Bill Gates: Mi viaje a la frontera de la educación con IA

Cuando era niño, mis padres me llevaron a la Exposición Universal de Seattle. Fue increíble ver todas estas tecnologías fantásticas que parecían sacadas de una novela de ciencia ficción. Les pedí que me llevaran varias veces durante los seis meses que estuvo abierto aquí, y recuerdo alejarme del recinto ferial cada vez sintiendo que acababa de vislumbrar el futuro.

Ese sentimiento volvió a mí recientemente cuando salí de un salón de clases en Newark, New Jersey.

En mayo, tuve la oportunidad de visitar la escuela primaria First Avenue, pionera en el uso de la educación mediante IA en el aula. El Distrito Escolar de Newark está probando Khanmigo, una herramienta de apoyo a profesores y tutores basada en IA, y no podía esperar a verlo con mis propios ojos.

He escrito mucho sobre Khanmigo en este blog. Fue desarrollado por Khan Academy, un excelente socio de la Fundación Gates. Y creo que Sal Khan, el fundador de Khan Academy, es un visionario cuando se trata de aprovechar el poder de la tecnología para ayudar a los niños a aprender. (Puedes leer mi reseña de su nuevo libro, Brave New Words, aquí).

Todavía estamos en los primeros días del uso de la IA en las aulas, pero lo que vi en Newark me mostró el increíble potencial de la tecnología.

Me quedé impresionado por la creatividad con la que los profesores utilizaban las herramientas. Leticia Colón, profesora de álgebra de octavo grado, explicó cómo utilizó la IA para crear conjuntos de problemas sobre héroes locales que podrían interesar a los estudiantes. En febrero, Khanmigo la ayudó a desarrollar ecuaciones que incorporaban las rutinas de ejercicios del boxeador de Newark Shakur Stevenson, para que sus estudiantes pudieran practicar habilidades matemáticas aprendiendo sobre un modelo a seguir del mundo real.

Cheryl Drakeford, profesora de Matemáticas y Ciencias de tercer grado, habló sobre cómo utiliza Khanmigo para crear rúbricas y ganchos de lecciones para las tareas. La tecnología le proporciona un primer borrador, que luego adapta a sus alumnos. Por ejemplo, una vez la IA le dio un gancho que usaba una historia genérica sobre un puesto de frutas, y ella lo editó para que tratara sobre cartas Pokémon y Roblox, dos temas que apasionan a sus alumnos. “Khanmigo me da el plano, pero yo tengo que hacer la entrega”, dijo.

Varios de los profesores con los que me reuní me mostraron cómo pueden acceder al panel de cada estudiante y obtener un resumen de su desempeño en una materia en particular. Les encantó poder realizar un seguimiento fácil y rápido del progreso de un estudiante, porque les ahorra mucho tiempo. También estaban entusiasmados con la forma en que sus alumnos utilizan Khanmigo como tutor personalizado.

Esta tecnología está lejos de ser perfecta en este momento. Aunque a los estudiantes que conocí les encantó usar Khanmigo en general, también mencionaron que tenía dificultades para pronunciar nombres hispanos y se quejaron de que su única opción de voz es masculina, lo que deja en claro cuánto se debe pensar aún en hacer que la tecnología sea inclusiva y atractiva para todos. estudiantes. En un mundo ideal, la IA sabría qué les gusta a los estudiantes de la clase de la Sra. Drakeford, por lo que no tendría que editar nada. Y la Sra. Colón me dijo que le tomó varios intentos lograr que Khanmigo le diera lo que quería.

En otras palabras, mi visita a Newark me mostró desde dónde partimos con la IA en el aula, no dónde terminará en definitiva esa la tecnología. Reforzó mi creencia de que la IA cambiará totalmente las reglas del juego tanto para los profesores como para los estudiantes una vez que la tecnología madure. Incluso hoy, cuando los maestros de First Avenue delegan tareas rutinarias a asistentes de IA, recuperan tiempo para lo más importante: conectarse con los estudiantes, despertar la curiosidad y asegurarse de que todos los niños se sientan vistos y apoyados, especialmente aquellos que necesitan un poco de ayuda adicional.

Khanmigo es solo una de las muchas herramientas educativas impulsadas por IA en desarrollo, y la Fundación Gates se centra en garantizar que estas herramientas lleguen y apoyen a todos los estudiantes, no solo a unos pocos. Nuestro objetivo es que ayuden a nivelar el campo de juego, no que amplíen las brechas existentes. Actualmente estamos trabajando con educadores de todo el país para obtener comentarios y hacer que la tecnología responda mejor a sus necesidades. Visitas como la que hice a Newark son parte de ese proceso. Fue fantástico saber qué entusiasmó a los profesores y ver cómo los diferentes estudiantes interactúan con la IA.

Los educadores que conocí en Newark son verdaderos pioneros. Algunos estaban a la vanguardia y buscaban constantemente nuevas formas de utilizar la IA en sus aulas. Otros lo utilizaban de forma más limitada. Me impresionó cómo la escuela pudo respaldar el nivel de comodidad de cada maestro con la tecnología. Están pensando mucho en la gestión del cambio y en asegurarse de que ningún educador se vea obligado a probar cosas que no funcionarán en su salón de clases.

Esto se debe a que, al final del día, los profesores saben más. Si les entrega las herramientas adecuadas, siempre encontrarán una manera de apoyar a sus alumnos. Mi visita a Newark me dejó más optimista que nunca en cuanto a que la IA ayudará a los profesores a hacer lo que mejor saben hacer y les permitirá centrarse en lo más importante.