El lenguaje del dinero
La estudiante de la UAB Chong Chong Li aguarda entre las bambalinas del Xinafest el momento de salir al escenario. Sobre las tablas, Ignacio Pérez anuncia en mandarín la próxima actuación. "Es un genio", dice Chong Chong señalándole. Pérez sólo tiene 28 años y, además de chino, también sabe japonés, coreano, ruso, griego moderno, inglés, lenguaje de signos, castellano y catalán. "Empecé con el mandarín cuando estaba en el instituto, en la Escuela Oficial de Idiomas, y una cosa te lleva a la otra... mis compañeros me miraban raro".Pérez da clases en el Cercle d´Estudis Orientals de la Politècnica y trabaja en una conocidísima tienda de lujo - que prefiere que no se publique su nombre-en el paseo de Gràcia desde el 2005. "Entonces atendía los sábados a unos veinte chinos. El número no ha cesado de crecer hasta triplicarse - explica el intérprete, que también se dedicó a la mediación cultural-.Cada vez son más los turistas potentados que vienen de compras a Barcelona, porque Barcelona es mucho más barata que Shanghai o Hong Kong". Empresarios, actores, presentadores de televisión, artistas, cruceristas, políticos con escolta..., en estos ambientes apenas se nota la crisis económica. "Y también vienen muchos chinos residentes en Catalunya desde hace años".La VanguardiaTras el telón del Xinafest, mientras se desarrolla la actuación de una cantante de ópera china, la también traductora Edith López, que acaba de regresar tras pasar cinco años en China, dice que "Louis Vuitton abrió un outlet en Kunming, que no es precisamente Singapur, y la gente lo vació en un día". Louis Vuitton, Armani, Cartier, Gucci, Hermés...Zhang Chi, otro de los voluntarios del sarao, dice que el 10% de los chinos gana más de 5.000 dólares al mes. "Son más de 130 millones de ricos con ganas de gastar. La mayoría tiene menos de 50 años. Mi padre traía antes a España ropa hecha en China, ahora lleva a China vino y jamón españoles".Ignacio Pérez cuenta que cada vez es más solicitado por ejecutivos chinos de conocidísimas empresas, principalmente de refrescos y automoción, interesados en diversificar sus inversiones por estas latitudes. "Las tendencias están cambiando, los chinos ya no vienen a España únicamente a ganar dinero, ahora también vienen a gastar e invertir". Muy pocos occidentales tienen semejante conocimiento de tantos idiomas asiáticos. La mayor parte de los traductores suele ser de origen oriental.El joven barcelonés, conocido entre los chinos como Nacho - les resulta más fácil la pronunciación del diminutivo que del nombre-,explica que cada día son también más frecuentes en la tienda "los chinos establecidos en Catalunya, chinos de Badalona y Santa Coloma de Gramenet, inmigrantes de Qingtian que comenzaron trabajando en un bazar o en un restaurante chino y cuyas familias son ahora dueñas de muchos negocios que se vinculan entre sí a través de empresas de importación y exportación. Suyas son las naves del polígono Badalona Sud. Los chinos son muy dados a la ostentación, a hacer alardes de su prosperidad y de sus éxitos". Hace un lustro, la oficina de La Caixa en el barrio del Fondo empleó a un chino para que atendiera a sus compatriotas. La evolución desde entonces es clara.Nacho también entiende el cantonés si le hablan despacio. Esta semana estuvo ocupado facilitando el cierre de tratos en la feria de telefonía móvil.