El loco que ayudó a crear del Oxford Dictionary desde el manicomio
El Diagnostic and Statistical Manual (DSM), que recoge las enfermedades mentales que se consideran como tal, debería añadir urgentemente un epígrafe del tipo «locura por letras». Y en él debería aparecer la foto de William Chester Minor, nacido en Ceilán, hoy Sri Lanka, en 1834. El mismo lugar donde Horace Walpole escribió los Tres Príncipes de Serendip, que forjó el neologismo “serendipia” (algo así como hacer un hallazgo por chiripa cuando estás trabajando en otra cosa).
Debido al esquinado estado mental de Minor, el ejército prefirió que renunciara a su rango como cirujano en la Guerra de Secesión para ingresar en un manicomio de Washington. Al parecer tanta sangre y crueldad fue demasiado para aquel cirujano neófito: asistió a las horribles heridas de miles de soldados que habían combatido cuerpo a cuerpo con mosquetón, bayoneta y sable, como en el peor episodio de The Walking Dead: no en vano, el regimiento que había asistido Minor participaba en la llamada Battle of Wilderness (La batalla del salvajismo). Todo ello propició que Minor perdiera la chaveta y ahogara sus penas en el alcohol y en los burdeles más sórdidos, donde también contrajo toda una panoplia de enfermedades venéreas.
Tras dieciocho meses de internamiento, el doctor Minor fue liberado y se traslIadó a Lambeth, uno de los peores barrios de Londres. Era 1871. Sin embargo, todavía no estaba curado del todo, y tras asesinar a un irlandés en una reyerta, fue encerrado de nuevo en otro manicomio, la prisión para enfermos mentales peligrosos de Broadmoor, en Crowhotne, cerca de Oxford, donde pasaría el resto de su vida.
Como si fuera un invitado de honor, Minor disponía de dos habitaciones para él solo, en las que almacenaba toda clase de libros. No en vano, dominaba diversos idiomas tras su experiencias como misionero evangelizador por el sudeste asiático de la mano de la secta Cristiana Congregacionalista: en su infancia aprendió singalés, y con catorce años de edad, ya cursando medicina en la Universidad de Yale, Minor dominaba el tamil, el birmano y varios dialectos hindi.
Al parecer, Minor leía obsesivamente, y debido a la correspondencia que mantenía con los libreros londinenses que le facilitaban nuevos volúmenes, se enteró de que el equipo del Oxford English Dictionary buscaba voluntarios para contribuir con citas y ejemplos para su nuevo diccionario. Aquella empresa parecía constituir una buena vía de escape de su propia mente, así como de los supuestos acosos sexuales a los que los guardias le sometían por las noches (probablemente producto de su imaginación).
El Oxford English Dictionary estaba llamado a convertirse en el más importante diccionario de la historia, el equivalente lexicográfico de la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert. Como Minor no tenía medida, envió más de diez mil citas por correo durante varios años de trabajo y obsesiva erudición, ofreciendo evidencia histórica y etimológica de las acepciones de innumerables palabras, así como resolviendo toda clase de dudas lexicográficas.
Los tipos del Oxford English Dictionary llegaron a considerar a Minor como un sabio, el típico ratón de biblioteca. Minor recibió entonces una invitación para asistir a la Gran Cena que organizaban los redactores del diccionario, pero por motivos obvios Minor no se presentó. El coordinador general de la obra, James Murray, que se temía que quizá Minor estaba ocultando algo, se desplazó hasta Crowthorne, y tras hacer sus pesquisas, descubrió que Minor era un interno del manicomio. Era 1891.
James Murray, el jefe de todo esto
A pesar de todo, Murray continuó manteniendo correspondencia con Minor para evitar herir su sensibilidad. Es algo que siempre creyó que le debía, pues, a su juicio, en palabras del profesor Murray, «la contribución del doctor William Minor es tan enorme que sólo con sus citas podríamos detallar fácilmente la evolución de la lengua inglesa en los últimos cuatro siglos».
Con todo, el estado mental de Minor continuó naufragando como un buque derrelicto, perdió interés en sus contribuciones a aquel gran diccionario y, en 1905, se mutiló los genitales con una navaja y les prendió fuego, acaso como acto de expiación por su juventud licenciosa.
Minor murió el 26 de marzo de 1920, y siete años después se concluía el Oxford English Dictionary en doce tomos con más de cuatrocientas mil definiciones. En la segunda edición actualizada y ampliada de 1989, podemos leer aún hoy un agradecimiento al «Dr W C Minor». Porque también los locos, los locos de manicomio que se cercenan el miembro viril, pueden abrir los caminos que más tarde seguirán los sabios.
Con información de El profesor y el loco, de Simon Winchester, Editorial Debate, Madrid, 1999.