El español estadounidense reclama su puesto y su valor cultural como lengua castellana
Estados Unidos, por extraño que parezca, es un país hispanohablante. El español que hablan tiene muchos críticos que lo desvalorizan y consideran incorrectas sus variaciones léxico-semánticas. Pero eso puede cambiar. Desde la Universidad de Berkeley se han dado a la tarea de buscar un lingüista que lo reivindique y lo legitime. Si en unas décadas será el segundo país con más hispanoparlantes, pues hay que reconocer sus aportes.
Si usted es de quienes se molesta cuando escucha a un hispanoestadounidense que dice que va a “parquear” su carro, igual que en España, recuerde que en Cuba viajan en guagua, en Venezuela los negocios los vigilan los “guachimanes”, en Argentina se protegen con “camperas” y en México con “chamarras”. Se cuentan por cientos, si no miles, las palabras que enriquecen el idioma propias de cada lugar donde se habla. Aunque a usted le parezca que no lo hablan tan bien como en su lugar de origen, son muchos los que dicen que en la península se habla un español cada vez peor.
El español es una lengua viva, se enriquece y cambia en su contenido. No puede ser de otro modo. Lo hablan 599 millones de personas en el mundo. Solo en Estados Unidos lo hablan sesenta millones de personas. Una lengua enriquecida por acentos y expresiones que arribaron con los inmigrantes que llegan del sur del Río Grande y el Caribe, que usan palabras que surgieron del intercambio con el inglés dominante.
Los españoles son la minoría que habla español
La comunidad hispanohablante continúa su crecimiento en los Estados Unidos. Según el censo de 2020, la población de origen hispano supera los 60 millones de personas, lo que representa un 18,7% del total. De ellos, 41,7 millones tienen el español como idioma nativo. El español se estudia cada vez más en las escuelas. En 2021, veinticuatro millones de personas en Estados Unidos lo estudiaron como lengua extranjera. Representa un aumento de casi 2 millones con respecto a 2020 y casi tres millones más que en 2019.
El informe El español en la política de Estados Unidos, elaborado por The Hispanic Council, revela que en Estados Unidos hay más hispanohablantes que en España. De hecho, muchos lingüistas ya no se refieren al “español en Estados Unidos”, sino al “español de Estados Unidos”. La Oficina del Censo estima que más del 12,2% de la población total de Estados Unidos habla español en sus hogares. Lo que se traduce en más de 40 millones de estadounidenses hispanohablantes. Sin embargo, aproximadamente el 6,5% de la población de origen hispano habla español, pero utiliza el inglés como lengua vehicular.
Sin idioma oficial
El español es el idioma oficial en 21 países. El inglés lo es en 16, pero no es el idioma oficial de los Estados Unidos. Aunque es la lengua más hablada. Ni la Constitución ni otras leyes federales establecen una normativa al respecto. Cada estado la regula de forma independiente. Más de treinta de los cincuenta estados han hecho del inglés su lengua oficial, y muchos lo hacen cooficial con otras lenguas. Por ejemplo, en Hawai, las lenguas oficiales son el inglés y el hawaiano. En estados como Dakota del Sur, las lenguas oficiales son el inglés y lenguas nativas como las de los sioux.
La razón de que Estados Unidos no tenga una lengua oficial única radica en el origen del país. Los padres fundadores creían en los derechos y libertades individuales. Consideraban que el Estado no debía imponer una lengua a sus ciudadanos, sino que cada individuo era libre de elegir la suya. Sin embargo, el inglés se convirtió en la lengua no oficial más hablada en las trece colonias de las que surgió Estados Unidos. A partir del siglo XIX, la inmigración masiva trajo al país comunidades de habla italiano, alemán o español, entre otros.
Encendida polémica
Existe un debate permanente sobre la conveniencia de establecer una lengua oficial. Grupos como el movimiento English-only argumentan que no hay razón para no declarar el inglés lengua oficial por ser la más hablada en el país. Quienes se oponen afirman que declarar una lengua oficial violaría los derechos individuales y perjudicaría la diversidad demográfica de Estados Unidos. Hasta ahora, ninguna propuesta legislativa para hacer del inglés la lengua oficial ha recibido suficiente apoyo.
