Ignacio Bosque: «Al castellano le
falta su lugar en la ciencia»
Marta San Miguel, El Diario MontañésIgnacio Bosque ha destruido las fronteras que separan los países hispanohablantes con las 4.000 páginas que contienen su Nueva gramática de la lengua española. Entre tapas duras, el doble volumen contiene «el grado de cohesión del español», en un papel tan fino que parece rasgarse al repasar la morfología y la sintaxis que utilizan más de cuatrocientos millones de hispanohablantes. Todos compartimos «más de lo que nos diferencia», y aunque la gramática de la Academia fue tradicionalmente la del español de España, ésto sólo representamos el 10 por ciento de esos hablantes. Ahora, el noventa por ciento restante también suma y pone voz a la gramática española.La obra vio la luz en 2009 y en ella colaboraron veintidós Academias de la Lengua Española de países hispanohablantes. Trabajaron once años para «hacer compatible la unidad con la variedad», y su publicación ha movido al castellano a seguir derrumbando fronteras. Pero aún le queda un bastión por conquistar: «La clave está en conseguir un lugar para la ciencia», dice el Catedrático de Filología Española en la Universidad Complutense de Madrid. Hoy se encarga de inaugurar el II Encuentro de investigadores sobre 'La enseñanza del español en el Mundo Hispánico', precisamente relatando los pormenores del proceso de creación de una obra mastodóntica cuya versión previa se remonta a 1931. Aunque hubo varios intentos, el que firma Bosque junto con 123 personas más, traza una identidad global al castellano más firme que nunca.—¿Se puede hablar de un único castellano?—Los hispanohablantes tenemos poca conciencia de cuánto compartimos. Sabemos cómo hablan en nuestro pueblo o ciudad, pero a veces una expresión que se dice en el barrio es general, de todos los hispanohablantes, y al revés, lo que se dice en todo el mundo a veces no se usa en España. Esta gramática ayuda a saber cuánto compartimos.—¿Esta variedad de 'castellanos' puede hacer mella en su fuerza?—La variedad siempre enriquece. A pesar de estas variedades, la cohesión del idioma es impresionante. Cualquier hispanohablante se puede entender con otro sin dificultad en cualquier punto del mundo. No ocurre así en otras lenguas. Por ejemplo el chino mandarín no entiende a otro de su mismo país que habla otro chino. Las academias han unificaron la ortografía hace quince años. Y ahora la sintaxis, la morfología. Aquí presentamos lo que nos une y lo que nos diferencia, y lo que nos une es casi todo.—¿Van a retomar el Congreso de la Lengua Española en Chile, suspendido por el terremoto?—Aquello fue una tragedia. Fue saliendo poco a poco en los medios. Pensábamos presentar la versión reducida de esta obra que íbamos a sacar las próximas semanas, pero estaban pasando cosas muchos más graves. No se sabe si este congreso se va a celebrar en el futuro.—Llega invitado por la Fundación Comillas para abrir un encuentro de investigadores...—La Fundación Comillas tiene proyectos muy interesantes en marcha y va a colaborar con las academias para que no se trabaje sólo con el español de España.—La Nueva Gramática centrará su intervención...—Este proyecto en el hemos trabajado durante once años nos ha ayudado a conocer cómo hablan los demás y a comprendernos más, y puede resultar muy útil para enseñar el español como segunda lengua. No es un catálogo de usos, sino que es una obra reflexiva, recoge los matices, el efecto del cambio de posición de una palabra.—El castellano está reivindicando su lugar en el mundo, ¿cómo una lengua tan fuerte y numerosa sigue abriéndose paso?—La asignatura pendiente es conseguir el lugar en la ciencia. El cine español tiene una presencia internacional correcta, y cada vez va a más. La literatura española es espléndida. En cambio, lo que no es tanto es la presencia del español en la ciencia. Los colegas evitan escribir en español porque una publicación en inglés cuenta más en su currículum, es más importante. Si pueden evitar escribirlo en español lo evitan. Un biólogo, un químico, un físico van a evitar publicar en español, porque la ciencia se asocia con el inglés. Esto es triste. Lamentablemente, en estos momentos los libros científicos españoles traducidos a otros idiomas es muy bajo.—Pero en la literatura no sucede así...—Los principales novelistas hispanohablantes son traducidos a muchísimas lenguas, pero libros científicos no se traducen, y eso es una asignatura pendiente. El nivel de la literatura española es extraordinario y deberíamos intentar que la ciencia alcanzara estos niveles, está muy por detrás.—El inglés también es otra de la asignatura pendiente en España, ¿qué nos pasa? Porque el resto de hispanohablantes lo hablan...—El inglés no se enseña bien, no se utilizan buenas técnicas didácticas. Un holandés medio o un belga hablan varias lenguas. Esas culturas multilíngües son envidiables, porque cada lengua es una ventana al mundo. En el siglo XVIII era lo habitual entre las personas cultas, hablaban dos o tres idiomas. Mozart era austriaco, escribió casi todas las óperas en italiano, y también hablaba en francés. Es evidente que un holandés de 15 años habla mejor que un español.—¿Qué opina del doblaje de todas las películas? ¿Puede afectar?—Me gusta ver las versiones originales pero también entiendo que muchas personas prefieras verlas en versión original. Pero es necesario verlas en su idioma original para acostumbrar al oído a otros acentos, como hacen en casi todos los países europeos.—Se habló de doblar las películas argentinas, ¿cree que las editoriales adecuan al castellano español la literatura de países latinoamericanos?—Creo que no lo hacen. No creo que se note además. Una obra de Vargas Llosa, no se nota nada porque es una lengua común aunque él sea peruano. Es la misma lengua. Jamás habría que doblar las películas argentinas, ¡se entiende todo!—Entonces, volviendo al principio, el castellano es uno...—La lengua culta está muy unificada, es muy raro que una determinada construcción sea aceptable en México o Perú y no en España. El simple hecho de no notar nada, más que alguna expresión, es una riqueza extraordinaria. Las diferencias entre un argentino y un mexicano son las mismas que entre un cántabro y un canario. Es el mismo idioma. Por eso trabajamos juntos todas las academias, es una pena que hayamos tardado tanto en hacerlo juntos.