twitter account

Califican de «neocolonialismo»
premio Planeta 2011

13/03/2012

J. M. R, nuevatribuna.es

Las relaciones entre España y Brasil se ven periódicamente alteradas por las acusaciones de trato discriminatorio hacia los ciudadanos brasileños que llegan a los aeropuertos españoles. El último episodio de estas denuncias, ampliamente divulgadas por los medios brasileños, ha sido la deportación esta pasada semana de una anciana de 77 años. Sin embargo, esta crisis de los aeropuertos no es la única polémica que enturbia las, por lo demás, buenas relaciones entre España y el gigante latinoamericano. Otra nueva polémica se le ha venido a sumar estos días. Y lo hace desde un ámbito insospechado: la literatura.

El motivo ha sido la última novela de Javier Moro, premio Planeta 2011, El imperio eres tú, un relato donde el escritor se aproxima a la figura de Pedro I, el monarca portugués que en 1822 fue coronado emperador de Brasil e impulsor del proceso de independencia del coloso americano. La polémica ha estallado coincidiendo con la llegada de la novela a las librerías brasileñas. Y es que los supuestos errores históricos que incluye la novela ha llevado a algunos a considerar el libro como «ejemplo del neocolonialismo cultural de España con Brasil», tal y como aseguraba en O Globo el periodista Laurentino Gomes. Para este autor, el libro es un ejercicio de copia y pega con el agravante de que, a su juicio, Mora «añade a la historia estereotipos y lugares comunes que nosotros, los brasileños, tanto nos empeñamos en evitar».

El influyente diario carioca incluye también valoraciones de la escritora Iza Salles, autora de otra novela sobre el rey que el propio Moro asegura haber leído entre los materiales consultados para documentarse. En este sentido, la también periodista reprocha al autor supuestos errores históricos, al tiempo que le recrimina que no advierta al lector sobre qué episodios de la vida de Pedro I son reales y cuales inventados. «Cuando escribí mi novela – comenta Salles- me permití crear una escena que nunca existió: en el día en que Antonio, el primogénito de Dom João IV muere, una ama de leche de don Pedro I le mira fijamente y le dice que será el próximo rey. Javier cuenta eso como si fuera un hecho histórico, sin alertar al lector del origen de la información».

Para la periodista este no es el único «fallo gravísimo» que aparece en el texto de Mora. Otro ejemplo, a su juicio, es el relato de la relación sentimental que el monarca tuvo, antes de subir al trono, con la bailarina francesa Noémie Thierry. En su opinión, la supuesta ceremonia de matrimonio siguiendo ritos africanos «es algo totalmente impensable para un sucesor al trono». En cualquier caso, las críticas inquisitivas al relato del escritor español llegan hasta terrenos insospechados. Así, el reportaje de O Glovo también le recrimina que achacase a la casualidad el descubrimiento de Brasil, cuando algunos estudios consideran que la expedición del almirante portugués Pedro Álvarez Cabral llegó a estas costas con una ruta conocida. O le amonesta porque el escritor dice en el relato que Pedro I «tocaba la marimba y no instrumentos clásicos como dicen los historiadores».

Por su parte, Javier Moro se defiende en el mismo diario brasileño asegurando que todo lo reproducido en su novela está recogido en la amplia bibliografía consultada durante los trabajos de documentación. Tan solo admite parcialmente las críticas sobre el viaje de Cabral, si bien destacando que la versión incluida en su novela «es la versión más común en Europa».

En cualquier caso, rechaza las acusaciones de falta de rigor histórico en su trabajo. «No relaté ninguna situación que no hubiera existido realmente», afirma. Y añade en sus declaraciones al diario brasileño: «es obvio que los diálogos que incluí en el libro son míos porque era imposible reconstruirlos históricamente y yo quería contar por dentro la historia que los historiadores cuentan por fuera –señala-, pero la dosis de ficción se acaba ahí». De hecho, para el autor el libro «no es una novela histórica, sino una historia novelada».

En cualquier caso, el escritor madrileño que está de gira por América Latina promocionando la novela y que en los próximos días visitará varias ciudades brasileñas sí se mostró tajante en su perfil de Twiter respecto a las acusaciones de neocolonialismo: «Más tonto es difícil».

Con todo, lo más preocupante de esta polémica literaria es que se desarrolla con el telón de fondo de la crisis entre España y Brasil a propósito del trato que los brasileños reciben en las fronteras españolas. Brasilia se queja de los requisitos, injustificados a su juicio, que se aplican a sus ciudadanos que intentan entrar en España: exigencia de cartas de invitación, justificante de recursos económicos, interrogatorios en los aeropuertos. Unas trabas para entrar en el país que provocan periódicos incidentes que los medios de comunicación se encargan de divulgar envueltos en la polémica. El último de ellos fue la expulsión de una anciana que a la que su hijo, que residía de forma ilegal en España y estaba pendiente de expulsión, no pudo conseguir la documentación exigida. La mujer pasó varios días recluida en el aeropuerto de Barajas antes de ser repatriada en el primer vuelo perteneciente a la misma compañía en la que efectuó su viaje de ida.

España se defiende de estas acusaciones argumentando que es el acuerdo de frontera común de Schengen el que impone estos protocolos. Una justificación que no convence en el palacio de Itamaraty, sede del ministerio brasileño de Exteriores. Por lo pronto, las autoridades brasileñas ya han adelantado que a partir de abril exigirán a los españoles los mismos requisitos que sufren sus ciudadanos. Una polémica diplomática, en fin, que amenaza con enrarecerse y perpetuar situaciones injustas de mucho más alcance que una estéril controversia literaria.