El lenguaje deportivo rioplatense en la vida cotidiana
Las voces futboleras no son solamente las de los relatores radiales, ni las cosas que gritan los hinchas. El devenir de la pelota está tan presente en la vida de la gente que a menudo se habla de fútbol cuando no se está hablando de fútbol.
Numerosas expresiones cotidianas están impregnadas de las alternativas, situaciones y definiciones deportivas, metáforas de la vida que todo el mundo entiende, aunque no sea un aficionado muy seguidor.
Cada cultura adapta su relación con el deporte a sus tradiciones y costumbres. “Casarse de penalty”, por ejemplo, en España significa que una muchacha se casa embarazada. En Estados Unidos abundan las expresiones vinculadas al béisbol, en especial como eufemismo para términos sexuales. Pero también es común la frase “jugar en las grandes ligas”, en referencia a las dos principales organizaciones que manejan ese deporte: equivale a encontrar trabajo en una empresa importante, acceder a un grupo connotado o lograr un cargo con amplio poder de decisión.
Por ejemplo, del boxeo surge la frase “tirar la toalla”, que significa abandonar alguna tarea porque se ha vuelto imposible. Deriva de la acción por la cual los segundos de un pugilista ya demasiado castigado por su contrincante arrojan una toalla al ring para expresar la decisión de retirarlo. Pero ningún deporte como el fútbol presenta tanta variedad de voces, que además son muy utilizadas.
En el pasado, las alternativas de la vida podían dar origen a los refranes. Hoy el fútbol los reemplaza en el lenguaje.
A continuación, un breve y no taxativo repaso de las frases más populares que nacieron en un campo de fútbol y un día pasaron a la vida cotidiana:
¡Abran cancha!: es el reclamo de quien quiere ganarse un lugar y se siente capacitado para hacerlo. Similar significado tiene “Pedir cancha”. En ese sentido, cancha pasa a ser cualquier lugar donde se resuelven las cuestiones importantes.
Agarrarla en el aire: comprender de inmediato una pregunta o una afirmación, sobre todo si se trata de una sutileza.
A esta altura del partido: señalar una etapa avanzada de un proceso o incluso de la vida.
Bajar a la cancha: pasar de la teoría a la práctica.
Bajar la pelota: establecer una pausa o aportar un comentario que tranquiliza el ambiente en un momento particularmente tenso.
Cortita y al pie: un pase muy fácil de realizar equivale a un acto o comentario de fácil comprensión por todos.
Dar pelota: prestar atención a algo o alguien, incluso desde el punto de vista sentimental.
Dejársela picando: conceder una oportunidad única. Durante una conversación, aportar (voluntariamente o no) un comentario que da pie a una respuesta contundente del interlocutor. También un comentario en doble sentido que la otra persona sabe interpretar.
Embarrar la cancha: introducir, a propósito, un elemento conflictivo en algún tema o discusión con la finalidad de complicar su avance.
¡Es Pelé! (o Maradona, o Messi…): comentario cargado de admiración sobre alguien muy bueno o el mejor en lo suyo. También resultaba común decir “Es Gardel”.
Es un penal: situación muy complicada que debe enfrentarse.
Es un penal sin arquero: todo lo contrario a lo anterior, un problema de muy fácil solución.
¡Es un golazo!: na acción o decisión claramente positiva.
Estar en el alargue: Prórroga inesperada para cualquier situación. También se aplica para advertir que se acaba el tiempo para tomar cualquier decisión.
Estar (quedar) en orsai: verse comprometido en una situación desfavorable o incómoda. Si es algo repentino, se dice: “ser agarrado en orsai”.
Hacer un gol de media cancha: similar a marcar un golazo.
Irse a la B: caer en una situación desgraciada o pasar a segundo plano.
Jugarla de taquito: una acción realizada con suma facilidad y sin esfuerzo por alguien que tiene aptitudes de sobra para ello.
Jugarse la camiseta: asumir una decisión arriesgada.
Mandarse un gol en contra: cometer una gran equivocación.
Más cómodo que un cinco a cero: encontrarse en una buena situación laboral o disfrutar de una vida desahogada.
No dar pie con bola: cuando no hay suerte, todo sale mal o no se acierta en algo en particular.
¡Ojo al gol!: advertencia para el interlocutor preste atención o ponga mucho cuidado en algo que se está haciendo.
Pasar la pelota: descargar un problema o una tarea en otra persona, sin asumir la responsabilidad propia.
Pasarse la vida atajando penales: una existencia llena de problemas a solucionar.
Pegar en el palo: Fallar el objetivo por muy poco, dar una respuesta casi correcta.
Ponerse la camiseta: asumir un cargo o una responsabilidad laboral a conciencia y con empeño personal.
Ponerse la celeste: similar a lo anterior, pero con el objetivo de beneficiar al país o, por lo menos, a un grupo grande de personas.
Tirarla para afuera (tirarla al óbol): cambiar repentina y voluntariamente de tema durante una conversación, o postergar una decisión importante.
Tirarla a las chapas: un comentario o una decisión claramente desacertada (se supone que las chapas son los carteles de publicidad).
Trancazo: acción o palabra fuerte durante un altercado o conversación, que generalmente cambia el curso de los acontecimientos.
Transpirar la camiseta: realizar una tarea con gran dedicación y esfuerzo.
Una persona con cancha: alguien con experiencia o habilidades particulares en alguna actividad o asunto.
¡Vamo' arriba Uruguay! (o Peñarol, o Nacional...): fuera del contexto de un partido, es una expresión de alegría o triunfo de una persona ante una buena noticia
Las tarjetas rojas o amarillas también se aplican fuera de la cancha
Ver la (tarjeta) amarilla: recibir una severa y última advertencia.
Ver la (tarjeta) roja: Como en el fútbol, resultar expulsado, de un grupo, empleo o incluso matrimonio. Verse comprometido en una situación desfavorable o incómoda. Si es algo repentino, se dice: “ser agarrado en orsai”.