanza del español para extranjeros en el país.Argentina tiene desde 2004 un Certificado de Español, Lengua y Uso (CELU), diseñado por un consorcio de universidades argentinas y reconocido por el Ministerio de Educación y la Cancillería del país, “que es el único examen oficial de español como lengua extranjera que existe en Hispanoamérica y que, además de tomarse en Argentina, también se realiza en Berlín, París y ocho ciudades de Brasil”, destacó Velloso.Un 48% de los extranjeros que estudia español en Argentina tiene entre 21 y 40 años y lo hace en un contexto de vacaciones extensas o un año sabático, donde el país suele ser la primera escala de un viaje por Latinoamérica, que aprovechan para aprender un idioma que necesitarán para su periplo.Un 25% son jóvenes que necesitan aprender la lengua por motivos laborales y un 18% son estudiantes que llegaron a Argentina por un intercambio universitario. Casi un 40% de los estudiantes proviene de Europa, un 25% es estadounidense y un 16% viene de Brasil. Según fuentes del sector, una clase de una hora cuesta en Argentina entre 10 y 45 dólares.Una amplia oferta que creció al calor de la crisis de 2001Cerca de 200 centros educativos dan clases de español para extranjeros en Argentina, sin contar los profesores particulares, un mercado que también se dinamiza con una creciente oferta de capacitación para docentes y una incipiente industria editorial alrededor del español para extranjeros. “En los 90 ya se enseñaba español, aunque sobre todo a empresarios extranjeros y de forma particular. Tras la crisis de 2001 y la devaluación del peso, la enseñanza se volvió masiva”, dice la presidenta de la AADE, Gabriela Rusell. Según ella, la crisis hizo que muchos estudiantes y profesionales de la carrera de Letras y profesores de inglés se orientaran a esta posibilidad.