En 2016, durante la campaña presidencial, resurgió el debate. Donald Trump, contó con el apoyo del movimiento English-only. Aunque no lo propuso formalmente, Trump insistió en que el inglés debía ser la única lengua hablada en Estados Unidos. La polémica creció cuando como presidente eliminó la versión en español de la página web de la Casa Blanca. Una muestra de la política antiinmigración.
Criticados por su forma de hablar
El sociolingüista Justin Davidson, de UC Berkeley, destaca que las criticas a la forma de hablar de los hispanohablantes en Estados Unidos se remontan a principios del siglo XX. Davidson dice que los grupos dominantes determinan qué formas de lenguaje son aceptables y cuáles no. Sostiene, que después de haberse estabilizado una forma de hablar el español en Estados Unidos se le debe aceptar como una variedad lingüística legítima.
En Nueva York funciona la Academia Norteamericana de la Lengua Española, fundada 1973. La integran filólogos, escritores, poetas y educadores. Han publicado numerosos trabajos sobre el español en Estados Unidos para promover su correcta utilización léxico-gramatical. Davidson, miembro de la academia y autor del libro Hablando bien se entiende la gente aboga por la corrección del vocabulario y estructuras gramaticales que se consideran incorrectas.
Discurso multilingüe
El sociolingüista, que estudia la variación y evolución del español en Estados Unidos, trabaja con otros lingüistas hispanos de UCLA y UC Santa Cruz en el proyecto “Discurso hispano multilingüe en California”, que financia la Oficina del Presidente de la Universidad de California. Realizan entrevistas a bilingües español-inglés en ese estado, el que tiene más hablantes de español en Estados Unidos. Pretenden demostrar que tanto el español de Estados Unidos como el inglés de los hispanohablantes siguen reglas gramaticales, al igual que cualquier otra versión del inglés o español. Al demostrarlo, esperan legitimar estas formas de hablar y promover la idea de que Estados Unidos es hispanohablante.
El español de Estados Unidos en cifras
- Uso del español en el hogar: El 71% de los hispanos en Estados Unidos utilizan el español en el entorno familiar, lo que demuestra que el español es una lengua viva en el país.
- Medios de comunicación en español: Existen 624 medios de comunicación en español activos en el país, refleja la demanda de contenido en español.
- Educación en español: El 91% de las escuelas de secundaria en Estados Unidos ofrecen clases de español.
- Historia del español en Estados Unidos: El español llegó a Estados Unidos en 1513 con Juan Ponce de León, cuando descubrió la península de Florida.
- Toponimia española: Diez estados, cuatro territorios y decenas de condados y municipios tienen nombres en español. Reflejo de los 300 años de presencia española.
- Hablantes de español en casa: El 13,5% de los estadounidenses habla español en sus hogares. En los estados del sur, más próximos a México, es donde más se habla el español.
- Apellidos hispanos: Seis de los quince apellidos más frecuentes en Estados Unidos son de origen hispano. En el ‘top 10’ de apellidos, García es sexto, Rodríguez es noveno y Martínez es décimo.
Más que en España
Un estudio del Instituto Cervantes de 2015 estima que en 2060 Estados Unidos será el segundo país con más hispanohablantes en el mundo, solo superado por México. Con 41 millones de hablantes nativos y 11,6 millones de bilingües, la mayoría hijos de inmigrantes. Tiene más hispanohablantes que España, Colombia y Venezuela. El sociolingüista Justin Davidson señala que, a pesar de estos datos, el discurso nacional no refleja esta realidad. A través de proyectos de investigación, espera cambiar esta percepción.
El español, como cualquier idioma, ha evolucionado a través del contacto con otras lenguas. Por ejemplo, la palabra “almohada”, que proviene del árabe, es aceptada sin cuestionamientos. Sin embargo, palabras del español estadounidense con influencia del inglés, como “parquear” (aparcar), “troca” (camión) o “lonche” (almuerzo), son a menudo rechazadas como incorrectas.
La Academia Norteamericana de Español las denomina “barbarismos” y aconseja su eliminación. Davidson critica esta postura como hipócrita y arbitraria. Pregunta quién decide qué palabras son aceptables y con qué autoridad. También destaca la larga historia de escrutinio hacia los angloparlantes no monolingües en Estados Unidos. Con un aumento significativo de deportaciones de inmigrantes que no hablaban inglés entre 1910 y 1915.
