Colección rescata literatura
filipina en español
Eric San Juan, EFELa literatura filipina en lengua española, extinguida desde hace décadas en el archipiélago, es rescatada del olvido por la colección Clásicos Hispanofilipinos, concebida para recuperar títulos agotados o inéditos y abrirles un hueco en ámbitos académicos del país.«Las mejores piezas literarias de Filipinas fueron escritas en la lengua de Cervantes», afirma a Efe con rotundidad José Rodríguez, director del Instituto Cervantes de Manila, el principal impulsor de la iniciativa junto a la embajada española.«El objetivo de la colección es preservar la literatura hispanofilipina porque queremos mantener el legado de los grandes escritores de la antigua colonia en español, que son desconocidos para la gran mayoría de sus habitantes», explicó Rodríguez.El fin de la colonización española en 1898 no terminó con la literatura en el idioma de la antigua metrópoli, cuyo autor más leído y reconocido es el revolucionario y líder de la lucha por la independencia, José Rizal.Los ocho títulos que sacará la colección a lo largo de este año y el próximo de forma paulatina fueron elaborados en las primeras décadas del siglo pasado, durante el periodo de la ocupación americana, cuando surgieron algunas de las obras más valiosas escritas en castellano por filipinos.«Es sorprendente ver que una gran parte de la literatura española creada por filipinos fue escrita durante la ocupación americana y hasta los años cuarenta, debido a que el español seguía siendo la lengua predominante entre los intelectuales», afirma Beatriz Álvarez, editora del primer volumen,Cuentos de Juana, de Adelina Gurrea (1896-1971).Para Álvarez, este compendio de narraciones cortas «tiene valor literario además del histórico» y destaca por «el buen manejo del lenguaje y del juego literario».«Se puede decir que es una novela de relatos, porque tiene una estructura; en todos los cuentos se teje una red sobre la relación entre las personas de origen español, que son las propietarias de la tierra, y las de origen humilde», explica Álvarez.Rodríguez explica que eligieron a esta autora para inaugurar la colección «porque algunos escritores filipinos hispanos son más conocidos, pero Adelina Gurrea es una poetisa y periodista que muy pocos filipinos conocen, pese a haber sido una escritora laureada en España con el premio del Círculo Internacional de la Unión Latina, en 1951».Otros títulos esconden detrás una apasionante historia más allá de la que relatan sus páginas, como el segundo volumen de la colección, Pájaros de Fuego, de Jesús Balmori (1887-1948), una novela que tiene como telón de fondo la resistencia filipina durante la ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial.Por miedo a las posibles represalias de los ocupantes si descubrían su obra, Balmori escondía en frascos los manuscritos de cada capítulo y los enterraba en el jardín, a la espera de que amanecieran tiempos mejores.Una vez terminada la guerra, el escritor vendió la novela al Gobierno, pero se traspapeló y acabó de nuevo enterrada, esta vez en el fondo de un archivo, y durante décadas se creyó que estaba perdida para siempre, hasta que reapareció recientemente.Aunque la colección fue ideada para su difusión en Filipinas, los responsables del Instituto Cervantes calculan que el 80 por ciento llegará a universidades de España, Latinoamérica y Estados Unidos.Actualmente, menos del 3 por ciento del total de la población de Filipinas, que supera los 90 millones de personas, domina la lengua de Cervantes y el país tiene unos 20.000 estudiantes de castellano.Sin embargo, Rodríguez reivindica la vigencia de este idioma, porque «la existencia de estos autores demuestra que el español sigue siendo un puntal imprescindible en la configuración lingüística del archipiélago».