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El 25% de las lenguas del mundo en riesgo de desaparecer

06/09/2014

El 25% de las lenguas del mundo en riesgo de desaparecer

La Tercera

Cristina Espinoza

El día que murió su hermana, en abril de 2003, Cristina Calderón se transformó en la única persona en el mundo capaz de hablar en yámana (o yagán), la lengua con la que se expresaron los habitantes más australes del planeta. Considerada Tesoro Vivo de la Humanidad por la Unesco, la mujer no ha logrado que ningún miembro de su comunidad domine la lengua nativa destinada a desaparecer, como casi el 25% de los 6.909 idiomas conocidos del planeta, de acuerdo a un estudio de la U. de Cambridge (Reino Unido).

Interesado en las similitudes entre las especies en peligro de extinción y las lenguas en peligro, Tatsuya Amano, un zoólogo de esa universidad, decidió analizar los idiomas del mundo bajo el mismo criterio con que se clasifican las especies amenazadas.

De esta forma, se consideraron amenazados aquellos idiomas que cubren un rango menor a 20 km², asumiendo que la población es propensa a graves amenazas en un período corto de tiempo. 291 lenguas cumplieron ese criterio. Otras 1.496 tienen un tamaño de población hablante menor a 1.000.

“Creo que la diversidad de lenguas se asocia con la diversidad de las culturas humanas, que sin duda vale la pena preservar”, dijo Amano a LiveScience. El investigador dice que la distribución de la diversidad lingüística y biológica es muy similar y que ambas están seriamente amenazadas. “Por supuesto, las lenguas y las especies son fundamentalmente diferentes en muchos aspectos, pero pensé que podría ser capaz de contribuir a este problema urgente, usando lo que he aprendido”, agregó.

Para el análisis, el grupo de Amano tomó la base de datos de Ethnologue, la fuente actual más completa sobre la gama de idioma y la cantidad de hablantes del mundo. De las casi siete mil lenguas, estudiaron 649 (para las que existía más de dos fuentes de información). En total, 193 (29,7%) mostró una reciente disminución en el número de hablantes y en 168 (25,9%) la tasa estimada de disminución fue superior al 30% en tres generaciones, con lo que fueron clasificadas como amenazadas, bajo los criterios utilizados en las especies. Otros 1.705 (24,7%) de los 6.909 idiomas cumplieron los criterios para ser definidos como amenazados a causa de un rango de cobertura pequeño, pequeño tamaño de la población hablante y descenso rápido de hablantes.

Crecimiento económico

Según el estudio, el crecimiento económico y la globalización son los principales impulsores de los recientes descensos de hablantes, principalmente desde la década de 1970. “La disminución de los hablantes en zonas de alto PIB ya ha llevado a la extinción de las lenguas pequeñas, dejando los idiomas principales”, sostienen, refiriéndose a sectores de EE.UU. y Australia.

En Alaska, por ejemplo, en 2008 se extinguió la lengua Eyak, y en Turquía, el último hablante de Ubykh murió en 1992. Como ellos, los sectores más amenzadas son los trópicos, el Himalaya, el norte de Australia, el este de Eurasia y el norte de Rusia/Escandinavia, además del noroeste de América del Norte.

“La economía en una situación de colonialismo y/o contacto altera el uso de la lengua, provoca el fenómeno de la minorización lingüística, es decir, una lengua estigmatizada, restringida y con poca funcionalidad sociocultural en los ámbitos descritos. El factor medioambiental va de la mano con el económico, sólo debemos recordar los conflictos ocurridos entre indígenas amazónicos y diversas industrias que articulan sus proyectos en esas zonas”, dice Aldo Olate, investigador en lingüística del Instituto de Estudios Indígenas de la U. de La Frontera.

Siete idiomas amenazados en Chile

De acuerdo a la base de datos Ethnologue, once lenguas se han identificado en Chile, incluyendo el español como idioma nacional. Pero entre los nativos, la mayoría está bajo algún grado de amenaza.

El aimara, mapudungún y rapanui están amenazados. Mientras el huilliche está “moribundo”, la lengua kawéskar y yámana están casi extintas, con alrededor de una decena de hablantes la primera y sólo una en el caso de la yagán. La lengua kunza (de los atacameños) aparece inactiva y sobre la kakauhua (una de las lenguas alacalufes), no hay información.

“La situación de las lenguas indígenas en Chile es de extremo riesgo de pérdida o extinción, dado que un factor preponderante de su vitalidad es que los jóvenes y niños aprendan y usen su lengua materna, asunto que hoy en día ocurre bastante poco”, dice Alberto Pizarro Chañilao, director nacional de la Conadi, que agrega que es posible salvarlas con programas y la participación de la comunidad.

El lenguaje de señas, por otro lado, está en desarrollo y el quechua es la única de las lenguas nativas en un estado “vigoroso”. El idioma originario de los Andes centrales es una de las 420 lenguas vivas catastradas en el continente, de acuerdo al Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina.

Inge Sichra, sociolingüista y coordinadora del atlas, dice que en la región hay una tendencia hacia la interculturalidad, pero no al multilingüismo. “En varios países, y aún en varias regiones dentro de los países, hay movimientos de reivindicación territorial, cultural, política que no consideran las lenguas indígenas como parte de sus herramientas u objetivos. Hay muchos ejemplos de avance de participación política indígena en castellano, sin consideración de ellas más allá de su utilización simbólica”, dice. En Chile y Colombia, agrega, hay movimientos que sí consideran la lengua como medio y fin de su lucha.