La Ley de Derechos Civiles aprobada en 1964, que prohibía la discriminación en programas financiados con fondos federales, excluyó el idioma en esas protecciones. Por ello Davidson cree que es imprescindible el reconocimiento del español estadounidense. Según su criterio la aceptación de su evolución y diversidad reflejan la realidad de Estados Unidos como país hispanohablante.
Español con identidad “made in USA”
Trae a colación que, por ejemplo, la Ley de Educación Bilingüe de 1968 estableció fondos federales para la educación bilingüe en Estados Unidos, pero no la hizo obligatoria. Los hablantes no nativos de inglés a menudo eran colocados en programas de educación especial y las pruebas de coeficiente intelectual se realizaban solo en inglés. No fue hasta 1970, con el caso Diana contra la Junta de Educación del Estado, que se cambió la ley para prohibir las pruebas de coeficiente intelectual en un idioma no nativo.
Justin Davidson señala que el español de Estados Unidos se compara constantemente con el español de países como México, España, Argentina y Colombia. Sin embargo, cuestiona que el español de Estados Unidos sea modelado a partir del español de estos países. «¿Por qué no puede existir tal como es?», pregunta.
Davidson afirma que los sociolingüistas ven el lenguaje no como bueno o malo, sino como natural y normal. La evaluación social del lenguaje tiene su propia dinámica que está sujeta a cambios y, en última instancia, refleja las estructuras internas de la sociedad.
Un pasado español
Nueva España controlaba un vasto territorio de la actual Norteamérica. Llegaba hasta Alaska. Esos territorios debieron ser de México tras su independencia, pero no fue así. En 50 años, Estados Unidos adquirió dos tercios de su territorio actual que terminó con el despojo de la mitad de México. California, Utah, Nevada, Nuevo México, Texas, Oklahoma, Kansas, Colorado, Wyoming y Arizona eran territorio mexicano.
Sigue creciendo
Los primeros asentamientos en territorio estadounidense fueron de origen español, como en Florida y el suroeste de Estados Unidos, antes de la llegada de los colonos ingleses. Por lo tanto, el español fue el primer idioma europeo que se habló en el territorio que ocupa Estados Unidos. Se hablaba desde la Florida hasta California. En la actualidad, los estados con mayor porcentaje de población hispana son Nuevo México, California y Texas. Sin embargo, los estados con el mayor crecimiento de la población hispana fueron Dakota del Norte, Dakota del Sur y Vermont.
Los hispanos han adquirido un papel clave en la política de Estados Unidos. De los 441 miembros de la Cámara de Representantes, 45 son de origen hispano y 74 utilizan el español en su comunicación digital. Además, el número de hispanos con derecho a voto ha crecido significativamente, superando los 32 millones en las elecciones presidenciales de 2020, el 13,3% del electorado.
En un contexto de baja inmigración, la población hispana estadounidense ascendería a los 100 millones de personas, lo que equivaldría al 27% de la población total. Mientras que en un contexto de alta inmigración, esta cifra llegaría a los 128 millones (29%). En un escenario de inmigración nula, la comunidad hispana sumaría 16 millones de personas en las próximas cuatro décadas, hasta llegar a los 78 millones, y su peso relativo aumentaría poco más de 5 puntos porcentuales: del 18,7% actual al 24% en 2060. Si no hubiera cambios en la política migratoria, el número de hispanos en el país superará los 111 millones en 2060. El 27,5% de la población, más de un cuarto de la población estadounidense, será de origen hispano y tendría el español como parte de su idiosincrasia.
Hispanohablantes de pleno derecho
Los lingüistas hispanos trabajan para demostrar que el español de los hispanohablantes de Estados Unidos es sistemático y sigue reglas gramaticales. Igual que cualquier otra versión del español. Si usted está en un «mitin» con su equipo de «marketing», mientras en el «cafetín» degusta un «sanduche» comenta las ideas de su «líder» y le impresione la cantidad de novedades que se «implementaron», el «estatus» alcanzado en la propuesta y la «bonanza» que se espera, no se ponga como un «detective» a ver la paja en el ojo de los estadounidenses hispanohablantes cuando le dice que lo «llaman patrás» en lugar de que le devolverán la llamada, bastantes de sus palabras se han colado en los hispanohablantes de otros lares.