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El mandarín triunfa entre universitarios españoles

15/11/2008

Guacimara Castrillo, El MundoModa o apuesta de futuro? Es innegable que el chino mandarín gana terreno a pasos agigantados entre las escuelas de idiomas. El propio Gobierno chino calcula que actualmente son más de 30 millones las personas que estudian su idioma en todo el mundo y se estima que para el año 2010 esta cifra superará los 100 millones.España es uno de los países en los que más está aumentando la demanda y, por ende, la oferta de clases. El primer secretario de Educación de la Embajada de China en España, Wang Zhiwei, asegura que en los últimos cinco años se han «triplicado» los centros en los que se enseña esta lengua. Entre quienes más lo solicitan, dice, están «los universitarios».Si en 2004 apenas había 10 universidades en España en las que se impartía este idioma, hoy, subraya Wang, «lo ofertan más de 40». Interesa especialmente a los alumnos que cursan filologías y titulaciones relacionadas con el mundo de las finanzas, pero cada vez son más los estudiantes de distintas especialidades que ven un filón en sumar este conocimiento a su currículo académico.¿Están en lo cierto? La mayoría de los analistas coinciden en defender que la economía y el desarrollo de China -que ya supera los 1.300 millones de habitantes- es imparable y, por tanto, prepararse para entrar en su mercado laboral es un valor seguro. Hoy por hoy, en el país de la Gran Muralla hay establecidas unas 450 empresas españolas y las previsiones indican que esta cifra ascenderá a 800 en los próximos años. «No sólo aumentan los intercambios comerciales entre España y China, sino que a los chinos les atrae este país y eso también abre muchas oportunidades», añade Wang.El responsable de Educación de la embajada avala su opinión con ejemplos: «En China se está produciendo el proceso inverso. Proliferan las universidades que imparten clases de español y cada año más de 1.000 estudiantes chinos se matriculan en clases para aprender la lengua de Cervantes».No menos significativo es otro de los datos que destaca Wang: «En los últimos años la titulación de Literatura española se ha situado en China entre las 10 mejores carreras para encontrar trabajo».OPORTUNIDADES. Ante todo ésto, subraya, «surge un problema: no tenemos suficientes profesores de español». Por tanto, «la realidad nos dice que una persona que sabe chino y español tiene oportunidades laborales tanto en China como en España».Pilar Rodríguez, vicerrectora de la Universidad Autónoma de Madrid y responsable del Instituto Confucio de la capital, respalda las explicaciones de Wang: «No hablamos de futuro, sino de presente, la demanda de personas que dominen el mandarín está ya vigente».Desde que abriese sus puertas el Instituto Confucio de Madrid -equivalente al Intituto Cervantes español-, la demanda ha desbordado las expectativas. Y la experiencia se repite en los otros centros Confucio de España: Granada, Valencia y Barcelona -éste último, junto al de Madrid, forma parte del consorcio de Casa Asia.«En Madrid empezamos el curso pasado con tres grupos, este año hemos abierto otros tres y abriremos más en los próximos meses, hay más de 300 personas a la espera», señala Pilar Rodríguez.En el caso de este centro, Rodríguez confirma que «la mayoría de los alumnos son profesionales en activo: de empresas tecnológicas, farmacéuticas, bancos, hospitales. Gente que quiere aprender chino porque sabe que con ello podrá mejorar su posición dentro de la empresa o ir a otra mejor».DETRACTORES. «Entre la euforia, también surgen detractores que sentencian que aprender mandarín es «inútil», en cuanto que el inglés es y será la lengua de los negocios. «El inglés es la lengua opcional mayoritaria absoluta en China. Se ven escuelas y anuncios en todas partes y el uso de internet para aprender la lengua anglosajona es masivo. Hay tanta gente aprendiendo inglés en China, como hablantes de ingles en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido juntos», comenta Donald Clark, un experto en 'e-learning' que trabaja con el Gobierno chino a través del Banco Mundial.Ante teorías como esta, Wang admite que «el chino nunca desbancará al inglés, y es cierto que allí en la mayoría de los colegios se enseña inglés desde el primer año», pero no tiene dudas a la hora de decir que quien domine estos dos idiomas será «un aventajado» a la hora de posicionarse en el mercado laboral.Eso sí, esta ventaja requiere mucho esfuerzo: «El chino no es un idioma fácil, exige mucha constancia y motivación», asevera. Aunque la dificultad parece evidente, el 'boom' por la lengua del país naciente envalentona a más de uno. Las estadísticas dicen que en torno al 50% de los estudiantes de mandarín abandonan antes de llegar siquiera a chapurrearlo.Los profesores de mandarín explican que la gramática es más sencilla que la española, mientras que lo más complejo es la caligrafía y la pronunciación. «Lo único que hace falta es aprenderlo con el corazón», sentencia Pilar Rodríguez.