twitter account

Gelman recordó la dictadura al recibir el Cervantes (La Nación)

24/04/2008

Las huellas del sufrimiento que marcaron la vida y obra del poeta argentino Juan Gelman estuvieron presentes ayer en su discurso de agradecimiento al recibir el Premio Cervantes de Literatura 2007, el más prestigioso de las letras castellanas, de manos del rey Juan Carlos I de Borbón, en la Universidad de Alcalá de Henares, cerca de Madrid.«Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado. [...] Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero», destacó Gelman, visiblemente emocionado.El acto de entrega, que, como ya es tradición, se realizó en el aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes y en el Día Mundial del Libro y del Idioma, contó con la presencia de la reina Sofía; el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero; el ministro de Cultura español, César Antonio Molina, y un centenar de académicos y personalidades del mundo de la cultura y la política.Vestido con un elegante traje y corbata gris, el poeta de 77 años se convirtió ayer en el cuarto argentino en recibir este galardón, después de Ernesto Sabato (1979), Jorge Luis Borges (1984) y Adolfo Bioy Casares (1990).«Se premia la poesía, «que es como una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa» para don Quijote. Y es algo verdaderamente admirable en estos tiempos mezquinos, estos tiempos de penuria. Pero ahí está la poesía: de pie contra la muerte», dijo el autor de «Gotán», que estuvo acompañado por su esposa y sus cuatro nietos. Entre ellos, Macarena, recuperada en Uruguay en el año 2000 luego de 23 años de intensa búsqueda.El escritor recordó que «la dictadura militar argentina desapareció a 30.000 personas», y señaló que «la palabra desaparecido es una sola, pero encierra cuatro conceptos: el secuestro de ciudadanas y ciudadanos inermes, su tortura, su asesinato y la desaparición de sus restos en el fuego, en el mar o en suelo ignoto. El Quijote me abría entonces manantiales de consuelo».Gelman ensalzó luego la obra de Cervantes y reivindicó la creación de palabras, que el autor del Quijote defendía y que él mismo practica, porque «es enriquecer la lengua. Hay millones de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía», señaló.Y recordó la «compañía» que le prodigaron los autores místicos españoles del Siglo de Oro, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, durante el exilio, al mencionar: «Su lectura, desde otro lugar, me reunió con lo que yo mismo sentía, es decir, la presencia ausente de lo amado, Dios para ellos, el país del que fui expulsado, para mí».Elogios del reyEl rey Juan Carlos definió a Gelman como uno de los más «valiosos poetas de los últimos tiempos, renovador del idioma y creativo del lenguaje», y destacó el lirismo del poeta, «construido a vueltas con la racionalidad» y «centrado en lo real».«El magisterio de don Juan Gelman resulta evidente tanto en su palabra como en su lucha personal», alabó el rey, que proclamó su «admiración y respeto» por el poeta y le dedicó una «afectuosa felicitación» de él y de la reina.«En la vida dramáticamente marcada por las muy crueles consecuencias personales y familiares» de Juan Gelman, su palabra «ha representado el reencuentro, en el exilio, con su patria y sus raíces más profundas», opinó el rey.Para el ministro de Cultura, el discurso del poeta tuvo el privilegio de «vivificar» la lengua común. Y por medio de esa lengua, dijo Molina, el autor argentino, «destacado representante de la más contemporánea poesía hispanoamericana», se convirtió en referente de un «humanismo libre de prejuicios, ansioso por romper el discurso hasta entonces vigente».Luego de la entrega del galardón y del discurso, Gelman posó en el patio renacentista de la universidad junto con su esposa, Mara La Madrid; el rey Juan Carlos y la reina Sofía; el presidente del gobierno español y su esposa, Sonsoles Espinosa, y el ministro Molina.Atrás, se colocaron sus cuatro nietos, Macarena, Jorge, Andrea e Iván, y Paola, hija de Mara La Madrid, con algunos de los cuales departieron los reyes al final del trámite.El rey, que portaba el bastón de mando de la ciudad de Alcalá, se dirigió personalmente a Macarena. La joven, de 31 años, es hija de Marcelo Gelman, hijo del poeta y asesinado en Buenos Aires en 1976, y de María Claudia García, desaparecida tras su secuestro. Macarena nació en cautiverio y fue dada en adopción en Uruguay, donde vive actualmente. No trascendió qué le dijo el rey a la joven.Entre los que asistieron a la ceremonia, en la que Gelman recibió la medalla del Premio Cervantes y una pequeña escultura en bronce de manos del rey, se vio también al cantante español Joaquín Sabina y al dibujante argentino Hermenegildo Sábat, amigo personal del poeta.