La timidez podría afectar el desempeño de los niños pequeños en las pruebas de lenguaje, según estudio
Un estudio reciente de la psicóloga de SMU Sarah Kucker y un estudiante a quien ella asesoró en la Universidad Estatal de Oklahoma sugiere que la timidez puede influir en el desempeño de un niño en las evaluaciones de lenguaje, dependiendo del nivel de interacción social requerido para completar la prueba.
Los niños tímidos tienden a ser reservados en la vida cotidiana, incluida la comunicación con los demás. El estudio concluye que el comportamiento puede hacer que evaluar con precisión las habilidades lingüísticas de un niño sea más desafiante, ya que a los niños tímidos les resulta más difícil interactuar verbalmente con médicos y maestros que durante pruebas menos exigentes socialmente.
La investigación realizada por Liesl Melnick, ahora estudiante de posgrado en la Universidad Eastern Illinois , y Kucker se publicó en el Journal of Speech, Language, and Hearing Research e involucró a 122 niños de diferentes temperamentos entre las edades de 17 y 42 meses. Cada niño se sometió a una serie de tres tareas lingüísticas que requerían diferentes niveles de interacción social: una tarea de mirar, una tarea de señalar y una tarea de producción que requería que los niños dijeran la respuesta verbalmente. En cada uno, se pidió a los niños que encontraran un objeto conocido entre un conjunto de imágenes. El orden de las tareas se aleatorizó para obtener resultados imparciales y los datos se recopilaron a través de Zoom. Los padres informaron sobre la timidez de sus hijos mediante un cuestionario de comportamiento en la primera infancia.
Los resultados revelaron diferencias significativas en el desempeño de los niños en las tareas dependiendo de la timidez. Los niños más tímidos obtuvieron peores resultados en la tarea de producción que sus homólogos menos tímidos. Sin embargo, todos los niños obtuvieron buenos resultados en la tarea de señalar, independientemente de su nivel de timidez. La tarea de mirar arrojó resultados más matizados, lo que indica que los niños más tímidos eran ocasionalmente más precisos pero menos propensos a responder.
“El temperamento de un niño, especialmente su timidez, podría afectar fuertemente su desempeño en las tareas de lenguaje”, dijo Kucker, profesor asistente de psicología de la SMU. “Cuando los niños reciben evaluaciones para evaluar sus habilidades lingüísticas, los médicos y maestros deben tener en cuenta el nivel de timidez del niño, tal vez utilizando tareas que sean menos onerosas para ellos, como tareas de señalar en lugar de tareas verbales”.
Kucker cree que reconocer el impacto de la timidez ayudará a los profesionales a garantizar que las evaluaciones del lenguaje sean más efectivas y proporcionen una comprensión más integral del desarrollo lingüístico del niño. En el futuro, ella y su equipo planean explorar el desempeño de niños tímidos y menos tímidos en evaluaciones de lenguaje estandarizadas.
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