España: senadores podrán
hablar en cinco lenguas desde 2011
Luis Ángel Sanz, El MundoEl Senado español ha aprobado reformar su reglamento para que todos los senadores puedan utilizar en los plenarios cualquier lengua española que sea oficial en alguna comunidad autónoma. Es decir y según los estatutos, los senadores podrán expresarse a partir de enero de 2011 en castellano, como hasta ahora, y también en catalán, gallego, euskara y valenciano.Para que los senadores se entiendan entre sí se implantará un sistema de traducción simultánea que llegará a todos los parlamentarios mediante un circuito interno y unos auriculares, igual que se hace en el Parlamento Europeo.La Cámara Alta se convierte así en la primera cámara española que usa las cinco lenguas españolas. Para ello, recurrirá a la traducción simultánea, al igual que ya se hace en la ONU, el Parlamento Europeo o los parlamentos de estados sin una lengua oficial común, como Bélgica.El Pleno ha aprobado la reforma por 134 votos a favor del PSOE, el PSC y todos los nacionalistas y 115 en contra del PP y UPN. Una ajustada mayoría absoluta (está en la cámara en 132).Límites a la propuesta inicialLa reforma aprobada se ha limitado sobre la propuesta inicial gracias a la negociación con el PSOE. Los socialistas sólo han admitido que todas las lenguas se puedan usar en los plenos —no en las comisiones— y en el debate de las mociones. Es decir, Zapatero no se verá obligado a utilizar un pinganillo para entender a otros parlamentarios de las Cortes cuando le pregunten. La sesión de control y cualquier otra donde pueda intervenir el Gobierno queda al margen de la reforma.El cambio entrará en vigor en enero de 2011 y los grupos que lo han aprobado se han comprometido a que no supondrá elevar el Presupuesto de la Cámara en un momento de severos ajustes económicos. Para ello, el gasto preciso se desviará de otras partidas.Los nacionalistas que han promovido el cambio —en especial el senador independentista Miquel Bofill— se mostraron muy satisfechos. Pero anunciaron que no renuncian a que todas las lenguas se puedan usar en toda la actividad de la Cámara, sin limitaciones, en una próxima reforma que volverán a proponer.