Chile: Muere Rocinante en el año del Quijote
Por Gustavo González SANTIAGO, oct (IPS) - En el cuarto centenario del Quijote desaparece en Chile Rocinante, una revista cultural que sobrevivió desde 1998 en medio de la estrechez financiera común a toda la prensa independiente, discriminada tanto por la publicidad privada como por la oficial. Este mismo 2005 dejó de circular Plan B, un semanario creado por un grupo de periodistas jóvenes, que tampoco pudo acceder a una mínima parte de los 500 millones de dólares que las empresas estatales destinan cada año a la publicidad, y que en el caso de la prensa escrita favorece en 62,7 por ciento a la cadena El Mercurio. "El cierre de Rocinante es muy doloroso. Una vergüenza más de nuestra pretendida democracia. Un hito más en favor de la concentración informativa que empobrece nuestra realidad cultural y política", comentó el 17 de este mes al diario estatal La Nación Juan Pablo Cárdenas, Premio Nacional de Periodismo 2005. Cárdenas, actual director de la radio de la Universidad de Chile y académico de ese mismo plantel, fue director de Análisis, una revista emblemática de la oposición a la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), que se cerró tras el restablecimiento de la democracia por problemas financieros. Por iguales motivos corrieron idéntica suerte los diarios La Época y Fortín Mapocho y las revistas Cauce y Apsi, todos surgidos también bajo el régimen dictatorial, a los cuales se sumaron las efímeras vidas, ya en democracia, del diario El Metropolitano y las revistas Página Abierta y Los Tiempos, dirigida también por Cárdenas, para citar sólo los casos más conocidos. En los 15 años desde la recuperación de la democracia, en los cuales gobernó el país la centroizquierdista Concertación por la Democracia, "se han cerrado más medios que los que se han creado", señaló a IPS Francisco Martorell, director de El Periodista, una de las pocas revistas alternativas que sigue circulando. "No hay voluntad por parte de los gobiernos de la Concertación para producir equilibrios dentro del sistema informativo nacional, pero tampoco hay creencia de que ello es importante", agregó Martorell. Los críticos a la gestión comunicacional de la presidencia de Ricardo Lagos y de sus antecesores, Patricio Aylwin (1990-1994) y Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), sostienen que se ha reforzado un duopolio en la prensa escrita, donde comparten la hegemonía las cadenas El Mercurio y Copesa (Consorcio Periodístico S.A.). La primera es propietaria de los matutinos El Mercurio y Las Últimas Noticias, así como del vespertino La Segunda, que circulan en nivel nacional, y de 13 diarios regionales. Copesa publica los diarios La Tercera, La Cuarta, el semanario Qué Pasa y los diarios gratuitos La Hora y La Hora de la Tarde. Este año compró además la revista Siete más Siete y la transformó en Diario Siete, un cotidiano. Según Martorell, los líderes concertacionistas "se sienten cómodos con los actuales medios". El gobierno "se adapta a estar a ratos mejor relacionado con los medios de Copesa y luego con la cadena El Mercurio, jugando constantemente en una suerte de negociación". La periodista y académica universitaria Faride Zerán, directora de Rocinante, sostuvo en el último número que el cierre de la revista es una derrota "para el país y sus autoridades, particularmente aquellos que deben velar por el pluralismo informativo y la libertad de expresión, garantizando toda la riqueza y diversidad de nuestra sociedad". "Si el debate se enriquece, no es que gane la Concertación, ni tampoco la derecha (opositora), sino que gana la democracia, ganan los ciudadanos, gana la libertad", coincidió Martorell. Para el director de El Periodista, "tampoco se trata de que el gobierno financie medios para que den la mirada oficialista", sino que el Estado "garantice un acceso igualitario a la publicidad de los servicios públicos y los ministerios. No puede ser que El Mercurio se lleve 60 por ciento de esa publicidad", recalcó. Martorell acotó que ni siquiera hay un argumento de circulación para justificar la preferencia por El Mercurio, ya que la mayor tirada de ejemplares corresponde a Publimetro, un diario gratuito propiedad de un consorcio internacional, "que apenas obtiene un porcentaje ínfimo de esa torta (publicitaria estatal)". "Estoy absolutamente de acuerdo en que debe haber más medios de comunicación que expresen la gama de posiciones ideológicas que existen en el país, pero más que una falta de voluntad es una falta de instrumentos, ya que el avisaje (avisos) estatal es bastante limitado", dijo a IPS Claudio Huepe, quien fue diputado del cogobernante Partido Demócrata Cristiano. El Estado debe operar "con un criterio de mercado", colocando en los medios que tienen mayor audiencia o circulación los avisos de licitaciones o con información de ministerios o servicios que deben llegar a un público más amplio, apuntó Huepe, también ex ministro de la Secretaría General de Gobierno, a cargo de políticas de información, en la administración de Frei Ruiz-Tagle. "El gobierno no puede arbitrariamente traspasar recursos a un medio de comunicación", agregó el ex ministro, para quien la única forma de promover un mayor pluralismo en la prensa con aportes estatales es con normas legislativas, aunque ello requeriría de un consenso con la oposición derechista. "Este consenso no es posible si la derecha no está de acuerdo en determinada legislación y ella sabe que tiene mayor acceso a esos medios de comunicación", comentó Huepe, aludiendo a las cadenas El Mercurio y Copesa. Aseguró que la Concertación ha hecho esfuerzos para alcanzar ese consenso. "Estuvimos en una serie de conversaciones acerca de la posibilidad de apoyo (a la prensa independiente), pero la respuesta siempre es: si un medio de comunicación es un ladrillo y no lo lee nadie, no hay nada que podamos hacer". Con ese criterio, que remite al mercado, se está afectando también la calidad de los medios en Chile, que en aras de la venta de ejemplares o del "ratting" (medición de audiencia) televisivo, banaliza sus temas y contenidos y empobrece la cultura y la política, como señaló Cárdenas. Rocinante fue considerada "la mejor revista cultural" por el Círculo de Críticos de Arte de Chile, en tanto la Sociedad de Escritores la reconoció "por su contribución a la cultura y la difusión de libros en el país". Por su parte, la consultora Ipso Search Marketing comprobó en un estudio que era el medio más demandado en cuanto a número de lectores por ejemplar.