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La lengua materna prepara el cerebro para aprender otros idiomas

19/12/2015

 

Univisión

 

 

El idioma materno nunca se olvida, por más que una persona haya dejado de hablarlo temprano en su vida para adoptar otro, e incluso podría influir en cómo se procesan los sonidos de otras lenguas, según un nuevo estudio publicado recientemente en la revista científica Nature Communications.

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad McGill en Montreal, abre una puerta al entendimiento de cómo funciona la "plasticidad" cerebral, o cómo el cerebro desarrolla sus conexiones, y podría dar pie al desarrollo de métodos educativos más efectivos para hablantes de distintos idiomas, explicó la institución en un comunicado.


Los beneficios del bilingüismo han sido confirmados por múltiples investigaciones, especialmente cuando la adquisición de esos idiomas comienza se inculca desde temprana edad.

Para los hispanos que hacen su vida en Estados Unidos, crecer entre el inglés y el español -entre otros idiomas- puede derivar grandes oportunidades educativas y laborales.

Ser bilingüe supone una ventaja para la capacidad cognitiva del cerebro, la misma que juega a favor de quienes buscan ejercitarlo para mejorar importantes actividades como la memoria y la atención.

Las personas bilingües también practican constantemente la flexibilidad cognitiva al decidir cuál lengua hablar y cuál suprimir de acuerdo con el contexto en que se encuentran, habilidades que también aplican a la capacidad para adaptarse a cambios de manera fácil y procesar información de un modo eficiente.


Esta nueva investigación agrega un otro ángulo al entendimiento de cómo el bilingüismo funciona en el cerebro.

La investigación sometió a tres distintos grupos de niños, entre los 10 y 17 años de edad, a resonancias magnéticas funcionales (fMRI, por sus siglas en inglés) mientras escuchaban palabras inventadas que sonaban a francés, como "vapagne" o "chansette".

El primer grupo era de niños nacidos y criados en hogares francohablantes. El segundo estaba compuesto por niños chinos adoptados antes de los tres años de edad- por una familia francohablante, que dejaron de hablar chino y sólo hablaban francés. El tercer grupo era de niños bilingües en chino y francés.

En los cerebros de los niños exclusivamente francohablantes, las partes involucradas en el procesamiento de los sonidos asociados al lenguaje se activaron, mientras que en los otros dos grupos de niños expuestos al chino se activaron esas partes, y otras más, como las asociadas a la memoria y a la atención general.

Además, los científicos observaron que los niños chinos que fueron adoptados por familias francesas y que ya no hablan chino, que al momento del estudio eran monolingües, como quiera procesaban el lenguaje de una manera similar que los niños bilingües.

"Durante el primer año de vida, y como un primer paso en el desarrollo del lenguaje, los cerebros infantiles están altamente afinados para recoger y almacenar información sobre los sonidos que son relevantes e importantes para el idioma que escuchan a su alrededor", dijo una de las investigadoras, la estudiante de doctorado Lara Pierce.

"Estos resultados sugieren que los niños expuestos al chino como infantes procesan el francés de una manera distinta a los niños que sólo hablan francés", agregó Pierce.

Los investigadores creen que los hallazgos de esta investigación demuestran la influencia del lenguaje materno en el desarrollo cerebral, y la capacidad del cerebro de adaptarse a nuevos idiomas.