Día Internacional de la Traducción
San Jerónimo. Caravaggio / Creative Commons
La jornada fue introducida por la ONU en 2017, organismo que destaca el valor del multilingüismo y lo considera “factor esencial de la comunicación armoniosa entre los pueblos”.
La jornada se celebra desde 1991 y su existencia se debe al trabajo realizado por la Federación Internacional de la Traducción (FIT).
Además de reconocer la tarea de cada uno de los profesionales que se dedican a esta disciplina y de generar conciencia acerca de lo que implica la misma para la unión de las culturas y los idiomas, este día recuerda la figura de uno de los traductores más emblemáticos de la historia.
Se trata de Jerónimo de Estridón, también conocido como San Jerónimo. Nacido en el año 342 d.C., fue el encargado de cumplir con el deseo del Papa Dámaso I, quien quería que la Biblia fuese traducida al latín a partir del hebreo y del griego.
La traducción al latín de la Biblia hecha por san Jerónimo fue llamada la Vulgata (de vulgata editio, «edición para el pueblo») y publicada en el siglo IV. Esta versión fue declarada en 1546, durante el Concilio de Trento, la edición auténtica de la Biblia para la Iglesia católica latina.
San Jerónimo dominaba el latín, su lengua materna, y conocía en profundidad la retórica clásica de esa lengua, además tenía un amplio manejo del griego y sabía algo de hebreo cuando comenzó su proyecto de traducción, si bien se mudó a Belén para perfeccionar sus conocimientos de ese idioma, convirtiéndose así en un filólogo trilingüe.
El “santo patrón de los traductores” falleció el 30 de septiembre de 420 y este día se convirtió en su festividad en Occidente, creando así el puente con el Día Internacional de la Traducción.