La Universidad de Alcalá participó en un estudio sobre el lenguaje de los jóvenes madrileños
Catedráticos Florentino Paredes, Luis Guerra y María Elena Gómez
El catedrático de Lengua Española de la Universidad de Alcalá, Florentino Paredes, es autor del libro Léxico disponible de los jóvenes preuniversitarios de la Comunidad de Madrid', realizado junto con los catedráticos de la Universidad Europea de Madrid, Luis Guerra y María Elena Gómez.
La obra recoge la investigación llevada a cabo por estos tres especialistas en estudios de disponibilidad léxica siguiendo la metodología del Proyecto Panhispánico de Disponibilidad Léxica: encuestas por escrito sobre diversos temas o centros de interés, preparación de los materiales para su tratamiento informático y análisis por medio de programas estadísticos creados específicamente para determinar el índice de disponibilidad de cada vocablo.
“Los estudios sobre el léxico disponible buscan conocer cuáles son las palabras más disponibles, esto es, aquellas que más rápidamente acuden a la mente de un sujeto cuando piensa en un determinado tema”, explica el profesor Paredes. Para ello, en la metodología se les pide a los estudiantes que escriban durante dos minutos todas las palabras que les vengan a la mente sobre el tema que se vaya señalando. A partir de las listas individuales, se hace el recuento viendo las palabras que más se repiten y la posición en la que aparecen. De esta manera, las palabras más disponibles serán aquellas que más estudiantes hayan apuntado y que, además, ocupen las posiciones más altas en las listas individuales’.
El Léxico disponible de los jóvenes preuniversitarios de la Comunidad de Madrid, que acaba de publicarse tanto en papel como en formato digital, recoge los listados de palabras que anotaron los estudiantes, ordenadas según su grado de disponibilidad en cada tema, así como el análisis cuantitativo y cualitativo de los resultados generales. El libro lleva el prólogo del catedrático de la UAH, Francisco Moreno Fernández; la portada, obra de la profesora de la Universidad Europea de Madrid Begoña Moreno, está creada mediante un programa de inteligencia artificial a partir de una representación de las redes léxicas de ‘los animales’ obtenidas en las encuestas.
Las encuestas se realizaron a 600 estudiantes de segundo de bachillerato de toda la Comunidad de Madrid, a los que en 2004 y 2005 se les preguntó acerca de veinte temas o centros de interés. La muestra refleja proporcionalmente las características de la población estudiantil de ese momento y se diseñó teniendo en cuenta el sexo de los alumnos, el tipo de centro público o privado en el que estudiaban, el tipo de localidad, el nivel sociocultural o el área territorial educativa en la que se ubicaba el centro escolar.
“Esta investigación permite conocer el vocabulario de los estudiantes madrileños que estaban en segundo de bachillerato a comienzos del siglo XXI. Los veinte temas por los que se les preguntó en la encuesta incluyen los dieciséis habituales en el proyecto panhispánico (‘el cuerpo humano’, ‘alimentos y bebidas’, ‘la escuela’, ‘la ciudad’, ‘profesiones y oficios’, etc.). Ello permite comparar el vocabulario que tienen los estudiantes madrileños con el de alumnos de otras zonas geográficas, tanto de España como de América. ‘Los colores’, ‘adjetivos’, ‘sensaciones y sentimientos’ y ‘medios de comunicación’ son los cuatro temas que hemos añadido en nuestra investigación’, detalla la doctora Gómez.
Por ejemplo, en el centro de interés ‘ropa y complementos’, de las 436 palabras diferentes anotadas por los estudiantes madrileños, pantalón, camiseta y camisa han resultado ser las más disponibles. Y en el ‘cuerpo humano’ las primeras posiciones fueron para ojo, brazo y cabeza, un resultado que coincide por cierto con el de casi todos los estudios de disponibilidad en España y en América en este tema. “El análisis del léxico disponible permite ver semejanzas y diferencias lingüísticas entre los distintos territorios hispanohablantes, pero a la vez también nos aporta ideas sobre cómo pensamos los individuos, la psicología humana y la cultura en la que vivimos”, asevera el doctor Paredes.
En el estudio se analizan, entre otras cosas, los neologismos, los adjetivos y la ortografía. Como novedad en los trabajos de disponibilidad, se ofrece también el ‘índice de contigüidad’ de los vocablos, que permite ver qué palabras aparecen asociadas entre sí más frecuentemente, algo que puede ser muy útil de cara a la enseñanza de idiomas. Y es que, como afirman los expertos, las palabras, por lo general no aparecen sueltas sino encadenadas mediante mecanismos semánticos, como por ejemplo azul claro/azul oscuro. También se dan asociaciones culturales, como oro/ plata/ bronce, perro/gato, o antónimos como guapo/feo. A lo que se añade la unión de palabras fonéticamente similares, como corazón/pulmón.
Una de las conclusiones del estudio es que en conjunto no existen apenas diferencias en el número de palabras usadas por hombres y mujeres, aunque sí lo puede haber en temas concretos: por ejemplo, en ‘transportes’, los hombres de media anotaron dos palabras más que las mujeres, mientras que en ‘colores’ se dio la situación contraria. También es muy destacable la persistencia de desigualdades en relación con el nivel sociocultural de los estudiantes: los de clase “baja” disponen de media de menos léxico que los de las clases “altas”, ‘lo cual obliga a cuestionarse de nuevo el papel de la escuela como filtro neutralizador de las diferencias sociales’, puntualiza el profesor Guerra.
Entre las curiosidades de la investigación, la profesora Gómez cuenta que cuando hicieron las encuestas, una estudiante de Torrelodones anotó en ‘comidas y bebidas’ la palabra tequeño, “una palabra que apenas era conocida entonces en Madrid, y de hecho llegamos a dudar de si era un error o una creación de la estudiante. Ahora, sin embargo, este venezolanismo está bastante difundido en Madrid, así que podemos decir que hemos tenido la fortuna de poder documentar la llegada de una palabra al territorio madrileño, un hecho muy poco habitual”.