El misterioso síndrome del acento extranjero, un trastorno raro y desconcertante
El acento extranjero puede surgir tras daños en las áreas del cerebro que controlan el habla, afectando la identidad y el bienestar emocional de los afectados. (Imagen Infobae)
El síndrome del acento extranjero (FAS, por sus siglas en inglés) es una condición poco conocida pero profundamente intrigante que puede hacer que una persona, de manera repentina, comience a hablar con un acento que no le es propio.
Este cambio abrupto en la forma de hablar puede ser desconcertante tanto para la persona afectada como para quienes la rodean. A pesar de que este trastorno es extremadamente raro, con solo alrededor de 100 casos documentados desde su primera descripción en 1907, su impacto en la vida de los afectados puede ser importante, afectando su forma de hablar, identidad y bienestar emocional.
Características y tipos
El síndrome puede manifestarse de diversas maneras, pero todas ellas comparten un cambio notable en el patrón de habla de una persona, lo que hace que suene como si hubiera adoptado un acento extranjero.
Sin embargo, este “nuevo acento” rara vez es una réplica exacta de un acento real. Según un estudio publicado en Web MD, los expertos en lingüística y las personas que naturalmente hablan con el acento que parece estar imitando pueden notar que el habla del afectado no corresponde completamente con el acento que parece haber adquirido. Esto se debe a que el FAS generalmente afecta la manera en que una persona pronuncia ciertos sonidos, más que la adopción completa de un acento.
El estructural se asocia con un daño en las áreas del cerebro que controlan los músculos del habla. Este tipo de trastorno puede ocurrir después de un derrame cerebral, un traumatismo craneoencefálico, lesiones cerebrales o enfermedades como la esclerosis múltiple.
En cambio, el trastorno funcional no tiene una causa física evidente. Este tipo puede desarrollarse después de convulsiones o migrañas, o estar vinculado a condiciones de salud mental que afectan la actividad cerebral de manera desorganizada o hiperactiva.
Además de estos dos tipos principales, existen subtipos adicionales, como el FAS mixto, en el que la persona tiene tanto funcional como una anormalidad estructural que no parece estar relacionada con el síndrome, y el trastorno del desarrollo, que puede ocurrir en personas neurodivergentes debido a diferencias en el desarrollo y la actividad cerebral.
Ejemplos y causas
Según documentó Healthline, un ejemplo notable es el caso de una mujer australiana que, tras un accidente de coche, comenzó a hablar con un acento francés. Otro caso es el de una mujer estadounidense de Arizona que, después de quedarse dormida con un dolor de cabeza, despertó hablando con una mezcla de acentos australiano, británico e irlandés. Estos casos ilustran la variabilidad del FAS y cómo puede afectar a personas de cualquier parte del mundo, independientemente de su idioma nativo.
Este síndrome parece estar relacionado con condiciones que afectan el área de Broca del cerebro, una región en el hemisferio izquierdo que está típicamente vinculada con la producción del habla. Según los expertos, las condiciones que pueden dañar esta área del cerebro incluyen derrames cerebrales, traumatismos craneoencefálicos, lesiones cerebrales, aneurismas y esclerosis múltiple.
La evolución del acento de una persona a lo largo de su vida está influenciada por un sistema de patrones de sonido en su lengua materna, conocido como sistema fonético. Este sistema fonético se fija en gran medida después de la adolescencia, lo que hace que el FAS sea tan desconcertante, ya que sus síntomas afectan todo el patrón de habla de una persona.
Impacto en la vida de los afectados
El acento es una parte clave de la identidad de una persona y está estrechamente relacionado con su sentido de comunidad. Perder su acento nativo puede hacer que la persona afectada se sienta desconectada de su entorno y de su propia identidad.
Según la BBC, Julie Matthias, una mujer británica, es un ejemplo de cómo este síndrome de acento extranjero, puede afectar emocionalmente a alguien. Después de un accidente automovilístico y migrañas severas, Matthias comenzó a hablar con acentos que variaban desde francés hasta chino. A pesar de haber vivido en el Reino Unido toda su vida, ya no habla con un acento inglés, lo que ha sido una fuente de angustia tanto para ella como para su familia.
El síndrome de acento extranjero también puede ser estigmatizante, ya que las personas con el síndrome de pueden ser malinterpretadas o incluso ridiculizadas por su forma de hablar. Según documentó ABC, en un famoso caso durante la Segunda Guerra Mundial, una mujer noruega desarrolló un acento alemán después de una lesión cerebral, lo que llevó a que fuera marginada en su comunidad debido a la hostilidad hacia los alemanes en ese momento.
Diagnóstico y tratamiento
Diagnosticar este síndrome puede ser un desafío debido a su rareza y la variedad de síntomas que presenta. Los médicos suelen realizar un examen físico detallado, enfocándose en cómo la persona utiliza los músculos faciales al hablar. También pueden investigar la historia médica personal y familiar del paciente para descartar cualquier condición genética. En algunos casos, se realizan pruebas de imagen, como tomografías computarizadas (CT), resonancias magnéticas (MRI) o tomografías por emisión de positrones (PET), para buscar daños en el cerebro.
Los síntomas del Síndrome del Acento Extranjero (FAS) se manifiestan principalmente a través de cambios en la manera en que una persona habla. Según la Cleveland Clinic, uno de los síntomas más notables es la alteración en la velocidad del habla, donde los afectados pueden comenzar a hablar más lentamente o variar su velocidad durante la conversación. Además, es común que experimenten pausas inusuales, haciendo más pausas o pausas más prolongadas en medio de palabras o frases, lo que afecta la fluidez de su discurso.
Otro síntoma característico es el alargamiento de ciertos sonidos, que pueden pronunciarse por más tiempo del necesario, contribuyendo a la percepción de un acento distinto. También pueden sustituir sonidos de las vocales. Estas dificultades en la pronunciación pueden llevar a que el habla de la persona se asemeje a la disartria. Healthline menciona que, en algunos casos, los sonidos pueden pronunciarse en un orden incorrecto, un fenómeno similar a lo que ocurre en la apraxia del habla en la infancia.
Según la Universidad de Texas, esta dificultad en el control de los músculos de la boca puede resultar en una articulación distorsionada de los sonidos. Además, puede afectar la manera en que una persona utiliza el tono y la entonación, alterando la percepción de su acento y causa que su habla suene diferente a lo que se esperaría de su lengua materna.
El tratamiento del FAS es limitado y generalmente depende de la causa subyacente. Si hay una lesión cerebral o un derrame cerebral, el tratamiento se centra en abordar esa condición primero. La terapia del habla puede ser útil para ayudar a las personas a recuperar su acento nativo a través de ejercicios vocales. Además, el apoyo psicológico, como la terapia conductual, puede ser crucial para ayudar a los pacientes a enfrentar el impacto emocional del trastorno y desarrollar estrategias para lidiar con la condición.
El síndrome del acento extranjero es una condición rara pero fascinante que pone de relieve la complejidad de la producción del habla y la identidad humana.