Inauguran Museo de la Palabra en Toledo
DPAEn una de los conceptos filosóficos más famosos del siglo XX, Martin Heidegger afirmó que “el lenguaje es la casa del ser”. No parece que nadie se preguntara cuál podía ser la casa del lenguaje. Al menos hasta ahora.A fines de noviembre, una nueva iniciativa vino a llenar este vacío. Se trata del Museo de la Palabra, un proyecto privado y sin fines de lucro que busca convertirse en “foro de convivencia internacional y puesta en valor de la palabra como vínculo de la humanidad”. La sede del museo es una casa-palacio estilo siglo XVIII ubicada en la zona de donde se estima que inició su ruta Don Quijote, dentro de la provincia de Toledo. Todo un símbolo del carácter de la iniciativa, no menos idealista que la del personaje cervantino en su apuesta por propiciar “la convivencia entre culturas y civilizaciones diferentes” y su defensa del “diálogo y la palabra como la única manera de solucionar conflictos”. “Hay que tener cuidado con las utopías, porque a veces se cumplen”, explica César Egido Serrano, presidente de la fundación que lleva su nombre y responsable del museo. “La fundación, mediante el desarrollo de actividades cuyo protagonista sea la palabra (hablada, escrita o en sus distintas manifestaciones), busca fomentar el entendimiento entre los distintos pueblos, ideologías, religiones y culturas”. ¿Qué se exhibe, entonces, en el museo? “Nada”, responde Egido Serrano. El resultado y la existencia del diálogo “son en sí una pieza museística”. La sede del museo está incluso cerrada al público. Sus 15 habitaciones y seis salones se utilizarán para invitar a escogidos líderes de opinión de todos los ámbitos, culturas y religiones a participar en jornadas de discusión y reflexión. Entre los invitados figurarán “premios Nobel hasta deportistas, incluyendo a un conocido tenista español y un jugador del Real Madrid”, dijo Egido Serrano. Personajes para difundir el mensajeEl objetivo es que, después de su estancia en el museo, esos líderes difundan el mensaje de la fundación. A saber: “Que el siglo XXI es el siglo de la palabra, la palabra como herramienta contra toda violencia”, dice Egido Serrano.Otra iniciativa puesta en marcha por el museo fue la convocatoria de un concurso internacional de microrrelatos. El premio de 7 mil euros (unos 10 mil dólares) para un texto de hasta 600 caracteres (cerca de 100 palabras) lo convierte en el concurso literario “mejor dotado del mundo por palabra”, de acuerdo con la fundación. No es el único récord que logró la convocatoria: el museo recibió casi 3 mil 700 relatos en seis semanas, una marca que ya se presentó al World Guinness Records para su posible inclusión. Los textos llegaron de 44 países, incluyendo muchos que no son de habla hispana, como Japón, Canadá, Dinamarca o Sri Lanka. La ganadora de esta primera edición fue la argentina María Soledad Uranga y la entrega de premios fue en noviembre, acto que coincidió con la inauguración del museo. El jurado estuvo conformado por nombres de gran prestigio en la cultura internacional, incluyendo a Cristina Alberdi y César Antonio Molina (ambos ex ministros), el israelí Shlomo Ben Ami y los españoles Juan Cruz o Ignacio Ferrando, entre otros. “Es necesario enunciar la utopía, defenderla, promoverla. La paz no puede dejar de ser reivindicada”, dicen los principios de la fundación. En su conversación, Egido Serrano hace una pausa y busca las palabras justas para definir el carácter casi mágico de ese antiguo palacete vacío, a la espera de un diálogo necesario: “Para ver cosas hay muchos museos. Para ver el alma humana, que yo sepa, hay uno solo”.