La lengua en la salsa
Pablo Ramos MéndezEl Universalwww.eluniversal.comAsí son las cosas del lenguaje. A veces por imprecisión, otras tantas por ignorancia, podemos cometer errores o caer en desavenencias, las cuales pueden ser:Cambio de acento, como sucede con diabetes [diábetes], libido [libído], cenit [cenít], consola [konsóla], Herrera Campíns [kampíns] y cofrade [kofráde], para nombrar algunos solamente. Y no pronunciar: [diábetes], [líbido], elite (La Academia la muestra con doble pronunciación [élite y elite], [cénit], [kuádriceps], [konsola], [kámpins], y [kofrade]. Advierto que usted puede pronunciar estas palabras como le dé su realísima gana. Cada quien es artífice de su propia desgracia. Yo no me meto en eso. Me limito a señalar el camino. Usted está en libertad de escoger el de recua, si lo prefiere. Cuando alguien habla conmigo y pronuncia como lo señalan las máximas autoridades, me doy cuenta de que estoy frente a una persona culta. En esto de hablar bien, no hay que olvidar que siempre se nos está evaluando. Apenas uno abre la boca, su interlocutor se forma una opinión de usted. Como una persona hable, coma, vista, se comporte, son factores de la evaluación. Hay un proverbio muy conocido que reza: Por la maleta se saca al pasajero. (Fíjese que debe decirse al pasajero, que es como comúnmente no se dice, y no: el pasajero). Una persona que se exprese como debe ser tiene adelantada la partida, con tantos a su favor. No más piense en lo contrario... 2.Las desavenencias en pronunciación. Ya escribí una columna titulada: ESO ES AXURDO, en la cual les hablaba de Marixa, y de la oxilación de precios, etc. 3. Las desavenencias por ignorancia, como la de la mujer de servicio que trabajaba en casa de unos intelectuales y oía palabras que ella desconocía, pero que le caían bien. En una ocasión, cuando un matrimonio llegó de visita, un gato se atravesó en el camino de los visitantes, la criada exclamó con fuerza: ¡Zape, infalible gato!, y dirigiéndose a la señora que venía de visita, exclamó orgullosa, mirándola por encima del hombro: _¡Pero qué gato tan exterior! Por cierto que a los perros mucha gente los espanta diciéndoles: ¡Sale! (No sé si se refieren al verbo salar). Subiendo en la escala intelectual, hay quienes usan mal una serie de términos, como estos de bimensual y bianual, ya comentados. Yo fui uno de los que dijo, es una frase mal construida. No hay lo que en inglés se llama agreement, o concordancia, en Castellano. La forma correcta a usar sería haciendo la concordancia en plural. ¿Cómo? Así: Yo fui uno de los que vinieron. ¿Por qué? Porque de los que vinieron, yo fui uno. Pero esto será tema de una próxima columna, así que no te desesperes, Pérez, ni te precipites, pites. 4. A veces nos atormentan las dudas, que nunca faltan: ¿Cómo debe decirse con propiedad, un sobo o una soba? ¿Será canasto o canasta?, ¿taponar o taponear?, gordiflón o gordinflón?, ¿parlachín o parlanchín? ¿Es la mujer cliente o clienta? ¿Qué diferencia hay entre regente y regenta cuando hablamos de la mujer? Y así sucesivamente. Todas estas dudas las iremos aclarando piano, piano, porque el espacio se nos va de la mano. No pun intended). Por lo pronto no confunda bimensual con bimestral. 5. El cambio de género: Aquí oigo mucho: el sauna, el piyama, el sartén, pero resulta que todas ellas son femeninas. Por cierto, que hay una serie de nombres masculinos que terminan en a, como poeta, equilibrista, trapecista, nauta, auriga, estadista, arpista (y muchísimos músicos más), recluta, profeta, fonema, etc. Y otros, femeninos, que terminan en o, como miembro, reo, testigo, mano, nao, libido, etc.Y un consejo de última hora: Si tienes un limón, hazte una limonada. Ya está.