Estos monos utilizan nombres para comunicarse entre sí, según un estudio
Un estudio del laboratorio de David Omer reveló que los titíes tienen nombres para llamarse entre sí. (Imagen: David Omer)
Según un estudio reciente, los titíes pueden comunicarse entre sí por su nombre y saber cuándo se dirigen a ellos, lo que se une a una lista muy corta de especies que exhiben este comportamiento y supone una primicia para los primates no humanos.
Los monos utilizan llamadas específicas, conocidas como “phee-calls”, para llamarse unos a otros, lo que, según los científicos, constituye un patrón de comportamiento “altamente cognitivo” solo observado anteriormente en humanos, delfines y elefantes.
El descubrimiento, realizado por un equipo de la Universidad Hebrea, se expone en un estudio publicado este jueves en la revista Science.
“Es la primera vez que lo observamos en primates no humanos”, declaró este jueves a CNN David Omer, autor principal y profesor adjunto del Centro Safra de Ciencias del Cerebro (ELSC, por sus siglas en inglés) de la Universidad.
Los primates arborícolas son animales muy sociables y viven en pequeños grupos en Sudamérica, pero los investigadores recogieron los datos en un animalario de la universidad en Israel.
“El experimento fue muy sencillo”, explicó Omer a CNN. “Simplemente colocamos dos titíes en la misma habitación y colocamos una barrera visual entre ellos.
“Al hacer esto empiezan a dialogar espontáneamente”.
El equipo de Omer grabó conversaciones naturales entre parejas de titíes, así como interacciones con un sistema informático, lo que les llevó a concluir que los titíes se dirigían a individuos concretos con las “phee-calls”. Además, los animales eran capaces de discernir cuándo se les llamaba y respondían con mayor precisión en esos casos.
Se grabó a diez titíes de tres grupos familiares diferentes comunicándose durante el proceso, lo que puso de relieve “la complejidad de la comunicación social entre los titíes”, añadió Omer en un comunicado de prensa.
En declaraciones a CNN: “Hasta ahora, pensábamos que la vocalización de los primates no humanos es un tipo de comunicación genéticamente determinada y no flexible. Pero ahora vemos que los titíes son capaces de producir un vocabulario extremadamente flexible”.
Según el estudio, los titíes dependen en gran medida de la visión, pero también muestran una “compleja gama de llamadas sociales”, entre las que se encuentra la “phee-call”. Las llamadas se utilizan generalmente para comunicarse cuando están fuera del alcance de la vista de los demás.
Además de utilizar llamadas diferentes para cada individuo, los titíes distinguen entre las llamadas dirigidas a ellos y las que no lo son.
Según Omer, antes se interpretaban como un método de “autolocalización”, es decir, una forma de comunicar su posición a los demás. Pero el nuevo estudio demostró que los sonidos se utilizaban como “llamadas específicas para etiquetar y dirigirse a individuos concretos”.
La investigación también reveló que los titíes del mismo grupo familiar utilizaban “etiquetas vocales similares para dirigirse a individuos distintos” y también empleaban “características sonoras similares para codificar nombres diferentes”, añade el comunicado. Esta práctica, según el estudio, se asemeja al uso de nombres y dialectos en los humanos.
Curiosamente, el patrón de aprendizaje también se observó con titíes adultos que no eran parientes consanguíneos, lo que sugiere que aprenden etiquetas vocales y dialectos de otros miembros del mismo grupo.
Omer declaró a CNN: “Podemos afirmar con seguridad que aquí se produce un proceso de aprendizaje —para que aprendan los nombres de los miembros de la familia- y que no es genético”.
Omer y sus colegas creen que su investigación aporta nuevos conocimientos sobre la posible evolución del lenguaje humano y la comunicación social.
En declaraciones a CNN: Hasta ahora pensábamos que el lenguaje humano era un fenómeno “big bang” que surgió de la nada y sólo en los humanos, lo que contradice totalmente la teoría evolutiva”.
“Este hallazgo, junto con otros, sugiere por primera vez que hubo precursores para el desarrollo del lenguaje en primates no humanos y podemos encontrar pruebas de un proceso evolutivo”.
A principios de este año, otro estudio descubrió que los elefantes africanos pueden dirigirse unos a otros mediante llamadas individualizadas que se asemejan a los nombres personales utilizados por los humanos.
El autor principal de ese estudio, Mickey Pardo, conductista animal y becario postdoctoral de la Universidad Cornell de Nueva York, dijo a CNN que el trabajo sobre el tití era “un trabajo experimental muy completo”, que “pone en entredicho la idea, antigua pero no por eso acertada, de que los humanos son los únicos primates capaces de aprender vocalmente”.
Sin embargo, Pardo expresó sus reservas sobre la idea de “que diferentes titíes utilicen el mismo nombre para el mismo receptor”. Afirmó que su equipo había llegado a una conclusión similar en su estudio sobre elefantes antes de llevar a cabo nuevas investigaciones que socavaron sus conclusiones.
Y añadió: “Cuantas más especies podamos descubrir que tengan nombres o algo parecido, más oportunidades tendremos de utilizar el método comparativo para conocer las presiones de selección que pueden haber impulsado la evolución de los nombres en nuestra propia especie”.