Desde CHAT GPT a Deep Mind: descifrando el lenguaje de la vida
Más allá de los pasos de gigante que Microsoft y OpenAI han dado en el campo del procesamiento de lenguaje natural, representados por herramientas transformadoras como Chat GPT, veo un cambio más amplio y profundo que está ocurriendo. Nos estamos desplazando de aplicar la IA a “lo que conocemos que conocemos” (Known- Knowns) – escenarios donde los parámetros de entrada y salida están bien definidos – a enfrentar “lo que sabemos que desconocemos” (Known- Unknowns) – situaciones en las que somos conscientes de las incertidumbres, pero no contamos con los métodos tradicionales para enfrentarlas.
El valor en abordar estos “lo que sabemos que desconocemos” es inmenso. Hasta ahora, gran parte del éxito de la IA ha surgido de su capacidad para aprender patrones y extraer perspectivas de vastas cantidades de datos estructurados. El mejor ejemplo es el lenguaje de la vida, la decodificación del plegamiento de las proteínas.
Nuestro ADN no está escrito en 0 y 1, sino en letras de T (Timina), C (Citosina), A (Adenina) y G (Guanina). Este código cuaternario se utiliza para describir cualquier información biológica de cualquier ser vivo.
Pero el código de la vida es más complejo que eso. Las proteínas son un componente fundamental de todo en nuestro organismo, la construcción de miles de pequeñas nanomáquinas llamadas aminoácidos. Existen 20 de estas pequeñas máquinas.
Sin embargo, la codificación no se limita a un arreglo unidimensional, la función de cada proteína depende de su estructura tridimensional.
Alphafold, el proyecto de Deep Mind, una rama de investigación de Google especializada en IA y aprendizaje reforzado, logró un gran avance al poder predecir estas estructuras tridimensionales.
Esto es equivalente al momento del transistor en los Laboratorios Bell que inauguró la era de la información. La IA nos está ayudando a entender mucho mejor el software y hardware de la vida y con eso un potencial tremendo para una revolución tecnológica en Biotecnología, afectando la agricultura, la captura de carbono, la longevidad y la atención sanitaria.
En esencia, nos encontramos en el umbral de una nueva era, una era en la que la IA no solo hace nuestras vidas más fáciles, sino que transforma de manera fundamental nuestra comprensión de la vida misma.
No se puede ser pesimista cuando el futuro está en construcción. Larga vida al mercado en alza más odiado de la historia.